Mucho se ha hablado en los últimos meses sobre las vacunas cubanas contra la COVID-19. Y no es para menos. En medio de una compleja situación económica, profundizada por la pandemia y el incremento del embargo de los Estados Unidos, Cuba se ha empeñado en desarrollar sus propios fármacos y candidatos vacunales para hacer frente a la enfermedad infecciosa, que ha experimentado en lo que va de año su peor oleada en la Isla.
Incluso, ya comenzó la inmunización de varios territorios y grupos poblacionales en intervenciones especiales, aunque sin contar todavía con la autorización para el uso de emergencia de los candidatos más avanzados, y las autoridades mantienen el propósito de alcanzar en agosto al 70% de la población, y al cierre del año a todos los cubanos que puedan y quieran vacunarse. No es una meta sencilla, pero de lograrla, el país se colocaría a la vanguardia de la vacunación masiva en el mundo con inyectables propios y podría, de controlarse así la transmisión, enfocarse en la perentoria recuperación de su economía.
Tampoco ha sido sencillo llegar hasta aquí, según explicaron esta semana en conferencia de prensa directivos del grupo estatal de industrias del sector biotecnológico y farmacéutico BioCubaFarma, que ha llevado sobre sus hombros el desarrollo de las vacunas anticovid como “una prioridad” de su trabajo en el último año. De los más de 40 proyectos en los que los científicos cubanos comenzaron a trabajar desde el inicio de la pandemia, hasta los cinco candidatos que pasaron finalmente a ensayos clínicos —las Soberanas 01, 02 y Plus, del Instituto Finlay de Vacunas (IFV), y Abdala y Mambisa, del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB)—, el camino ha sido largo y no exento de obstáculos, perseverancia y sacrificio.
Como parte de un lógico proceso de estudio, análisis y decantación, “decidimos concentrarnos en trabajar con un solo antígeno: el dominio de unión al receptor del virus (“receptor-binding domain” o RBD), y decidimos que lo íbamos a obtener de dos fuentes diferentes, a partir de tecnologías que teníamos en el país, que son muy conocidas y altamente seguras: una a partir de levadura —Abdala y Mambisa—, una plataforma de la cual ya obtenemos otras vacunas, y la otra a partir de células de mamíferos —las Soberanas—, que es otra tecnología con la que tenemos mucha experiencia”, precisó el Dr. Eduardo Martínez, presidente de BioCubaFarma, quien añadió que, además, se han evaluado diferentes esquemas de administración y concentraciones de los candidatos que finalmente avanzaron a estudios en humanos luego de “positivos” resultados preclínicos.
No obstante, como ya se sabe, también el pelotón finalista se distanció y la delantera la tomaron Soberana 02 y Abdala, los dos inmunógenos que pasaron a los ensayos fase 3 —con alrededor de 90 mil voluntarios entre los dos— y se emplean hoy en las intervenciones en grupos y territorios de riesgo —como parte de las cuales ya se ha puesto al menos una dosis más de un millón de personas—, mientras los restantes no han sido descartados y se mantienen en estudio, pensados principalmente como dosis de refuerzo o para convalecientes de la COVID-19.
Según datos publicados por el Ministerio de Salud Pública (Minsap), hasta este jueves 1 431 827 personas tenían puesta al menos una dosis de alguno de los candidatos vacunales desarrollados en la Isla. De ellas, 825 411 habían sido inoculadas con dos dosis y 150 897 ya concluyeron el esquema de vacunación. Además, como parte de los ensayos clínicos, estudios de intervención e intervenciones sanitarias que se vienen desarrollando en el país, se habían administrado ya 2 408 135 dosis, una cifra que, por demás, crece día tras día.
Soberana 02 y Abdala: lo que se sabe
Aunque todavía no ha terminado la fase 3 de los ensayos clínicos de ambos candidatos vacunales —aunque sí concluyó ya la inoculación de los esquemas de tres dosis como parte de los mismos—, los especialistas cubanos han reiterado que la seguridad e inmunogenicidad reportadas hasta el momento avalan la apuesta por ellos como vacunas anticovid y su empleo en las intervenciones sanitarias actualmente en marcha.
Los investigadores cubanos poseen “suficientes datos de seguridad después de la aplicación de decenas de miles de dosis de la vacuna” y “los eventos adversos reportados son muy bajos, y solo son fundamentalmente leves y algunos moderados”, de acuerdo con el presidente de BioCubaFarma, quien también apuntó que los ensayos clínicos fase 2 han demostrado que “más de un 90%, alrededor de un 95%, de las personas que usaron las vacunas llegaron a tener respuesta de anticuerpos por encima de cuatro veces con respecto a los niveles basales”.
“Es decir, que hubo realmente una inducción de anticuerpos tras la aplicación de los candidatos. Y hemos demostrado por diferentes métodos, que están validados y se utilizan internacionalmente, que esos anticuerpos tienen la capacidad de neutralizar al virus”, añadió Martínez, para quien “este elemento de inmunogenicidad elevado, unido al elemento de seguridad, llevó al Ministerio de Salud Pública, a partir de sus prerrogativas como autoridad sanitaria del país, a aprobar la intervención sanitaria en poblaciones y territorios de riesgo”.
“Para ello se hizo un análisis riguroso de los riesgos y beneficios de este proceso, por expertos con mucha experiencia, y de esa evaluación y con el conocimiento de los resultados de investigaciones con otras vacunas, con todo ese antecedente, se decidió llevar a cabo la intervención”, agregó.
Cuba supera el millón de personas inoculadas con candidatos vacunales anticovid
Para el caso específico de Abdala, la Dra. Marta Ayala Ávila, directora general del CIGB, señaló que “en los estudios clínicos fase 1/2, sobre la búsqueda activa de eventos adversos, los resultados evidencian que estos se han ubicado en un 95% en eventos leves y un 5% en eventos moderados; y estos últimos se resuelven por lo general sin medicación”. Además, confirmó que los más frecuentes son los asociados al sitio de administración, como dolor y aumento de volumen, y otros como cefalea, malestar o somnolencia.
Por su parte, el Dr. Vicente Vérez, director del IFV, comentó que tampoco en los estudios con Soberana 02 y Soberana Plus —como tercera dosis o refuerzo a convalecientes— se han registrado efectos adversos severos o graves u otros raros o no esperados “en un nivel de repetición fuera de la incidencia normal que tienen estos eventos en el número de población que se está estudiando” y reiteró que las vacunas cubanas “están sustentadas en plataformas muy seguras, por lo que no hay nada fuera de lo común que esperar con estos candidatos”.
No obstante, ambos directivos aseguraron que se mantiene una vigilancia “con mucha responsabilidad” sobre los participantes en los estudios, y que “todos los incidentes se recogen y se estudian” con vistas a su análisis y futura publicación, aun cuando después se compruebe que no han estado asociados a la vacunación. “Pero si ocurren luego de los individuos ser vacunados, tienen que estudiarse en el contexto de ese estudio o intervención”, precisó la Dra. Ayala, en una posible referencia a eventos reportados en redes sociales.
¿Y la eficacia?
El porciento de eficacia, convertido en titular de prensa durante la pandemia y en rasero con el que muchos miden la calidad de las vacunas anticovid, sigue siendo un misterio en los casos de Soberana 02 y Abdala. No porque sus desarrolladores no lo deseen revelar —lo cual resultaría básico para que los inmunógenos cubanos sean reconocidos internacionalmente y puedan exportarse a otros países—, sino porque aún no se cuenta con ese dato.
La razón, según los directivos y especialistas de BioCubaFarma, es simple: para su cálculo, en diferentes cortes previstos previamente en los protocolos, es necesario llegar a un número de enfermos de la COVID-19 entre quienes participaron en los ensayos clínicos, para entonces, entre otras evaluaciones relacionadas con la sintomatología y evolución de la enfermedad, conocer cuántos de esos enfermos fueron inyectados con placebo y cuántos realmente inmunizados con alguno de los esquemas en estudio. Y todavía se están cotejando y procesando las bases de datos con vistas a un primer corte.
“Ya en estos momentos existen participantes en los ensayos fase 3 que se han infectado con el virus, y participantes que han contraído la enfermedad, y cuando se tenga la cantidad prevista para un primer corte se podrán dar los primeros registros de la eficacia, una vez que se abran los códigos y se determine cuáles de esas personas fueron inyectadas con el placebo y cuáles con los candidatos vacunales”, detalló el Dr. Eduardo Martínez, que adelantó que en junio deben conocerse los primeros resultados, tanto de Soberana 02 como de Abdala. Ya con ellos en la mano se solicitaría la autorización para su uso de emergencia a la autoridad reguladora cubana (Cecmed), la que, aseguró, “ha venido acompañando todos los procesos de las vacunas”.
Tanto Martínez como los demás expertos y autoridades se sienten optimistas con los indicadores e indicios reportados hasta la fecha, y también con el hecho de que “han comenzado a aparecer en la literatura investigaciones cuyos resultados hablan de correlación entre los niveles de anticuerpos que neutralizan al virus y la eficacia posterior de las vacunas”, lo que de comprobarse en la fase 3 de los candidatos cubanos sería una excelente noticia. Sin embargo, prefieren no crear falsas expectativas y manejar un margen amplio de posibilidades, en un contexto “retador” por la circulación en la Isla de cepas ante las que otras vacunas ya en uso disminuyen su eficacia.
“Quisiéramos que nuestras vacunas tuviesen un 100% de eficacia, pero sabemos que eso no sería real. Estamos haciendo los estudios en un escenario donde ya están circulando otras variantes del virus, como la cepa identificada por primera vez en Sudáfrica y que es una de las declaradas como de ׳preocupaciónʹ, por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y ante la cual se ha visto que otras vacunas ya aprobadas para su uso de emergencia disminuyen su eficacia, según estudios realizados. Eso quiere decir que estamos haciendo las evaluaciones clínicas en un contexto que es verdaderamente retador para nuestros candidatos vacunales”, explicó el presidente de BioCubaFarma.
Martínez recordó que de acuerdo con la OMS una vacuna con un 50% o más de eficacia es “recomendable para combatir la pandemia” y dijo que los científicos cubanos esperan, a partir de los resultados del estudio fase 2, “que realmente son muy alentadores, que el porciento sea mucho mayor al 50%”. Además, reiteró que los ensayos previos “han demostrado que nuestras vacunas inducen altos títulos de anticuerpos protectores que neutralizan al virus, alrededor del 95%”, pero que hay que ver si estas cifras se mantienen en una cantidad mayor de personas como las involucradas en la fase 3.
“Decir cualquier número ahora sería especular. Hay que esperar los resultados de las evaluaciones, que son las que dirán la última palabra y se están haciendo con todo el rigor”, señaló el directivo.
Por su parte, el Dr. Vérez se mostró convencido de que “vamos a tener porcientos importantes de eficacia, incluso en el escenario de transmisión actual”, porque, dijo “hemos puesto lo mejor de nuestra ciencia detrás de nuestras vacunas”, y apuntó que ya en los estudios fase 3 se ha observado “una disminución paulatina del número de personas positivas al virus y enfermas” a medida que se avanza en la aplicación de las dosis. “No quiere decir nada aún hasta que no tengamos concluidos los ensayos clínicos, pues para eso es el grupo placebo control, pero la disminución de contagios que vamos viendo preliminarmente de una dosis a la otra es algo alentador”.
Como apoyatura, el Dr. Eulogio Pimentel, vicepresidente de BioCubaFarma, develó a la prensa datos del estudio de intervención aplicado en trabajadores de ese grupo empresarial con los dos candidatos vacunales más avanzados y sin placebo. De acuerdo con ellos, de los 16.711 trabajadores que recibieron la primera dosis, 144 resultaron positivos por PCR, mientras que de los 14.858 vacunados por segunda vez apenas se detectaron 47 contagiados, y de los que ya recibieron la tercera dosis —alrededor del 50% de los trabajadores inyectados—, solo 21 han sido positivos. Estos datos, afirma Pimentel, “reflejan una tendencia drástica a la disminución del número de casos positivos” a medida que avanza la inmunización y dan un norte sobre una presunta eficacia, aun cuando esta se mide contra los enfermos y no contra los casos positivos.
Los demás candidatos, la ruta internacional
Mientras avanza el procesamiento de datos de los ensayos fase 3 de Soberana 02 y Abdala, con la vista puesta en solicitar el uso de emergencia que dé el impulso definitivo a la vacunación en la Isla, los restantes candidatos vacunales cubanos siguen en estudio. De ellos, Soberana Plus marcha sin dudas viento en popa, tanto dentro del exitoso esquema en el que refuerza dos dosis previas de Soberana 02 y que es uno de los aplicados ya en los ensayos e intervenciones en el país, como en los ensayos propios de dosis única en convalecientes, que avanzaron ya a fase 2 y muestran muy buenos resultados, según los expertos. Por demás, el Cecmed aprobó también su uso en el estudio de intervención en BioCubaFarma, en trabajadores que enfermaron de COVID-19 aunque sin llegar a estadios graves y críticos.
Por su parte, Soberana 01 —el primero de los candidatos cubanos en pasar a ensayos clínicos— está contrarreloj para continuar sus pruebas, en un contexto en el que pronto la población cubana pudiera estar mayoritariamente inmunizada. No obstante, el Dr. Vérez asegura que, por sus valores para despertar la inmunidad innata, sus desarrolladores no piensan dejarla en el camino y ultiman un protocolo de ensayo clínico fase 2/3 en la central provincia de Cienfuegos, para su aprobación por la autoridad reguladora. Su aspiración, según el especialista, es iniciarlo a finales de junio y desarrollarlo con “un escalado hacia arriba, a la población de 60-80 años, y otro hacia abajo, hasta la población pediátrica”, a medida que se vaya avanzando en el estudio.
En cuanto a Mambisa, que tiene como novedad el empleo de la vía de administración nasal —gracias a un antígeno capaz de activar la inmunidad mucosal además de la sistémica—, ya cuenta en su haber con un estudio fase 1 con dos esquemas de dosis, en el que evidenció buenos resultados de seguridad e inmunogenicidad, de acuerdo con la Dra. Marta Ayala, quien explicó que actualmente se evalúa “su colocación en nichos donde las personas necesiten dosis de refuerzo”, como convalecientes y también individuos ya vacunados. Por ello, sus desarrolladores planifican un ensayo fase 1/2 en convalecientes, en el que emplearían tres dispositivos para su administración, como gotas nasales y un sistema de spray que ya se fabrica en Cuba “para elegir con cuál continuar”.
Por demás, tanto Soberana 02 como Abdala dan pasos para el inicio de ensayos clínicos en niños y adolescentes, un grupo etario actualmente fuera de los esquemas de vacunación ya ensayados, en el que se han multiplicado en los últimos meses los contagios y enfermos en la Isla y sin el que no podría completarse la inmunización completa de la población cubana a la que aspiran científicos y autoridades.
Cuba espera iniciar ensayos clínicos anticovid en menores en los próximos días
De igual manera, las principales vacunas cubanas no apuntan solo hacia el interior y ya están en marcha negociaciones con gobiernos o empresas privadas de más de 30 países, de acuerdo con Mayra Mauri, también vicepresidenta de BioCubaFarma. Entre las naciones que han hecho público su interés están Irán —donde también se realizan estudios de Soberana 02—, Venezuela —que anunció la producción en su territorio de Abdala— y Argentina, cuya ministra de Salud visitó días atrás la Isla, donde firmó una carta de intención con su homólogo cubano y conoció de cerca el desarrollo y producción de los candidatos anticovid cubanos.
“Ante el déficit de vacunas muy grande que existe en el mundo, todos los días estamos recibiendo solicitudes de muchos lugares”, señaló la directiva, quien dijo que la idea que manejan las autoridades cubanas “es que tan pronto nuestras vacunas cuenten con los autorizos de uso de emergencia en Cuba, ya estaremos en condiciones de empezar a pasar los procesos regulatorios de los diferentes países e ir materializando acuerdos”.
No obstante, Mauri enfatizó en que en cualquier caso seguirán como “principio fundamental” el hecho de no firmar contratos que Cuba no pueda cumplir. “En eso vamos a ser muy rigurosos y objetivos”, señaló.
Los directivos de BioCubaFarma también reafirmaron “el compromiso” de mantener los estudios y la producción de las vacunas cubanas y lograr el 70% de inmunización de la población de la Isla en agosto, a pesar de las dificultades que ha causado y sigue causando el embargo de Estados Unidos. Entre estas, denunciaron problemas con proveedores que han interrumpido el suministro de insumos y equipos necesarios para las investigaciones y el escalado productivo, el corte de vínculos por parte de bancos que han impedido realizar pagos y recibir financiamiento necesario, e, incluso, el “menosprecio” de publicaciones científicas de la Isla por parte de algunas revistas internacionales, aunque, afirmaron, siguen trabajando en nuevas publicaciones para mostrar al mundo los resultados que se van alcanzando en Cuba.