Miles de evacuados, inundaciones, deslaves, ríos crecidos y zonas incomunicadas viene siendo el saldo preliminar por las fuertes lluvias aún persisten en la zona oriental de Cuba tras el paso de una depresión tropical bautizada este domingo como tormenta Imelda.
La tormenta tropical había ganado en organización e intensidad esta mañana, incrementando sus vientos máximos sostenidos hasta los 75 kilómetros por hora mientras la presión había disminuido hasta 996 hecto Pascal, según el Centro de pronósticos del Instituto cubano de Meteorología (Insmet).
La intensidad de las lluvias ha ocasionado deslizamientos de tierra, ríos fuera de sus cauces, árboles caídos y afectaciones al servicio eléctrico.
Ante la situación, las autoridades locales suspendieron las clases en todos los niveles de enseñanza en Santiago y Guantánamo. Además, insistieron en evitar imprudencias como el cruce de zonas urbanas y rurales inundadas y mantener las medidas preventivas recomendadas por la Defensa Civil.
17 comunidades Incomunicadas en Santiago
Los acumulados más significativos se habían reportado en Guantánamo y Santiago de Cuba, así como en algunas localidades de Las Tunas, “aunque el resto de las provincias mantiene también estrecha vigilancia, con medidas organizativas”, apuntaba hoy un reporte del diario Granma.
Solo en Santiago de Cuba, 17 comunidades en las que residen más de 24 000 personas quedaron incomunicadas por las inundaciones y los deslizamientos luego de que el embalse Charco Mono iniciara su vertimiento luego de cinco meses sin operar. La ciudad oriental recibió 250 milímetros de lluvia durante 24 horas, según el diario oficial.
Además, 22 circuitos eléctricos acabaron afectados por las caídas de postes, impactos de rocas y deslizamientos de tierra, desgracia que se suma a la ya grave situación electro enérgica del país.
Evacuados de Guantánamo
En Guantánamo se reportaban 18 000 personas evacuadas, principalmente en casas de familiares y amigos, y el poblado de Paraguay se encuentra incomunicado debido a los escurrimientos de las lluvias desde las áreas montañosas, de acuerdo con un reporte de la televisión estatal.
En la localidad Hatibonico, de esa provincia, habían caído más de 500 milímetros de lluvias en las últimas 48 horas. Otros reportes refirieron acumulados por encima de los 300 mm en zonas de Santiago, donde varias comunidades de Baconao están incomunicadas y se han producido al menos derrumbes parciales de viviendas.
Especialistas de la empresa de aprovechamiento hidráulico de Santiago de Cuba, han referido que las numerosas lluvias de estos días han provocado un aumento de 8,2 millones de metros cúbicos en el volumen total de agua almacenada en los 16 embalses de la provincia, que está impactada por una severa sequía.
Continuará generando inestabilidad
La tormenta, que ya se cobró la vida de una persona en Santiago, continuará generando inestabilidad sobre nuestra área, lo que unido a los altos valores de humedad relativa, los factores de escala local, la orografía y el calentamiento del día favorecerán la ocurrencia de chubascos, lluvias y tormentas eléctricas en las regiones central y oriental del país.
“Estas lluvias pueden llegar a ser fuertes en algunas localidades, fundamentalmente en zonas montañosas”, según el Insmet.
Los meteorólogos cubanos han advertido de que la actual temporada de ciclones en el océano Atlántico, el Golfo de México y el mar Caribe 2025, vigente desde este 1 de junio hasta el 30 de noviembre será “muy activa”, con la posible formación de ocho huracanes, recordaba EFE.
Además, han señalado que las probabilidades de que se origine e intensifique al menos un huracán en el Caribe es elevada (75 %), mientras que es del 50 % para que uno de procedencia atlántica penetre en el mar Caribe y afecte a la isla.
En la temporada ciclónica de 2024 dos huracanes golpearon fuertemente a la isla, uno de ellos -Óscar-, tocó tierra con categoría 1 por la provincia Guantánamo. Sus vientos eran de hasta 130 km/h. Después se degradó a tormenta tropical y dejó ocho fallecidos, daños a 12 000 viviendas, inundaciones que aislaron comunidades, pérdidas en la agricultura y otros estragos.
El otro fue Rafael, de categoría 3, que castigó el occidente cubano, mayormente a la provincia Artemisa -con vientos sostenidos de 185 km/h -aunque también afectó a las vecinas La Habana y Mayabeque- y provocó el colapso total del sistema eléctrico nacional, lo que afectó a 10 millones de personas.