La “Estrategia integral de prevención y atención a la violencia de género y la violencia en el escenario familiar” en Cuba, aprobada por el Consejo de Ministros el pasado junio, entró en vigor este jueves con su publicación en la Gaceta Oficial.
Según explicaron al portal Cubadebate varios especialistas que trabajan el tema, se trata de un plan que se distingue por su carácter “integral” e “integrador”. Además, destacaron su capacidad para “transversalizar el enfoque de género a todas las áreas y organismos que inciden directa o indirectamente en la supervivencia de este fenómeno”.
La violencia de género está reconocida como un problema de responsabilidad estatal en el Artículo 43 de la Constitución cubana y sus repercusiones están comprendidas en el Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres (PAM), ya publicado como Decreto Presidencial.
En las acciones definidas por el documento se abarca “desde lo nacional hasta lo local-comunitario y parten de un enfoque multisectorial, interseccional e interinstitucional que aborda no solo la atención de la violencia una vez ocurrida, sino también su prevención”, apunta el medio oficial.
Además, vincula a los organismos de la Administración Central del Estado, las organizaciones sociales y de masas, la sociedad civil y los Gobiernos municipales y provinciales, a partir de la definición de asuntos concretos a los que deben dar respuestas.
La nueva estrategia se organiza a partir de 10 componentes que incluyen la comunicación social, la educación y formación continua, la prevención, las acciones locales y comunitarias, la atención, la protección, el desarrollo legislativo, la información y estadísticas, la investigación y el seguimiento y evaluación.
Como una de sus fortalezas, los expertos consultados señalan que en cada una de esas áreas se define “no solo objetivos generales y específicos, sino también acciones concretas a desarrollar, las entidades encargadas y los resultados esperados”.
Solicitud de Ley Integral contra la violencia de género en Cuba
El enfrentamiento a la violencia de género e intrafamiliar ha estado en la agenda de la sociedad cubana desde los 1990. Uno de los hitos más recientes en esta lucha ocurrió hace dos años, cuando fue entregada a la Asamblea Nacional del Poder Popular una solicitud para que fuera confeccionada y aprobada una Ley Integral contra la violencia de género en Cuba, que hasta el momento no ha prosperado.
Recientemente el gobierno anunció la creación un Observatorio de Género que incluiría los registros actualizados de feminicidios y otras expresiones de violencia machista, hechos sobre los que hasta ahora no existe un sistema público de información estadística.
Sin embargo, en ese momento la secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), Teresa Amarelle, confirmó que aún se estudiaba la metodología que seguiría dicho Observatorio.
Ahora, la entrada en vigor de esta estrategia gubernamental supone un nuevo paso para el abordaje y la respuesta institucional a la violencia de género, un tema que ha ganado en visibilidad en las redes sociales y con la acción de activistas y agrupaciones independientes.
Su publicación en la Gaceta Oficial ocurre tras la divulgación en medios no estatales de supuestos casos de abuso sexual cometidos por el trovador Fernando Bécquer, hecho que ha generado una fuerte reacción y debate en las redes, a partir de los testimonios de las presuntas víctimas.
Mientras el trovador ha negado las acusaciones en su contra y algunos colegas suyos le han mostrado su apoyo, otros se han desmarcado, al tiempo que muchas personas y colectivos han apoyado a las denunciantes y han asegurado que dan crédito a sus testimonios. Además, han comenzado a salir a la luz nuevas historias sobre casos similares, un fenómeno que recuerda lo sucedido en los orígenes del movimiento MeToo.