Lázaro, de 57 años, besa y se persigna con un billete de 100 dólares dentro de una casa de cambio de La Habana en señal de victoria y ante la mirada de asombro de las trabajadoras: “Estuve esperando desde las 3:00 de la madrugada”, cuenta a EFE.
Este panadero, así como muchos cubanos, puede comprar divisas al Estado a partir de este martes, incluyendo el billete estadounidense.
La medida —que aplica únicamente para personas naturales y solo puede ser en efectivo— fue anunciada la víspera por el ministro de Economía, Alejandro Gil, en la televisión estatal.
La noticia subió como la espuma y pronto la gente se agolpó en las 37 casas de cambio oficiales (conocidas como CADECA) que ha sido habilitadas para la operación a lo largo de la Isla. En La Habana solo hay seis.
https://twitter.com/cadecaoficial/status/1562093456557752322
Lázaro está en una de ellas y, a pesar de haber llegado muy de madrugada, le tocó “el turno 37”. La CADECA abrió a las 8:00 hora local (12:00 GMT).
La fila llega hasta la esquina de la calle y da la vuelta hasta la mitad de la otra bajo un fuerte sol del verano habanero.
Icela, de 57 años, tiene el turno número 51 y espera sentada en la acera desde que el local subió la cortina. Los locales cerrarán a las 4:00 de la tarde.
“Es insuficiente”
De acuerdo con la medida anunciada por el Gobierno, hay un tope por persona y día de 100 dólares estadounidenses o la cantidad equivalente en otra divisa internacional.
Para Icela ese límite “es insuficiente”, pero entiende que esto se debe a la falta de divisas con las que cuenta el Estado y que no puede ofertar más.
Desde principios de agosto el Gobierno de Cuba compra divisa internacional —pero hasta hoy no la vendía— con un tipo de cambio de 120 pesos cubanos (CUP) por billete verde, una tasa muy similar a la de la venta.
Hasta entonces, el tipo oficial era de 24 CUP por cada dólar estadounidense, una tasa que se mantiene para empresas y organismos estatales.
La operación comercial iniciada este martes tendrá un margen comercial de entre el 3 y el 6 %.
La ministra presidenta del Banco Central de Cuba (BCC), Marta Sabina Wilson, aclaró en la televisión que este mercado cambiario tiene también otro “límite”: las ventas del Estado dependerán de las compras previas.
“Este proceso llevamos preparándolo desde la semana anterior. Para nosotros es una satisfacción porque (esto) era algo que las personas deseaban”, dice a EFE Sandra Castro Peñalver, subdirectora de atención al servicio de una CADECA de la capital.
En la fila hay de todo un poco, pero la mayoría de la gente cuenta que compra moneda extranjera “para viajar”.
Otros, como Lázaro, aseguran que piensan utilizar los dólares para ingresarlos en las cuentas de moneda libremente convertible (MLC), una moneda virtual cubana que sólo sirve para comprar en ciertas tiendas del Estado, las más surtidas en la actualidad.
En realidad, esto todavía no es posible, según describió en la noche anterior el propio ministro de Economía, debido al veto al uso del dólar por parte de Cuba como consecuencia del embargo de Estados Unidos.
En una segunda etapa, las personas naturales podrán comprar divisa extranjera en bancos y a través de cuentas bancarias. También está previsto que posteriormente se amplíe el número de puntos de cambio.
Falta de divisas
El Estado intenta poner freno a un mercado negro en el que, a día de hoy, el cambio se ubica en torno a los 138 CUP por dólar y no cuenta con una limitación por día como sí pasa en las casas de cambio oficiales.
Cuba importa el 80 % de los bienes que precisa, según Naciones Unidas, y el actual problema de desabastecimiento que sufre el país se debe en parte a la escasez de divisa del Estado cubano, que mantiene el monopolio del comercio exterior.
El ministro de Economía recalcó ayer la “importancia” de la puesta en marcha del mercado cambiario, porque así el Gobierno ha podido acceder a divisas “que no estaban entrando al sistema financiero nacional”.
En ese sentido, la presidenta del BCC apuntó que desde el 4 de agosto se ha captado “diez veces más divisas” que en un mes completo al cambio previo.
“Este tipo de cambio nuevo estimula a las personas para la venta al sistema financiero”, agregó.
Wilson subrayó que el objetivo final es avanzar hacia un “único cambio en la economía”.
El Estado cubano no compraba y vendía dólares desde octubre de 2004, cuando fue oficialmente sustituido por el CUC, un sustituto del billete estadounidense que desapareció a inicios de 2021.