Tras varios años de trabajo, primero de carácter estructural y luego de carácter restaurativo, la cúpula del Capitolio comienza a mostrar nuevamente su esplendor a La Habana coincidiendo con los homenajes por el aniversario 500 de la ciudad.
Este viernes, la monumental cúpula salió a la luz ante los ojos de habaneros y visitantes, tras varias semanas de mantenerse cubierta mientras se realizaban las obras.
A los pies del edificio, Eusebio Leal, Historiador de la Ciudad, aclaró que este acto no suple una inauguración próxima.
Hoy solo comenzaron a a ser retiradas las lonas que la cubrían como protección para sus trabajadores y los materiales aplicados para devolverle el dorado original.
Luego tocará el turno a los andamios, una compleja estructura metálica preparada para soportar fuertes vientos, rayos y tormentas, y finalmente, en una fecha todavía por anunciarse.
Según Leal se realizará la inauguración oficial de la cúpula con motivo de las grandes fechas patrias y de las conmemoraciones por los cinco siglos de La Habana.
En ese momento, dijo el historiador, se reconocerá el trabajo de los restauradores, entre ellos los expertos rusos encargados de la aplicación de las láminas de oro, y a partir de entonces se iluminará la linterna superior con un centellador “como fue originalmente, un rayo de luz que junto al faro del morro eran un símbolo de La Habana de todos los tiempos”, explicó Leal en la escalinata de la edificación.
El historiador aseguró ante periodistas y curiosos, que “los habaneros han estado pendientes todo el tiempo de lo que pasa allá arriba” y aseveró que con el retiro de las lonas se devela también “el misterio” de lo que ocurría debajo de ellas.
En los alrededores del Capitolio, la vida continuaba a su ritmo habitual, más allá del asombro de algunos vecinos y visitantes ante los primeros destellos dorados. Algunos aprobaron el cambio –“se ve muy bonito”, dijo más de uno a OnCuba–, mientras otros cuestionaron el impacto real en su cotidianidad.
“Si al menos me dieran algo de ese oro”, sentenció una vecina en tono jocoso.
La cúpula del Capitolio se eleva a 91,72 metros desde el nivel de la calle. Por su altura y diámetro es la sexta del mundo y en el momento de su construcción solo la superaban en su estilo la de San Pedro en Roma y la de San Pablo en Londres.
El emblemático edificio, cuya restauración completa comenzó en 2010 con una inversión cercana a los 150 millones de pesos cubanos (unos seis millones de dólares) y que ya está parcialmente operativo como sede de la Asamblea Nacional, todavía es motivo de reparaciones que se espera concluyan este año como parte de las celebraciones por el medio milenio de la ciudad.
“Toda obra de restauración es una obra noble. El patrimonio es un préstamo que las generaciones que vendrán nos han hecho a nosotros, si no lo conservamos, todo se perdería. Esta obra tan esforzada, tan ardua, es un símbolo de la voluntad de la nación por proteger su pasado”, comentó Leal.
Recientemente fue reinaugurada la Estatua de la República, la tercera mayor bajo techo del mundo, la cual ya puede verse restaurada en el vestíbulo del edificio, gracias al trabajo de expertos rusos que, como el caso de la cúpula, le devolvieron su dorado con la aplicación de una fina capa de oro de 24 quilates.