Cada día más ancianos trabajan en Cuba. Para comprobarlo, no es necesaria una indagación exhaustiva ni mayores facultades de percepción; con solo mirar en derredor es posible encontrarlos desempeñando las más diversas ocupaciones, al impulso de motivos casi siempre económicos y en una tendencia tan creciente como poco reconocida.
Para muchos esa es la única alternativa ante lo maltrecho de sus economías. La necesidad surge sobre todo entre quienes residen solos o acompañados únicamente por su pareja, sin el amparo directo de hijos u otros familiares.
Detalles más, detalles menos, esa también es la historia de Alberto, un exsoldador de 74 años que hoy completa sus días en una guarapera de la ciudad de Camagüey. Para él cada mañana se divide en tres momentos bien definidos: de 6:30 a.m. a cerca de las nueve deshoja y pela las cañas y las apila para llevarlas el lugar donde las muelen, una vez allí ayuda en todo lo necesario y al final, ya pasado el mediodía, recoge el bagazo y lo traslada en un desvencijado carretón hasta el basurero más cercano. En suma, cerca de siete horas de trabajo físico por las que recibe un pago variable, que puede ir desde los cincuenta hasta los ochenta o cien pesos, y una “merienda reforzada”, a eso de las once de la mañana.
“Mucho más de lo que ganaba en mis mejores tiempos con el estado; bueno, al menos en teoría, porque en la ‘verdad verdadera’ todo se me va enseguida, casi sin tiempo pa’ guardar pa’ mayo”, comenta mientras salimos del negocio y se dirige hacia su casa en el reparto Simoni, de la ciudad de Camagüey, donde reside junto a su mujer y la familia de su hijo menor.
Resulta casi imposible definir los límites del trabajo que realizan otros tantos hombres y mujeres que como él ya hace tiempo rebasaron la edad del retiro. Contrario a lo que sucede con otros segmentos poblacionales, la inmensa mayoría de las personas de la tercera edad que sigue trabajando lo hace en ramas del llamado sector informal, con una presencia particularmente significativa en merenderos, parqueos, baños públicos y otros espacios del cuentapropismo donde muchos propietarios afirman preferirlos por motivos entre los que resaltan su responsabilidad y experiencia.
En la amalgama de oficios existen algunas “profesiones” que constituyen casi sus cotos exclusivos: la reventa de periódicos y revistas, los limpiabotas y la venta al menudeo de diversos artículos en portales y aceras .
“Es un fenómeno tan extendido que resulta imposible controlarlo o tan siquiera seguirlo desde el punto de vista estadístico”, comentó a OnCuba un directivo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, bajo condición de anonimato. “Tú puedes encontrarte desde un viejito que hoy cuida carros en una casa de renta y mañana vende caramelos en la terminal de trenes, hasta otro que posee una finca o ayuda ocasionalmente a los hijos en el negocio de la familia; es algo muy irregular y que escapa a nuestros tradicionales mecanismos de supervisión, pensados para un escenario más ‘formal’ que no siempre se ajusta a la realidad del país”.
Los números confirman esa falta de claridad. Según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información unas 350 mil personas mayores de sesenta años integran de forma oficial la población económicamente activa del país. Llevada a equivalencias estadísticas, la cifra representaría poco menos del 20 por ciento de ese grupo etario (unos dos millones de personas, en el último censo), pero incluso esa proporción parece quedar por debajo de la realidad, que apunta a un nivel de participación mucho mayor por parte de los pensionados.
Así lo respaldan ejemplos como los de Eloísa (68) y Miguel (67), quienes poco después de acogerse al retiro volvieron a emplearse. La primera lo hizo en su profesión de toda la vida: maestra de primaria, como parte del proceso de reincorporación de pedagogos impulsado por el Ministerio de Educación. “Así me siento útil y me mantengo activa”, asegura. “Después de tantos años frente a un aula, una llega a extrañarla, aunque sea una labor tan difícil y no siempre bien considerada”.
Para Miguel la historia tiene otro matiz. Luego de toda una vida como especialista de Personal en el Ministerio del Azúcar, un día “el embullo” lo llevó a retirarse. “Podía haberme quedado por algún tiempo, pero después del primer paso seguí pa’lante dándole palos al burro. Pero al cabo de un par de meses me di cuenta que no podría montar un negocito que tenía en mente y tuve que ponerme a buscarla. En estos siete años he sido de todo un poco: parqueador, custodio, ponchero… Quien diga lo contrario miente, la gran mayoría de los viejos nos morimos si no trabajamos. ¿Quién puede vivir con una pensión de 290 pesos, como la mía? Es verdad que están los comedores del SAF (Sistema de Atención a la Familia) y que la salud es gratuita, pero cuando tienes que arreglar el televisor te lo cobran bien caro y para ir a un hospital muchas veces hay que coger un coche o un bicitaxi. Si no es con una segunda entrada con qué pagas esas cosas, ¿por obra y gracia del Espíritu Santo?”
El panorama se complejiza a causa de los aumentos de precios ocurridos en los últimos tres años, los cuales han venido acompañados por la reducción de prestaciones sociales y la eliminación de subsidios. Los alimentos básicos y los artículos de uso personal resaltan entre los que más se han encarecido (con tasas promedio de entre un 20 y un 100 por ciento), en un proceso que se ha venido desarrollando a la par de la salida de algunos de esos mismos productos de la canasta normada, donde se expendían en cantidades insuficientes para satisfacer las necesidades de la población, aunque a precios topados y con regularidad en sus entregas.
Cerca de 161 mil ancianos hoy no cuentan con amparo filial y dependen de sus propios esfuerzos o de la atención institucional. Para el 2030 las personas mayores de 60 años constituirán el 30 por ciento de la población cubana.
Con jubilaciones que en 2008 rondaban la mitad del poder adquisitivo de las de 1989, y pese a la radical reforma de la Seguridad Social emprendida en ese mismo año, hoy no sorprende que tantos ancianos deban retomar su etapa laboral en actividades que no siempre se ajustan a su edad y experiencia previa. Como en tantas otras circunstancias, en esta la necesidad tiene la última palabra.
El artículo debería titularse “País de viejos…. que tienen que trabajar”
NO ES CIERTO ESTO NO PASA EN CUBA….ESO ES DEL CAPITALISMO, EL SOCALISMO NO PERMITE QUE ESTO OCURRA……………..
Realmente es muy doloroso ver como personas que han trabajado gran parte de su vida , tengan que continuar trabajando para SOBREVIVIR no para vivir, porque vivir es otra cosa, la gran responsabilidad de detener esto, debe ser de los jóvenes y adultos de hoy, ese será su Karma…………..
Es una gran falta d respetos que tengas que trabajar duro durante tu vida y cuando se suponia que te retirabas y disfrutarias de una vejez tranquila, te des cuenta que sigues siendo un mulo y dbes seguir trabajando para mal vivir y emplearte en lo que aparezca y te puedes poner tan reventao que algun imbecil quiera que pagues ipuesto por ello. es triste no como envejece la población, sino la mala calidad de viene de esa vejez y la juventud partiendo pa cualquier lugar porque el futuro, bueno ese nadie lo ve ya.
Rectificando erratas del anterior texto:
Es una gran falta de respeto que tengas que trabajar duro durante tu vida y cuando se suponia que te retirabas y disfrutarias de una vejez tranquila, te des cuenta que sigues siendo un mulo y debes seguir trabajando para mal vivir y emplearte en lo que aparezca y te puedes poner tan reventa’o que algun imbecil quiera que pagues impuesto por ello. es triste ver no como envejece la población, sino la mala calidad de viene de esa vejez y la juventud partiendo pa’ cualquier lugar porque el futuro, bueno ese nadie lo ve ya.
Asi lo quiso el govierno; nunca interesado en lo q quiere y queria la juventud en todos estos tiempos de “renovacion”, q no son mas q interminables excusas para afianzarse mas al poder por la falta de confianza en los q mas temprano q tarde se dan cuenta de la gran mentira detras del telon. El retiro es una burla a todos los q apoyaron el sistema participando o aceptando en silencio y pues ahora no les queda mas q conformarse con un dinero q solo paga la comida bodeguera de una semana. Ya es una realidad q hay un gran vacio de fuerza laboral joven q de solo ir a sus casas y ver a sus mayores sufriendo y en la calle el mercado negro proliferando con el consentimiento de la policia solo ven ruta de escape en la emigracion. El govierno sigue haciendo el ciego a un problema q se viene escribiendo hasta en la prensa oficial por mas de tres decadas y la unica conclusion q se me ocurre es la de q se le quiere entregar un pais destruido , salvaje y mal educado al proximo govierno democratico para crear en el futuro un partido de excomunistas con lema de “Sabiamos q iban a fallar”.
Muy buena exposicion. Seria perfecto haber dispuesto de algunos datos estadisticos, aunque reconozco que puede rebasar las intenciones o no ser la esfera del autor. Habria para escribir un libro al respecto. Es un problema mundial pero en Cuba es una catastrofe. En otros paises los retiros tambien son esasos pero los familiares estan en mejores condiciones para apoyarlos. En Cuba esto es imposible pues quienes trabajan escasamente sobreviven. En Cuba se desconocen los datos sobre el nivel de pobreza y por supuesto la cantidad de cubanos en esta situacion.
Las estadísticas sobre este asunto son pocas, casi nulas. De hecho, oficialmente la “contabilidad” sobre el fenómeno se centra en los trabajadores del sector estatal, los contribuyentes cuentapropistas y los que laboran en la agricultura. Sin embargo, y para dar solo una idea en torno al tema; en la ANAP, cerca del 30% de los afiliados tienen sesenta o más años de edad. Suponiendo que las mismas proporciones aplicaran para el resto de los sectores económicos (algo que no parece para nada exagerado), estaríamos hablando de más 600 mil ancianos incorporados al sector laboral cubano. Demasiados, si se tiene en cuenta los numerosos problemas médicos que caracterizan a ese grupo etario.
A Quienes intereses.
El Gobierno cubano esconde la información publica de la verdadera situación de los viejos, abuelitos o jubilados que hoy tienen que trabajar para poder sobrevivir de los altos precios de la economía popular cubana; nunca se ha interesado en lo que quiere y quería la juventud de las décadas de los 60, 70, 80, que fue la Juventud que hizo firme, fuerte, resistible y perdurable esta Revolución. Esa es la juventud que fue a la Sierra Maestra, a Playa Girón, a la Lucha contra Bandidos, a todas las zafras azucarera y otras del pueblo, entre ellas la zafra de los 10 millones, a todos los Contingentes Agropecuarios y Constructivos, a todas las movilizaciones militares y MTT, a las diferentes Misiones Internacionalistas Militares y Civiles, la juventud que no baciló ni un ápice cuando la Crisis de Octubre, la juventud que llevó a cabo la Revolución Cultural, desde la Campaña de Alfabetización hasta hoy en día que la continua, la juventud que libró cuantas batallas le ponían en mano en nombre de la Revolución, esa es la Juventud de a pie que gracias a ella, esta Revolución existe. Etc, etc, etc. Aquella Juventud, son los Viejos, Abuelos y Jubilados de hoy. Que el Estado con la baja renumeración de Pensión que reciben, hoy se hace oído sordo y cree que pueden sobrevivir a esta situación que el Gobierno le llama “”Crisis económica””, Cómo no van a tener que salir a las calles “”A luchar el peso para sustentase el día””, cuando no hay tal crisis. Con 200 o 300 pesos mensuales de pensión no de jubilación, porque el cubano no recibe jubilación, sino pensión, pueden enfrentar después de tantos aportes a la Revolución y siguiendo ideas, puede sustentarse todo lo que está fuera de la Salud, Hogar de anciano, etc. Pienso que esta Juventud de los años decisivos de la Revolución, el Parlamento Cubano debe estudiar cuidadosamente su statu de vida y pensión, porque llegará el 2030 y seguirán las mismas historias. Pienso que el Estado Cubano no esté ciego ni sordo, este problemas se radia constantemente y hay que ver la verdad en las calles, en los barrios, comunidades etc, escucharles sus preocupaciones, no la que interezan divulgar por los medios de prensa, no desde una oficina con aire acondicionado y desde el punto de vista que “”lo mío está asegurado, no me importa lo demás””. Este país como social que es, debe de detenerse a estudiar cada caso y atender a cada caso por sus particularidades, participación integral en la construcción de la Revolución. No que le digan a un trabajador que pase a ser pensionado en el 2015, que en los resultados del promedio para su “jubilación”, NO le interesa al Instituto Nacional Seguridad Social (INSS) que haya cumplido 2 o 3 Misiones Internacionalista en el África o en cualquier parte del mundo, no le interesa si el trabajador recibió cuantas Medallas Otorgadas por el Consejo de Estado, no le interesa, cuanto documentos de Reconocimientos haya recibido el trabajador por sus sacrificios o heroicidad. Solo le interesa; que cumpla con la Ley 105 del MTSS y que haya cumplido Misiones Internacionalista en “”estos tiempos”” a nombre del Instituto Nacional de Deporte Educación Física y Recreación (INDER) o del Ministerio de Salud Pública. Lo demás no interesa. ¿Dónde está el Reconocimiento a estos viejitos, abuelos, o jubilados que le correspondió darlo todo por su Revolución en los momentos más críticos que esta ha tenido.¡¿Cómo quedan frente a los hijos, la familia, o con él mismo!?. Como dice el gran analista cubano,”saque usted su propia conclusión”.