Redacción OnCuba
El realizador cubano Juan Padrón, creador de los legendarios animados de Elpidio Valdés, se encuentra ingresado en terapia intensiva por una enfermedad pulmonar, pero su estado de salud ha permanecido estable dentro del cuadro de gravedad.
Su hijo, el cineasta Ian Padrón, agradeció los mensajes de apoyo en un post publicado en su perfil de Facebook y desmintió rumores sobre una posible infección de su padre con el coronavirus causante de la COVID-19.
“Mi padre sigue en estado grave pero estable. Mi familia me pide que explique que todas las pruebas a virus, han dado negativas. Que nadie considera que sea Coronavirus. Gracias por los miles de mensajes de aliento y salud. Aún sigue luchando “el último mambí”. Fuerza papá!!”, escribió Ian.
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Su hermana, la psicóloga Silvia Padrón, también dedicó un emotivo mensaje a su padre en el que agradece, en primer lugar, la atención médica que ha recibido el autor de “Elpidio”.
“Quiero agradecer la formidable atención médica que está recibiendo mi papá. Está descartado que tenga Coronavirus y seguimos poniéndole fuerza. Él está malito pero batallando duro por salir de esta. Gracias por las expresiones de cariño. ESTE MAMBI NO SE RINDE!!!!!!!!!!”, publicó Silvia.
Juan Padrón, de 73 años –nació en enero de 1947 en el Central Carolina, en la provincia de Matanzas–, está estrechamente vinculado a la memoria afectiva de legiones de cubanos desde que sus animado insignia, Elpidio Valdés, inició sus aventuras en las pantallas y publicaciones cubanas durante la década del 70.
Luego de trasladarse a La Habana trabajó como animador en el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) y caricaturista en la sección “El Hueco” de la revista Mella, junto a Virgilio Martínez, Newton Estapé y Silvio Rodríguez, quien también se desempeñaba en ese entonces como caricaturista.
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Influido por notables dibujantes como el cubano Tulio Raggi, el australiano Harry Reed, y el catalán Juan José López (Jan), Padrón estrenó en 1970 al mambí Elpidió Valdés en su historieta de samuráis Cachivache.
A partir de entonces, quedó prendado de un personaje que nunca más lo abandonaría, y que ya forma parte de la vida de millones de cubanos y se ha convertido en uno de los grandes iconos culturales de la Isla.
“Me gustó tanto el personaje que dejé Cachivache y decidí hacer una historieta con el cubano nada más. Y ahí nace el primer Elpidio, que no aparecía en las guerras de independencia, sino siempre en otros países, ¡hasta en el planeta Marte apareció en una ocasión!”, dijo Juan en una ocasión a OnCuba.
“Yo me enamoré de Elpidio desde el primer día en que lo dibujé”, aseguro Padrón, quien en los últimos años no ha dejado de desarrollar una prolífica obra creativa.
Uno de sus actuales proyectos es La Manigua. Se trata de un centro cultural y recreativo fundado para preservar y promover la cultura cubana a partir de su obra, en la que aparecen otros célebres animados como la película Vampiros en La Habana.
La idea la creó en conjunto con su hija Silvia y se encuentra en las primeras fases de su desarrollo. El espacio está instalado en Paseo y Calle 35, en el municipio, en La Habana.
La Manigua ofrecerá a las familias, a los niños y niñas la oportunidad de sumergirse en un universo de juegos que les permitirá estimular la creatividad y el aprendizaje.
“Queremos que este espacio haga sinergia con la obra de mi papá o la trascienda, en el sentido de que se crucen con lo que es la cubanía”, dijo Silvia a OnCuba.
“Lo que ha aportado mi papá a este país es habernos enriquecido como seres humanos, sin la gente saber que lo estaba haciendo Juan Padrón. Ningún país se puede permitir que sus mejores obras y su patrimonio se queden por ahí, por eso hay que potenciarlos”, agregó.
Ante el delicado estado de salud de Juan Padrón, cientos de cubanos han enviado mensajes de afecto al entrañable creador, a quien muchos le desean que siga luchando por la vida como un “verdadero mambí”. OnCuba se suma a los votos por la recuperación de quien es sin dudas una figura imprescindible de la cultura cubana.
Mucha suerte y salen pronto ya!