El robo de ganado en Cuba se duplicó durante el 2022, según datos del Ministerio de Agricultura (MINAG) difundidos este lunes por el medio oficial Cubadebate.
El año pasado se denunció el hurto de 82 445 cabezas de ganado (43 315 vacas y 37 130 caballos, entre otros), cuando en 2021 habían cerrado en 33 690 (con 17 144 vacas y 16 546 caballos), apunta el reportaje.
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El director de ganadería del MINAG, Adrián Gutiérrez Velázquez, reveló que el incremento desmedido había comenzado en junio de 2022, alcanzando picos de hasta 10 000 cabezas por mes.
Los territorios con las mayores cifras de estos hechos son Villa Clara, Holguín, Matanzas, Cienfuegos y Las Tunas.
El delito es mucho más complejo, pues no solo implica el robo del ganado, sino que también está unido a hechos de violencia.
Gutiérrez Velázquez, añadió que “aunque lo veamos como algo actual, el problema real es el impacto que va a tener en la ganadería en el futuro”.
Según el Ministerio de Agricultura, los hurtos de 2022 suponen “5000 toneladas de carne deshuesada” o en torno a casi un kilogramo de carne por habitante en un año.
Los robos, explica el trabajo firmado por varios periodistas, tienen un gran costo económico para los ganaderos, ya que los animales se pueden vender por entre 20 000 y 40 000 pesos, pero también implica una pérdida de tiempo.
“Se invierte, como mínimo tres años de trabajo, para desarrollar estos animales de alto valor genético”, explicó Denis Sixto Rodríguez, director de la Finca Corralito, de la Empresa Pecuaria Genética Camilo Cienfuegos.
La percepción del aumento de la delincuencia y de los hurtos con violencia, en el campo y la ciudad, ha aumentado en los últimos meses en Cuba, un país tradicionalmente seguro en el contexto latinoamericano. El Gobierno cubano no publica estadísticas de delincuencia, apunta Efe.
Cuba: se disparan las cifras de hurto y sacrificio de ganado mayor
Cuba atraviesa una profunda crisis económica por la combinación de realidades como la pandemia de coronavirus, el endurecimiento de las sanciones estadounidenses y los errores en las políticas económicas y monetarias nacionales.
La situación se evidencia en un grave desabastecimiento de productos básicos y en una inflación que ha duplicado los precios en 24 meses en el mercado formal.