Cuba y el ajedrez político de la crisis en Venezuela

¿Qué repercusiones podría traer para Cuba la tensión internacional actual en torno a Venezuela? ¿Cómo quedarían las relaciones entre Cuba y Venezuela si el gobierno de Maduro fuera derrocado?

Foto: Kaloian.

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Desde el miércoles 24 de enero de 2018 los países del mundo se clasifican entre los que apoyan a Nicolás Maduro y su gobierno, los que favorecen al opositor y autoproclamado presidente internino Juan Guaidó y los que mantienen una postura neutral en aras de una solución pacífica al conflicto político en Venezuela.

Además de los propios venezolanos, los principales actores en la crisis son también las potencias como Estados Unidos, que apoya a la oposición (junto a la mayoría de los países latinoamericanos, dentro y fuera de la OEA); Rusia, que defiende al presidente constitucional y China, que se mantiene con una postura pro-diálogo.

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Cuba se mantiene como un fuerte aliado político del gobierno de Nicolás Maduro. En este momento más de 22 mil colaboradores cubanos permanecen allí, en misiones médicas, culturales, deportivas, entre otras.

En el actual contexto, Estados Unidos ha ofrecido de forma expedita fondos para apoyar la propuesta de Guaidó y concretar la salida de Maduro. También llamó a celebrar una reunión de emergencia en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, mientras Rusia ha declarado que “cualquier interferencia exterior destructiva es una violación burda de las normas fundamentales del derecho internacional”, según palabras de Putin a Maduro y publicadas en un comunicado oficial.

OnCuba contactó expertos y académicos de Miami y la isla para indagar en las posibles repercusiones de este conflicto para los cubanos, tanto a nivel económico como político. Aunque algunos de los entrevistados denominan el actual conflicto como “golpe” y otros como “levantamiento de la oposición”, donde sí parecen coincidir es en que no habrá mayores efectos en las relaciones internacionales de Cuba.

El académico y profesor de la Universidad Internacional de la Florida (FIU, por sus siglas en inglés) Eduardo Gamarra opina que Venezuela fue un factor importante para Cuba en la salida de la crisis de los 90, por lo que una caída de Maduro del poder “debería ser preocupante”.

“La presencia cubana en Venezuela es muy grande, por lo que si Maduro pierde sería un revés económico y una derrota del intento de internacionalizar la Revolución cubana”, dijo Gamarra.

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Gamarra explicó que el contexto actual es diferente a la época de Hugo Chávez en América Latina, donde básicamente tenía el apoyo de la mayoría del continente y donde financiaba con el dinero del petróleo todas sus iniciativas sociales.

Con Venezuela sumida en una de las peores crisis económicas y humanitarias de su historia, Maduro se encuentra con la reacción en contra de la mayor parte de los países en un continente donde ya no están en el poder líderes de izquierda como Lula en Brasil, Cristina Fernández en Argentina, Michelle Bachelet en Chile o Rafael Correa en Ecuador.

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Durante la crisis actual, en el caso del peor escenario en el que podría ocurrir una intervención militar estadounidense o de otro ejército extranjero, las consecuencias serían devastadoras para Latinoamérica, de acuerdo con el analista político cubano Carlos Alzugaray.

“Una intervención militar norteamericana o de sus aliados en Venezuela sería terrible para los pueblos de la región pues sería un retroceso al pasado en que Estados Unidos fomentaba abiertamente el derrocamiento de gobiernos democráticos e intervenía cuando veía sus intereses geopolíticos en peligro”, comentó Alzugaray.

Por otra parte sería peligroso para los propios Estados Unidos pues sería traer a América Latina y el Caribe, un continente en el cual se ha construido la paz con el esfuerzo de los pueblos de la región, situaciones similares a las que existen en Oriente Medio, por ejemplo, dijo Alzugaray.

“El presidente Trump comete un error si cree que en América Latina y el Caribe no se puede producir una resistencia tan dura como la que han provocado las invasiones prolongadas en el Medio Oriente. La actual administración no parece haber aprendido las lecciones de la historia”, concluyó.

Para Gamarra, una intervención estadounidense en Venezuela es algo improbable: “Si no intervinieron cuando la Brigada 2506 en Cuba, no creo que lo hagan ahora”.

Sin embargo, no descarta la posibilidad de que el gobierno estadounidense le suministre en un futuro armas y recursos a la oposición.

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Cuba, ¿aislada?

Para Rafael Hernández, académico cubano y director de la revista Temas, la idea de que la crisis en Venezuela, el gobierno reaccionario de Bolsonaro en Brasil y Trump en EE.UU., retrotraen a Cuba a los tiempos de la Guerra fría, ignora el contexto real de sus relaciones exteriores.

“Venezuela es importante en la balanza comercial de Cuba, especialmente en petróleo; pero ahora mismo, Rusia y Argelia, dos viejos aliados, están listos para suministrarlo. China, que es el socio comercial número dos, está más cerca que nunca antes de La Habana. Las relaciones con Canadá, México, Centroamérica y todo el Caribe no revelan una situación de deterioro, al contrario”, explicó Hernández.

El académico señaló que, a pesar de la emergencia de gobiernos conservadores en Argentina y Chile, con esos países Cuba se mantiene las mismas relaciones económicas, y se vive un “momento estelar” en las relaciones económicas y diplomáticas con la Unión Europea.

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Desde Miami, el profesor de FIU Michael Bustamante opina que no es creíble una situación donde Cuba termine aislada totalmente, “aunque la dinámica con América Latina sí está enfriada”.

“Ahora mismo hay una tensión con Colombia y el problema del ELN, así como diferencias importantes con Bolsonaro en Brasil. Aunque no creo que los países con gobiernos de derecha cambien su postura contra el embargo”, dijo Bustamante.

En cuanto a los principales actores internacionales, Bustamante señala una contradicción evidente en las posiciones donde “la postura de la Unión Europea frente al conflicto de Venezuela no cambia necesariamente su postura con respecto a Cuba”.

“Sería muy difícil que la Unión Europea adoptara de nuevo la Posición Común y menos que colabore con la administración de Trump en una nueva campaña para presionar cambios políticos o económicos en Cuba. Yo no veo eso como una posibilidad. Y tiene que ver con una dinámica diferente que ocurre en la sociedad cubana. Venezuela es un país polarizado entre dos fuerzas políticas desde hace muchos años, algo que no ocurre en Cuba”, explicó.

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Relaciones Cuba-EE.UU., en el ojo del huracán

Los expertos coincidieron en que, asumiendo que Maduro sea derrocado, eso no cambiaría la posición tradicional que muchas naciones han tenido respecto a la política estadounidense hacia Cuba y el embargo.

“Si Trump o senadores como Marco Rubio piensan que esto es un impulso para tratar de avanzar una agenda respecto a Cuba, no creo que otros gobiernos vayan a participar activamente en ese tipo de agenda”, argumentó Bustamante.

Para Rafael Hernández, Donald Trump no ha sido el presidente norteamericano más hostil hacia Cuba. En todo caso, opina, el gobierno cubano está más preparado para lidiar con esa hostilidad que ningún otro en esta región.

“Si fuera verdad que Marco Rubio y Mauricio Claver-Carone están en el puesto de mando de la política hacia Cuba, dentro de poco nos invadirán. Pero creo que los militares siguen cooperando como hasta ahora”, explicó Hernández.

Además mencionó que hasta el momento no han logrado suspender los vuelos de las 14 aerolíneas y las decenas de cruceros, impedir el acuerdo entre las Ligas Mayores y la Federación Cubana de Béisbol, cancelar las reuniones bilaterales en materia de aplicación de la ley y lucha contra el delito, ni el correo directo, por solo mencionar algunos ejemplos.

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“No subestimo el deterioro de las relaciones académicas y culturales, la parálisis de las visas y del acuerdo migratorio, además de la retórica hostil. Veremos si aplican realmente el Título III de la Helms-Burton y qué harán al respecto la Unión Europea, Canadá, México, y la mayoría de los países con que Cuba tiene relaciones comerciales y cooperación”, dijo Hernández.

Gamarra, por su parte, dijo que Estados Unidos está cambiando un poco las reglas. “El mismo ejemplo de suspender el Título III de la Ley Helms-Burton por solo 45 días envía ciertos mensajes. Pero yo no veo que haya un interés de llevar adelante un conflicto con Cuba”, dijo.

“Creo que va a haber mucha retórica de ambos lados, puede que no haya embajadores por el momento en ninguno de los países, pero francamente dudo que se puedan romper las relaciones. Aunque todo esto es una adivinanza. Y hay que pensar en cuáles son los intereses de los Estados Unidos, donde tenemos nuestra propia crisis de democracia: un gobierno cerrado, un presidente impopular y con cuestionamientos profundos de su legitimidad”, explicó Gamarra.

“Pedir coherencia en momentos tan revoltosos es muy complicado”, concluyó Gamarra.

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¿Viene otro Período Especial?

Dentro de todo este complejo contexto, los cubanos especulan en redes sociales sobre la posibilidad de otro “Período Especial” en medio de una ya muy difícil situación económica.

Para Bustamante es muy difícil predecir qué va a pasar, se mantiene escéptico “cuando la gente dice que Cuba es el próximo dominó que va a caer (luego de Venezuela)”.

“Si eso no sucedió en el año 94, cuando el PIB había caído más de 30 por ciento en tres años, es muy difícil que ocurra ahora”, dijo.

Por su parte, Alzugaray descartó que desde Cuba ocurra una crisis similar que desemboque en un enfrentamiento de ese tipo. “Para Cuba es un elemento más de peligro que se suma a la ya grave agudización de las acciones relacionadas con el bloqueo. Pero es irresponsable argumentar que algo similar puede pasar en Cuba”, dijo.

Por otra parte, y en el campo de las relaciones económicas con Venezuela, sería muy difícil que la colaboración médica cubana continuara sin Maduro en el poder. Bustamante explica que “cuando tú añades eso a la retirada de los médicos cubanos de Brasil, tiene un efecto económico muy fuerte para Cuba. Y ni hablar del suministro de petróleo, que ya había caído durante los últimos años, pero que una nueva administración venezolana sería muy difícil que continuara suministrándola a Cuba a precios bajos”, explicó.

El fin de Más Médicos entre Brasil y Cuba, ¿la punta del iceberg?

“Sí hay una dependencia económica entre Cuba y Venezuela, pero no estamos hablando de la dependencia extrema que existía con la Unión Soviética, por lo que yo no vería un efecto tan grave como en aquella ocasión”, dijo Bustamante.

“Lo que sí resultaría es en la necesidad de Cuba de estrechar alianzas con todo país que pueda, en especial con potencias como Rusia o China, en un contexto de tensión con Estados Unidos. La Unión Europea, de no cambiar su postura, podría ver también una oportunidad para avanzar sus agendas comerciales”, concluyó.

Para Rafael Hernández, el análisis del contexto cubano y su nuevo gobierno ofrece garantías sociales. “Se trata de un gobierno recién electo, que no está con los brazos cruzados, ni hacia afuera ni hacia adentro, cuyas políticas priorizan los problemas económicos, y la recuperación de servicios como el transporte, las tecnologías digitales, las comunicaciones, y mantiene el rumbo hacia una economía mixta”, dijo.

“Este gobierno cubano no solo está muy lejos de afrontar nada remotamente parecido a los intentos de la Asamblea venezolana por derrocar al gobierno de Maduro; sino que es en todos los sentidos el más estable de toda la región”, concluyó Hernández.

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