La genialidad, cualidades interpretativas y fuerza expresiva del pianista cubano Alejandro Falcón quedaron demostradas una vez más con la presentación de su ópera prima titulada Claroscuro, álbum que podría considerarse imprescindible para desandar lo derroteros que siguen los jóvenes músicos que cultivan el jazz.
Facturado por la casa discográfica Colibrí, del Instituto Cubano de la Música, el CD es resultado del Premio Jojazz que Falcón obtuviera en 2005, y muestra de manera clara las aptitudes creativas con que asume el género al ser el autor de ocho de los 11 títulos que figuran en el material.
El álbum contiene versiones de títulos antológicos de la música cubana como La Malagueña, de Ernesto Lecuona, para cuya grabación contó con la participación del trompetista Alexander Abreu y el multiinstrumentista Orlando Sánchez “Cubajazz”.
También aparece Longina, de Manuel Corona, a tiempo de rythm and blues, cantada a dúo por la Diva de Cuba Omara Portuondo y Waldo Mendoza, y el saxofonista César López.
A las anteriores se suma Las alturas de Simpson, el famoso primer danzón de Miguel Faílde, en una atrevida recreación que conjuga tango, jazz y ritmos afrocubanos.
De su autoría la placa incluye, entre otras, Ana, Caribeña, Callejones de húmedos recuerdos y el tema que da nombre el fonograma, piezas todas en la que vuelca su imaginación y pone a consideración del oyente sus influencias como compositor y pianista.
Claroscuro recién sale al mercado, pero Falcón ya trabaja en un nuevo disco, también con Colibrí, y que tiene en el danzón la línea temática que articula todos los títulos que tendrá.
Bajo el título Cuba Now Danzón, el álbum recrea obras emblemáticas del género, sobre la base de diferentes formatos musicales como jazz band, trío de jazz, orquesta de cuerdas y cuarteto de cuerdas, piano y timbal, con el objetivo de imprimirle a cada pieza una sonoridad más contemporánea y acercar el emblemático ritmo a las nuevas generaciones.
Como invitados para la nueva grabación aparecen la Orquesta Mozarteum y la jazz band del maestro Joaquín Betancourt, para los clásicos El Bombín de Barreto, de José Urfé, y La Trompeta mágica, una composición de Falcón inspirada en La Flauta Mágica, pieza de Antonio María Romeu basada en la ópera homónima del genio austriaco Wolfgang Amadeus Mozart.
Se incluyen además Pablo Milanés en La Mora, de Eliseo Grenet y popularizada por Barbarito Diez y la orquesta de Rodrigo Prats; la joven cantante Luna Manzanares en El danzonete, versionada a tiempo de bossa nova, y Mario Rivera en Tres lindas cubanas.