La coreógrafa y bailarina cubana Rosario Cárdenas cumplió ayer viernes 70 años. Creaciones de su autoría como Dédalo, Imago, Grifo, Germinal, El ángel interior y Canción de cuna, figuran en el repertorio de la compañía que dirige. Su labor la ha llevado a decenas de países, bien como profesora o junto a su compañía.
Sobre su manera, dijo una vez: “Necesitaba una plataforma conceptual donde pensar, crecer y trabajar. Sentía que la manera en la que quería trabajar necesitaba otro tipo diseño, tenía que reconstruir la técnica cubana, incrementar el nivel de cientificidad, estudiar métodos terapéuticos, el esqueleto y buscar la manera de proteger a los bailarines para evitar en gran medida las lesiones”…
“Las permutaciones, combinaciones y variaciones se quedaron como base de esa estructura’, la cual se nutrió, además, de la imagen y universalidad de la cultura cubana, con‘alusiones a nuestros grandes escritores, músicos y poetas”, explicó.
“El defender y valorar el cuerpo en toda su dimensión, siempre con elegancia, delicadeza y nivel poético, nos legó una marca de autenticidad y me gusta, representamos lo diverso y los bailarines se identifican con eso”, acotó.
“A lo largo de los años, he logrado integrar diferentes elementos, fui transfiriendo conceptos de Lezama y sobre eso he ido construyendo mi sistema, quizás a otros les funcione, por eso quiero dejarlo por escrito”, dijo.
En una apuesta por la interconexión entre diversas expresiones artísticas, Rosario Cárdenas ha colaborado con los compositores Juan Piñera, José María Vitier, Rembert Egües, Lucía Huergo y Frank Fernández; el arquitecto Roberto Gottardi; el pintor Manuel López Oliva y los poetas Aitana Alberti y Thiago de Melo.
¡Felicidades, maestra!