En 1994 se conmemoraron 65 años de la primera interpretación de El Manisero, por Rita Montaner. Al parecer, los aires de celebración y el retumbar de la melodía en sus oídos, empujaron a Manuel Roselló a reanudar, ese año, la elaboración de un alimento auténticamente camagüeyano.
Él vivió la misma época de la cantante, pero en situaciones distintas: en lo que Rita triunfaba en Europa y el mundo entero bailaba al compás de ese ritmo tan pegajoso, Manuel y cientos de cubanos encontraban en el maní su única fuente de vida.
Hacia la década del `30 del pasado siglo, empresas norteamericanas asentadas en el país obtenían altos beneficios del cultivo de la leguminosa, debido a los buenos precios de su manteca durante la Segunda Guerra Mundial. Gracias a ese acontecimiento el cacahuate se hizo popular en Cuba, particularmente la variedad blanca, cuya semilla está compuesta por más de un 40 por ciento de aceites.
Rellenos de maníes tostados con sal, los cucuruchos recorrieron toda la Isla y se hicieron famosos incluso en París, cuando La Única representó a esos vendedores de forma magistral en el Teatro Olympia. Fueron hombres como Manuel la inspiración de Moisés Simons para componer el folclórico estribillo.
Primero vendió Roselló cucuruchos en una bicicleta. Luego turrones. Después dulce para navidades. Y finalmente la Crema, de la cual nadie conocía sus secretos, pero todos hacían colas para adquirirla en cualquier época.
Tenía casi 30 años, en 1943, cuando decidió inscribir su marca. A él le interesaba patentizar un sabor único, para poder mejorar su precaria situación económica. Huérfano desde pequeño, había fungido como criado, dependiente en una tienda, machetero en tiempo de zafra, repartidor de una florería. Por eso confeccionar derivados del maní no fue una simple posibilidad en su vida: o lo hacía bien o se moría de hambre.
Con los años 50 llegaron la publicidad y la crítica especializada. Revistas, periódicos, programas de radio: todos hablaban de un “producto concentrado, rebosado en grasa natural, altamente nutritivo, y con el punto exacto de azúcar”.
Así se fue colando en las viviendas principeñas. El sello Roselló se mantuvo intacto, incluso durante el período de las nacionalizaciones. Una carta del Ché le permitió a esa familia conservar su negocio, pues “no le debía nada al pueblo cubano”.
Pero a finales de los ´60 la materia prima escaseó y para ningún agricultor fue rentable sembrar el pequeño arbolito, que hunde sus flores bajo tierra. La producción se volvió cada vez más inestable, al punto de la extinción.
No fue hasta mediados de los ´90 –cuando la dura realidad del Período Especial azotó los hogares cubanos– que Manuel decidió reanudar su empresa. Su hijo Miguel le dio las fuerzas y aprendió de su padre anciano los secretos de una crema irrepetible.
En 1994 la Oficina Cubana de la Propiedad Industrial -acogida al arreglo de Madrid- señalaba a Roselló como la única Marca Registrada a nivel internacional, propiedad de un cubano, en la rama de la gastronomía. Desde entonces Miguel ha intentado insertarse en el mercado extranjero para atraer financiamiento, pero las trabas burocráticas son demasiadas y ya él comienza a sentir el peso de la vida en sus espaldas.
No obstante, nunca muere la esperanza en la vivienda camagüeyana de la calle San Ramón Oeste, número 360. Allí el dulce mantiene su autenticidad. Aunque las maquinarias facilitan la molida, la receta sigue siendo la misma e incluye el tostado con leña para garantizar el olor y sabor característicos, y el moldeado a mano para una mejor consistencia.
El Maní Roselló es sin dudas el mismo de hace 70 años, el mismo que degustó mi abuelo y a mí me hizo escribir estas líneas: “bueno y cubano”.
Muy buen producto , lo recomiendo ,,,, producido auténticamente en la provincia de Camagüey , la cuidad de los tinajones y una fórmula original de la familia Rosello. Todo camagueyano añora un pedazo de ese especia dulce.
Sin dudas un autentico producto camagueyano, no duden en probarlo , pura crema y confeccionado con amor y orgullo familiar , a mi amigo Rosello , le doy gracias por seguir con tan grande tradicion y buen gusto
FELICIDADES POR ESE LEGADO,SIEMPRE QUE VOY COMPRO PARA TRAER AL PAIS DONDE RESIDO,PORQUE ME ENCANTA,GRACIAS:)
Tengo la felicidad de contar en mi vida con la esperiensa de ser amigo y hermano de Miguei Angel Rosello, e desgustado sus creaciones, e disfrutado de un cafe y de una grata conversacion en su terrasa y puedo asegurar que no hay una crema de mani con igual calidad. Naci en el 82 y estoy seguro de que la inea se a mantenido intacta desde que Manuel la creara. Sin mas un abrazo, eso esta” RICO Y PICO “.
Hola. Les escrio desde Argentina. MI apellido es Roselló. Mi bisabuelo vino a argentina, allà por los inicio del 1900, stuvo unos años acà se fue hacia Cuba. Dejò acà a un hijo, mi abuielo, Miguel era su nombre. ¿Seremos parientes? Me guatarìa comunicarme con uds. Gracias
P: D: estuve en Cuba hace unas semanas. Bello pais
A Miguel pude conocerlo personalmente,y comprarle en las tardes la crema de mani Rosello.Vivi cerca de su casa por muchos años en Camaguey.La mejor crema de mani. ..
El primer Turrón de Manó de Cuba se elaboró en mi familia. Turrones Jijona del Valle desde 1934.