Casi una semana después de la investidura de Donald Trump, Raúl Castro tuvo sus primeras palabras para el nuevo mandatario estadounidense, luego de felicitarlo tras su elección en noviembre pasado. Lo hizo en la V Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que se desarrolló este miércoles en Punta Cana, República Dominicana.
En su discurso en el foro, el presidente cubano confirmó “la voluntad de Cuba de continuar negociando los asuntos bilaterales pendientes con Estados Unidos, sobre la base de la igualdad, la reciprocidad y el respeto a la soberanía y la independencia de nuestro país, y de proseguir el diálogo respetuoso y la cooperación en temas de interés común con el nuevo gobierno”.
En un tono conciliador, el presidente cubano dijo además que las dos naciones “pueden cooperar y convivir civilizadamente, respetando las diferencias y promoviendo todo aquello que beneficie a ambos países y pueblos”, pero reafirmó que “no debe esperarse que para ello Cuba realice concesiones inherentes a su soberanía e independencia”.
Insistió en la eliminación del bloqueo económico como una demanda constante de la parte cubana en las negociaciones bilaterales iniciadas en diciembre de 2014. Esta posición fue ratificada por las naciones miembros de la CELAC, que aprobaron en Punta Cana una declaración contra el embargo / bloqueo.
Los países latinoamericanos y caribeños también saludaron las iniciativas impulsadas hasta hoy para el avance del diálogo entre Cuba y los Estados Unidos y pidieron al presidente Trump que sea devuelto a la Isla el territorio que ocupa la Base Naval de Guantánamo.
Sobre los vínculos de la nueva administración estadounidense con la región, Raúl Castro se mostró preocupado.
“Sería deseable que el nuevo gobierno de Estados Unidos opte por el respeto a la región, aunque es preocupante que haya declarado intenciones que ponen en riesgo nuestros intereses en las esferas del comercio, el empleo, la migración y el medio ambiente, entre otras”, dijo.
Ante este panorama, Castro llamó a “establecer cursos de acción comunes” entre las naciones del área y a evitar “un retorno del neoliberalismo” que en su opinión agravaría las condiciones sociales en América Latina y el Caribe. Además, reiteró el apoyo de su gobierno a la independencia de Puerto Rico.
Los pronunciamientos del presidente cubano se produjeron el mismo día que Trump firmó una orden ejecutiva para iniciar la construcción de un muro fronterizo con México y hacer más ruda la política hacia los inmigrantes ilegales.
Sobre Cuba, en cambio, el mandatario estadounidense no ha anunciado ninguna medida ni estrategia a seguir, más allá de su promesa de campaña de revertir las decisiones de Omaba de no lograr un “mejor acuerdo” con La Habana. Tampoco ha dicho nada sobre los emigrantes cubanos que quedaron varados en México y Centroamérica tras el fin de la política de “pies secos, pies mojados”.
Rex Tillerson, a quien Trump nominó como Secretario de Estado, dijo en su audiencia ante el Congreso que presionarían a Cuba para promover “cambios democráticos” en la Isla y que recomendaría al presidente no firmar ninguna ley que elimine el embargo.
Sin embargo, el nombramiento del abogado judío Jason Greenblatt como negociador internacional de la administración Trump y del ex gobernador de Georgia Sonny Perdue como Secretario de Agricultura, abre una posibilidad al diálogo pues en el pasado ambos se han mostrado favorables a un acercamiento con Cuba. Aun así, los obstáculos para el incremento de las relaciones bilaterales pueden llegar también fuera del gobierno federal.
Este jueves se anunció que la firma de un memorando de entendimiento entre la Administración Nacional de Puertos de Cuba y la del Port Everglades de Florida había sido suspendida por esta última. La causa fue el anuncio del gobernador de Florida, Rick Scott, de recortar fondos a los puertos del Estado que tengan relaciones comerciales con la Isla.
La amenaza de Scott tuvo lugar un día después que llegaran al Port Everglades dos contenedores de carbón vegetal artesanal, el primer cargamento legal que llega a los Estados Unidos desde Cuba en más de cincuenta años.
Las autoridades del puerto estadounidense anunciaron que, aunque ya no se firmaría el memorando, el encuentro entre su administración y la delegación cubana sí se realizaría.