Científicos cubanos presentaron este miércoles algunos de los productos propios fabricados en tiempo récord para frenar los contagios por la COVID-19, como ventiladores pulmonares, una de las apuestas del país ante la pandemia.
“Todos van encaminados hacia alcanzar una soberanía que nos permita enfrentar de conjunto el complejo panorama epidemiológico”, afirmó este miércoles a la prensa el presidente del grupo estatal de las industrias biotecnológicas y farmacéuticas de Cuba (Biocubafarma), Eduardo Martínez.
El directivo participó en una visita a la empresa Combiomed Tecnología Médica Digital en La Habana, donde se fabrica un ventilador pulmonar de última generación que está pendiente de autorización para comenzar a utilizarse en los hospitales de la Isla.
Martínez mencionó que otros prototipos de ventiladores ya se utilizan actualmente en las salas de terapia de los hospitales en el tratamiento a pacientes graves.
También subrayó que los científicos cubanos han logrado sustituir poco a poco los componentes importados de las pruebas PCR y sustituirlos por otros de producción local, lo cual “representa un ahorro considerable y una solución ante los impedimentos para acceder a los insumos” que Cuba encara debido al embargo económico de Estados Unidos.
Otros objetos producidos por el sector biotecnológico y farmacéutico caribeño son isopos para la toma de muestras diarias, kits para la detención de posibles sospechosos de COVID-19 en las pesquisas diarias, respiradores artificiales no invasivos y equipos para medir la capacidad pulmonar.
En desarrollo está actualmente un equipo para extraer el ARN del virus de forma automática que si prueba su efectividad representaría un ahorro cercano a los cuatro millones de dólares, aseguró, por su parte, José Luis Fernández, especialista del Centro de Inmunoensayo.
Cuba, que marcó este jueves la mayor cifra de casos diarios desde marzo del año pasado con 1.051 casos, atraviesa desde enero una tercera ola de contagios que mantiene en fase epidémica a 10 de sus 15 provincias y al municipio especial Isla de la Juventud.
El país está desarrollando sus propias vacunas contra el coronavirus y tiene dos fórmulas (Soberana 02 y Abdala) en la tercera y última etapa de ensayos clínicos, mientras realiza a la par “estudios de intervención controlada” en La Habana y la zona oriental de la Isla.
Esos estudios pasan por la administración de esos dos candidatos vacunales en los próximos dos meses a cientos de miles de personas, incluyendo casi toda la población de La Habana.
Ninguno de esos fármacos tiene aún autorización de uso de emergencia o registro, algo que las autoridades esperan lograr en torno al mes de junio.
El Gobierno cubano ha apostado a su reconocido sector biotecnológico y no ha adquirido vacunas en el mercado internacional ni se ha sumado al Mecanismo Covax, creado con el auspicio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para favorecer un acceso equitativo a la inmunización en naciones de ingresos medios y bajos.