Cuba afrontará un 2026 “difícil, aunque ligeramente mejor” que el calamitoso 2025 en materia de generación eléctrica, según el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy.
En una entrevista publicada este viernes por el periódico Granma, el funcionario reconoció que la falta de combustibles es el talón de Aquiles de una industria estratégica que ha padecido varios eventos de colapso en el último año.
De igual forma, admitió que, pese a la esperada incorporación de unidades térmicas que han sido sometidas a largos mantenimientos y un mayor peso de las energías renovables —en particular, la solar fotovoltaica—, los prolongados apagones persistirán en la isla.
El Sistema Eléctrico Nacional cubano ha experimentado cinco apagones nacionales completos y varias caídas parciales en los últimos catorce meses, dentro de una crisis energética que se ha exacerbado desde la pandemia de 2021.
La situación refleja un sistema extremadamente vulnerable, con apagones diarios que afectan de manera simultánea gran parte del país, con territorios donde los cortes han llegado incluso a superar las 30 horas consecutivas.
Este viernes, para no ir más lejos, la afectación máxima ascendió a 1981 MW y para hoy la previsión oficiales es incluso superior: 2040 MW. Ello, tras reportarse esta semana otra caída parcial en occidente y dos nuevos récords negativos, ambos por encima de los 2100 MW.
Generación eléctrica en situación “crítica” y con otro récord negativo tras la desconexión parcial
Mantenimientos y energías renovables
Durante 2025, cuatro unidades críticas del sistema eléctrico nacional estuvieron sometidas a mantenimientos capitales: Céspedes 3 y 4 en Cienfuegos, Renté 5 en Santiago de Cuba y Este Habana 2 en Santa Cruz del Norte. Dos de ellas ya se conectaron —aunque luego han tenido otros problemas— y las otras dos deben sincronizar en diciembre, según de la O Levy.
El ministro aseguró que 2026 comenzará con todas esas plantas en operación, lo que representa una potencia adicional desde enero. Céspedes 3, con 158 MW, y Renté 5 han ido alcanzando estabilidad tras las reparaciones. Se espera igual desempeño de Céspedes 4 y Este Habana 2.
“En 2025 tuvimos meses sin esas unidades. En 2026 estarán todas generando desde el inicio”, prometió optimista, al tiempo que confirmó una nueva posposición del mantenimiento capital de la termoeléctrica Antonio Guiteras, inicialmente previsto para antes de concluir este año.
En cuanto a la energía solar fotovoltaica, el funcionario aseguró que en ocasiones esta ha llegado a generar el 30 % de la electricidad “en un momento del día” y así “ha mitigado el apagón”
De no ser así, dijo, “las afectaciones por el día serían similares a las que se dan en el horario de máxima demanda”.
Además, afirmó que al cierre del año deben haberse instalado los 1000 MW prometidos, los que “van a estar disponibles desde el primer día de 2026”. Para el próximo año debe también incorporarse una “una potencia grande” en materia solar y se trabajará en el desarrollo del parque eólico Herradura 1, según dijo.
No obstante, no dio detalles sobre cómo se conseguirá llegar a los 51 nuevos parques de 21.8 MW previstos oficialmente, cuando hasta este viernes solo eran 33 los ya en funcionamiento.
El mantenimiento capital “inaplazable” de la Guiteras vuelve a posponerse
Generación distribuida y el talón de Aquiles: el combustible
De la O Levy ponderó que la disponibilidad de la generación distribuida, que en 2021 apenas alcanzaba el 30 %, está ahora por encima del 80 %. Junto con los grupos electrógenos de emergencia, esta capacidad permitió que hospitales y centros vitales continuaran funcionando durante semanas de crisis, según la narrativa oficial.
Sin embargo, gran parte de esos 1000 MW instalados permanecen fuera de servicio por falta de combustible. “El déficit de combustible es la causa fundamental de los apagones”, admitió el ministro, en momentos en que Venezuela, el principal emisor de petróleo a la isla en las últimas décadas, vive momentos inciertos y también han caído las importaciones desde otros países.
Aunque el sistema cuenta técnicamente con más de 3200 MW disponibles, la escasez de combustible limita considerablemente su operación y hace humo las promesas y estrategias gubernamentales. El funcionario insistió en que la dependencia de importaciones es insostenible, dado su costo en el mercado internacional, y que la transición energética busca reducirla.
Para 2026, dijo, existe una asignación de combustible por parte del Gobierno para la generación eléctrica, pero sin un incremento significativo. “Va a haber una disminución de las afectaciones, pero seguiremos con apagones por falta de combustible”, adelantó.
El plan nacional incluye aumentar la producción de petróleo y gas, que había decrecido por falta de financiamiento. En 2025 se logró un repunte y en 2026 se espera iniciar con volúmenes superiores, de acuerdo con el ministro.
La isla consume ocho millones de toneladas de combustibles, solo produce tres millones y compra cinco millones en el mercado internacional, según datos del Ministerio de Energía y Minas (Minen).
El crudo cubano, altamente pesado por contener mucho azufre, se usa para operar las antiguas centrales termoeléctricas, practica que las desgasta y acelera su deterioro, mientras que el combustible diésel y el fuel es importado y lo consumen los motores de generación distribuida y las centrales flotantes, cuyo número se ha visto reducido drásticamente por falta de pago.
Además, normas recientes obligan a que en tres años las formas de gestión económica —estatales y privadas— generen al menos el 50 % de su consumo con fuentes renovables.
“La transición energética no es una consigna, es un programa nacional en el que todos deben participar”, advirtió el ministro.
Felton 2 y nuevas inversiones
El Minen trabaja igualmente en la recuperación de Felton 2, bloque afectado hace tres años por un incendio y cuya caldera debe construirse completamente nueva. El proyecto, junto con futuras unidades en Nuevitas y Mariel, forma parte de la estrategia hasta 2030.
“Son inversiones de largo plazo, adaptadas a nuestras condiciones de suelo, ubicación y crudo”, explicó De la O Levy.
Por otra parte, la severa afectación de la base de Supertanqueros en Matanzas debido al incendio de 2022 complicó la distribución de combustible. La reconstrucción de la instalación avanza con sistemas contraincendios, pararrayos y ductos, pero aún no se precisa cuándo finalizará.
El ministro también destacó la necesidad de mantener redes de transmisión y subestaciones, que cubren casi al 100 % de la población. “Es un desafío inmenso, con miles de kilómetros de cables y transformadores que requieren mantenimiento constante”, dijo.
En lo que respecta a la ayuda internacional, Vietnam donó cuatro parques solares de 20 MW y China entregó 5 mil sistemas solares para viviendas tras el huracán Melissa. Además, se inauguraron los primeros siete parques de un proyecto de 120 MW, también con Pekín, y los restantes están previstos para el primer trimestre de 2026.
“Los países amigos han apostado por las renovables, igual que nosotros, para que Cuba sea independiente de las importaciones de combustible”, resaltó el ministro, quien calificó el 2025 como “el comienzo de la transformación energética”, aunque marcado por la mayor ausencia de combustible en años y apagones de hasta 24 horas en algunas regiones.
Sobre 2026, fue claro: “Será un año difícil, ligeramente mejor, con más generación, pero no vamos a eliminar los apagones. Va a haber una disminución, pero todavía queda un trecho por caminar”.










