Camino a sus 500 años, la restauración de La Habana ha transcurrido entre puntales y esperanzas. La frase es del historiador de la ciudad, el Dr. Eusebio Leal, quien aun visiblemente debilitado físicamente no ha dejado de liderar el monumental esfuerzo por dar, al menos en parte, un rostro renovado a la urbe habanera.
Para Leal, quien se declara “muy feliz con lo hecho”, se trata de la obra de su vida; la labor a la que ha dedicado décadas de insomnios y alegrías y que ahora corona en el contexto del medio milenio de la fundación de la ciudad.
Es, lo reconoce Leal, el trabajo de muchos. De la tropa de arquitectos, ingenieros, técnicos y restauradores de la Oficina del Historiador, pero también de entidades estatales y cooperativas, de instituciones de la cultura y la propia comunidad. Un trabajo que dista de finalizar; que ha sido, es y deberá seguir siendo un empeño de generaciones.
“No es una obra perfecta, sino humana; perfectible y enorme a la vez”, asegura el historiador con la voz entrecortada, pero con gesto vigoroso. Lo dice en el Convento de Santa Clara, que hasta hace poco fuera “un basurero, una escombrera, un desastre sin esperanza” y que hoy, poco a poco, se convierte en parte de un campus universitario en pleno centro histórico.
Es simbólico y sintomático que sea el Convento el sitio de sus palabras de este lunes 4 de noviembre. Las que, a solo 12 días del aniversario 500 de La Habana, dan el pistoletazo de arrancada a las muchas inauguraciones y actividades que forman parte del programa de los festejos. Lo es porque pretende ser un ejemplo de rescate, de renacimiento, una imagen micro de la propia ciudad.
Andamios, balcones apuntalados, paredes despintadas, trabajadores en pleno quehacer. Ese es el paisaje del histórico inmueble, como lo es todavía el de buena parte del entorno urbano. Y, sin embargo, en breve, tan pronto como el próximo 15 de noviembre, ya comenzarán en él las visitas guiadas y la exposición de una “pequeña parte de lo mucho” que los arqueólogos han encontrado allí.
Falta aún para que el antiguo Convento de Santa Clara, la primera residencia femenina de clausura en Cuba restaurada con el auspicio de la Unión Europea y la Unesco, se integre al Colegio de San Gerónimo y se dedique por entero a la docencia; para que en él se estudien las lenguas antiguas, la arqueología, la arquitectura de paisaje, las formas y métodos de construir, “tal y como se ha venido haciendo por la Oficina”.
Faltan todavía sus aulas, su sala congresional, sede de futuros eventos artísticos y científicos, y también su biblioteca, a la que ya han comenzado a llegar los libros “desde Estados Unidos y otros muchos lugares de la Tierra”.
Pero, aun así, ya abrirá sus puertas para “pequeñas actividades culturales”; para mostrar lo ya restaurado, como la mítica Casa del Marino con una reproducción del ancla original, que también se conserva; para exhibir al público, según Leal, “un poco el misterio de Historia”.
Al igual que el Convento, otros sitios del centro histórico habanero y más allá tendrán su despertar en los próximos días. La Plaza de Armas, corazón de la ciudad antigua, mostrará un nuevo sistema de luces que alcanzará a sus principales edificios: el Castillo de la Real Fuerza, el Palacio del Segundo Cabo y el Palacio de los Capitanes Generales.
Varios museos reabrirán restaurados y con nuevos conceptos de museografía: el de los bomberos, el del automóvil –con 10 autos y motos antiguas–, el del ferrocarril, que atesorará el patrimonio ferroviario en la zona de Cuatro Caminos.
El Convento de San Francisco de Asís lucirá una nueva fachada de su claustro norte, mientras el Castillo de Atarés, en el Cerro, exhibirá un nuevo pórtico y puente levadizo de madera, y una exposición de inventos de Leonardo Da Vinci. Este último es una de las tres obras restauradas gracias a la cooperación de Italia, junto a un taller de diseño en la calle San Ignacio, y otro taller para la encuadernación de papel.
En G y Malecón, en el Vedado, un nuevo monumento con forma de estrella sustituirá al dedicado al prócer Calixto García, trasladado ahora para 5ta Avenida, lejos del golpe funesto del mar.
Y en la casa del insigne Antonio Bachiller y Morales, en la calle Reina, quedará inaugurada una biblioteca infantil, “primera de su tipo”, por la que el Dr. Leal dijo haber enviado mensajes “en todas direcciones” en busca de libros para niños. Será una de las tres bibliotecas especializadas de La Habana Vieja, junto a la dedicada a los grandes arquitectos cubanos y otra al diseño, en las que todavía se trabaja para “ir llenando los vacíos de la gratitud”.
La cultura tendrá también protagonismo, con conciertos, galas, exposiciones y festivales como el de Música Contemporánea y el Habana Clásica, y las semanas dedicadas a Bélgica e Italia. Mientras, la historia tendrá nuevamente su cita en el Templete, donde el día 15 en la noche se realizará la ya tradicional ceremonia de vuelta a la Ceiba –con cientos, sino miles de convocados–, en la que serán niños quienes carguen las mazas capitulares y Eusebio Leal dirigirá su salutación a la ciudad.
Y a medianoche, una descarga de fuegos artificiales, dará la bienvenida al aniversario a lo largo del Malecón.
La joya de la corona será la apertura, el sábado 16, del ala sur del Capitolio, con tres salas que estrenarán museografía nueva: la de los símbolos patrios, la de las constituciones –que incluye la recién aprobada Carta Magna– y la sala monográfica donde se cuenta la historia de todo el edificio. Además, quedará inaugurada toda el área exterior y se abrirá el paso entre todas las dos alas de la edificación.
Allí, en la noche, se iluminarán la cúpula dorada y la linterna situada en su cima, similar a la del legendario faro del Morro; mientras a sus pies, una gala artística cantará a la ciudad en la escalinata del edificio. Será el colofón de la jornada de celebraciones, pero no de las labores de restauración.
“Iremos más allá –confirmaría Leal–, porque La Habana no termina”. Cumplidos sus 500 años, puntales y esperanzas seguirán en pie.
Derrumbes, decidía, despreocupación, indolencia y otras 496 palabras que sumarían 500 como fehaciente descripción de lo que es la Habana en su 500’s cumpleaños. Ayúdame a completar y así ayudamos a Eusebio.
No hay peor ciego que el que no quiere.ver
esto es fantastico, me gusta mucho!
Bien bien dicho!