El Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (Cenais) de Cuba registró este viernes un sismo de magnitud 3,6 en la escala de Richter, perceptible en las provincias de Santiago de Cuba y Guantánamo, sin reportar daños materiales, informaron este sábado medios nacionales.
El movimiento telúrico, ocurrido a las 19:18, hora local, no provocó daños materiales, ni heridos ni lesiones, precisó el informe del servicio sismológico.
El evento -el décimo perceptible en el año que transcurre- se ubicó exactamente a 44 kilómetros al suroeste del municipio de Niceto Pérez (Guantánamo) y a 50 km al sureste de la ciudad de Santiago de Cuba, según la institución surgida en esa urbe el 3 de Febrero de 1992.
Cuba registró en 2023 un total de 7 mil 475 sismos, de los cuales 14 fueron perceptibles, de acuerdo con el resumen anual del Cenais. Las magnitudes oscilaron de entre menos de 3 hasta 5,9 en la escala de Richter.
Aunque teóricamente no tiene límite, el método perfeccionado por el sismólogo estadounidense Charles Francis Richter indica que un 9 equivaldría a un Grado XII de Mercalli; es decir, “destrucción total”. El mayor terremoto en la historia conocida, tuvo lugar en Chile, en 1960, alcanzando los 9.5 grados Richter.
Falla de Oriente
El pasado año, la falla geológica Oriente, principal zona de actividad sísmica y constituido por un límite de placas al sur de la región este de Cuba, marcó el mayor número de sismos en la isla.
Cuba está ubicada en una región -que abarca de la República Dominicana a México- en la que confluyen diferentes sistemas de fallas tectónicas y tiene una importante actividad sísmica.
En geología, una falla es una fractura o conjunto de fracturas en los grandes bloques de piedra de la litósfera que producen una discontinuidad o desplazamiento relativo entre los conjuntos de piedra.
Este tipo de roturas se producen cuando la fuerza del movimiento tectónico vence la resistencia de los materiales del suelo.
En los lugares donde hay fallas tienden a producirse movimientos sísmicos, ya que la presión de las placas tectónicas estremece los bloques de piedra al resistirse al movimiento, pues no hay lubricación de ningún tipo entre ellos: la energía se acumula en el sitio y al liberarse, cuando alguno de los dos bloques de roca finalmente cede, se generan las ondas sísmicas que percibimos en la superficie.
Cuba finaliza su red occidental de vigilancia sobre terremotos con moderna estación en Pinar del Río
Red occidental de monitoreo
Justo hace un día se reportó que Cuba había completado su red occidental de vigilancia sobre terremotos locales y lejanos con la instalación de una moderna estación sismológica al sur de la provincia de Pinar del Río.
Esta terminal, comprada mediante colaboración internacional, trabaja de manera automática y transmite sus datos en tiempo real al Servicio Sismológico Nacional, de acuerdo con una nota de Granma.
Su instalación hará que se caracterice mejor la sismicidad en la zona, así como “ubicar exactamente cuáles son los sectores activos que tiene la falla Pinar”, además de contribuir “a precisar cuál es la amenaza a la que están expuestos los habitantes de la región”, detalló O’Leary Fernando González Matos, director del Cenais.
Esta es, agrega el especialista, la instalación de su tipo más moderna en Cuba, “con una posición geográfica envidiable, por lo que se espera que no solo sea de utilidad para los cubanos.”
Santiago de Cuba, 1932
El mayor terremoto documentado en Cuba tuvo lugar el 3 de febrero de 1932 a la 1:15 AM con una magnitud de 6.7 grados en la escala Ritcher. Dejó 13 fallecidos, entre ellos 3 recién nacidos y un gran número de heridos, aunque a ciencia cierta no se conoce la estadística exacta, presumiéndose en unos 2 mil.
En días posteriores, el servicio meteorológico de las Antillas Menores, con residencia en Santiago de Cuba, había enviado al Observatorio Nacional una lista de los temblores ocurridos en la ciudad desde el día 2 hasta el 6 de febrero de ese año, los que sumaron un total de 18 sacudidas con una frecuencia de duración que varió entre 2 y 18 segundos.
De todos los seísmos, el más duradero que el registrado en la madrugada del día 3 de febrero, que dejó 80% de las edificaciones de mampostería y mixtas, parcial o totalmente destruidas o inhabilitadas.