La largamente esperada, pero aún no materializada unificación monetaria es una “condición necesaria, aunque no suficiente, para reordenar y actualizar la economía nacional“, aseguraron expertos del Banco Central de Cuba (BCC).
En un análisis sobre el tema publicado este jueves en el diario oficial Granma, los especialistas se refirieron a “los imperativos” de eliminar la dualidad monetaria existente en la Isla desde los años 90, en momentos en que la Isla atraviesa “una crisis agravada por impactos de la pandemia de la COVID-19 en el sistema productivo global y el endurecimiento del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba”.
Tras hacer una retrospectiva de las medidas implementadas durante casi tres décadas para establecer y regular la dualidad monetaria y cambiaria y las condiciones para su pretendido desmontaje, los expertos abordaron los problemas subyacentes del actual escenario que, en su criterio, “deben solucionarse con urgencia”.
Ian Pedro Carbonell, especialista de la Dirección General de Políticas Económicas del BBC, explicó cómo la dualidad vigente “genera distorsiones en el sector empresarial y en la forma en que la población interactúa con él”, al tiempo que produce una “desconexión interna entre el precio minorista y el precio mayorista”.
“Uno de los problemas que requieren mayor atención es el tipo de cambio en el sector empresarial (de 1 CUP igual a 1 CUC igual a 1 USD), que es lo que llamamos ‘sobrevaluado’, lo cual representa un freno para las capacidades productivas, desestimula a los exportadores y favorece las importaciones”, comentó.
En opinión de Carbonell “esta situación tiene un efecto considerable en el funcionamiento y el balance contable de las empresas, y dificulta la medición de los hechos económicos y el efecto que deben tener los incentivos”.
En cuanto a su impacto en la población cubana, apuntó que “las dificultades están relacionadas, sobre todo, con los procesos engorrosos que genera tener que usar dos monedas nacionales, lo cual se ha ido corrigiendo con la posibilidad de usar ambas en muchas instalaciones”.
El entorno ideal
Por su parte, Karina Cruz, especialista de la Dirección de Estudios Económicos del BCC, dijo que un entorno monetario ideal en Cuba supone la estabilidad de la moneda nacional como la clave, lo que, en su criterio, “se logra garantizando que los procesos de emisión de dinero se correspondan con la evolución de la economía real o productiva”. También, evitando los procesos inflacionarios “que ocurren cuando existe demasiado dinero en circulación y cuando se elevan los precios, lo que afecta el poder adquisitivo de la moneda y su credibilidad”.
“Un escenario favorable para que el peso cubano pueda cumplir con sus funciones y se logren preservar los equilibrios macroeconómicos apuntó la experta–, implicaría un tipo de cambio que acerque la oferta y la demanda de divisas; la existencia de reglas claras de emisión monetaria, para que en la economía haya justo la cantidad de dinero necesaria, y la disciplina entre los ingresos y gastos del Gobierno (control del endeudamiento público)”.
Además, Cruz destacó la importancia de “la coordinación entre los organismos encargados de conducir las políticas macroeconómicas, así como transitar de una dirección administrativa al uso de instrumentos financieros, para que los precios puedan ofrecer señales para un mejor desempeño de los consumidores, productores y la planificación general de la economía”.
A ello añadió la relevancia de que “exista una oferta estable y de calidad de bienes y servicios que puedan ser adquiridos en la moneda nacional”, así como “la necesidad de crear condiciones que estimulen que las personas y las empresas ahorren y obtengan créditos en la moneda nacional”.
Cuba, entre la crisis, el ajuste y las nuevas tiendas en divisas
De acuerdo con la especialista, debe trabajarse en “la superación de todos los involucrados en convertir este entorno ideal en lo más real posible para Cuba”, pero no ofreció una hoja de ruta ni horizonte temporal para ello.
Este análisis público de los expertos del BBC llega en momentos en que el gobierno cubano impulsan un grupo de medidas para impulsar la deprimida economía cubana, entre ellas la apertura de tiendas en Moneda Libremente Convertible y la eliminación del gravamen sobre el dólar estadounidense.
En más de una ocasión, el presidente Miguel Díaz-Canel y otras autoridades han referido la necesidad de impulsar la unificación monetaria, pero hasta el momento no se han dado aún los pasos definitivos.
A fines del pasado año, Díaz-Canel afirmó que para la economía de la Isla “lo más apremiante es el ordenamiento monetario”, al tiempo que el el ministro de Economía, Alejandro Gil, matizó diciendo que la unificación monetaria no se haría “contrarreloj” sino “cuando estén creadas las condiciones”. Aún así, en el actual panorama económico provocado por la pandemia la unificación monetaria, según Granma, está “en el horizonte de Cuba”.
Cuando al abordar la situación en Cuba algún interlocutor emplea la frase “esto está malo” inmediatamente le riposto “estará peor, porque malo ha estado siempre”. Podrá parecer una visión pesimista pero se ajusta al devenir de las últimas seis décadas. En Cuba la población en general apenas se ha mantenido en un estado de sobrevivencia salvo brevísimos períodos de cierta mejoría vinculados a generosos subsidios desde el exterior que la mala gestión, el voluntarismo y el derroche en quimeras se encargó de llevar al agujero negro de la crisis generalizada. Recientemente se ha puesto de moda darle aparente protagonismo a funcionarios públicos de menor nivel; no puede esperarse que ninguno de ellos se aparte un milímetro del discurso oficial. El artículo del Granma podría haberse hecho sin los especialistas repitiendo lo que hasta los profanos sabemos. Lo que el pueblo necesita saber no es lo que se decida hacer con el problema, que de todos modos en nada puede influir, sino cuando será, cómo le afectará y el plazo comprometido para la proyectada solución. Al pueblo no es el verdugo en último caso es la víctima, y al menos debe saber lo que le tocará. Saludos.
Asi es Antonio, simplemente es conducir al pueblo y sus estados de opinion al antojo de la clase gobernante, incluso haciendolos culpables del problema y participe necesario en la solucion. Lo de divide y venceras nunca faltara en cada momento. Inocular la envidia y el odio para que proliferen los “chivatientes” y mostrar en la TV (en horario estelar) a acaparadores, coleros y revendedores para culparlos de la situacion, sin faltar un Trump culpable de todo lo malo que acontece en Cuba. Asi los mantienen entretenidos y ocupados, mientras el tiempo pasa y nos vamos poniendo cada dia mas viejos pero tambien mas…..