David Álvarez creció en Manzanillo entre sones y guarachas. Es tal vez ese uno de los motivos por los que, después de haber estudiado en varios conservatorios del país, y de pasar por agrupaciones de prestigio, decide volver a las raíces con un grupo que rescata lo mejor de nuestras tradiciones musicales. Con un pañuelo en la cabeza y una sonoridad contemporánea capaz de atrapar a nuevas generaciones, crea su proyecto Juego de Manos.
Juego de manos hace mucho que dejó de ser un “juego” para convertirse en uno de los grupos más importantes de música tradicional cubana. ¿Cómo surgió el proyecto y cual ha sido el camino hasta aquí?
Juego de Manos surge por la necesidad de un grupo de músicos egresados del ISA con los que tuve la suerte de coincidir durante mi paso por el grupo del reconocido cantautor Pedro Luis Ferrer entre los años 89 y 92.
Inicialmente nos unimos para conformar un proyecto experimental que defendiese los valores de la música tradicional cubana, que abarcara sus diversos géneros incluyendo además la Canción de la Nueva Trova.
Comenzamos en el año 93 a montar nuestros primeros arreglos los cuales estaban a mi cargo así como la composición de la mayoría de los temas y ya a principios del 94 grabamos nuestro primer CD Rimasones con la casa ARTCOLOR.
Uno de los géneros que abordamos en esta primera producción fue La Guaracha y aunque este CD defendía también géneros como la canción, la tonada, la conga oriental, el son, entre otros, vino a ser la Guaracha la que marcara el camino que desde el punto de vista sonoro identificaría la agrupación ante el pueblo cubano colocándola en su más alto grado de popularidad.
Estrenamos nuestro primer concierto en lo que hoy es el museo del ron y antes fuese la casa del joven creador, el espacio más emblemático que alguna vez tuviera la nueva trova cubana, 15 de febrero de 1994, fecha que adoptamos como la de fundación del grupo. A partir de ahí vinieron una serie de éxitos con la grabación de los CDs Mundo Loco y Son Demasiado, años 97 y 2000 pasando de ser una agrupación popular a una reconocida por la critica e instituciones artísticas del país que le otorgan el Premio Abril, la medalla Alejo Carpentier y la Distinción por la Cultura Nacional, todas por sus reconocidos aportes a la cultura Cubana.
En tiempos de reguetón puede que no sea siempre demasiado rentable otro tipo de música, sin embargo, Juego de manos se ha mantenido fiel a la auténtica música cubana. ¿Por qué? ¿Como puede influir el mercado en tu obra?
Contrario a lo que algunos piensan, el sumarse a las nuevas vertientes dentro de la música, algo que yo considero válido y necesario para evolucionar con los nuevos tiempos, no es necesariamente la única manera de competir en los actuales mercados; la música de los pueblos y sus raíces seguirán siendo la identidad de las naciones y lo que los diferencia y enriquece dentro de la cultura universal, en momentos donde una gran mayoría de los artistas optan por la fusión y la World Music empieza a haber una gran demanda de sonoridades milenarias como la Céltica, la música de la India, los cantos tibetanos, la más autóctona música Africana y otras que desde el punto de vista masivo en lo que a difusión se refiere no habían visto la luz del día. Una prueba de ello en nuestro país se da con el Buena Vista Social Club que defendiendo lo más tradicional de nuestra cultura musical se impone en el mercado mundial sobrepasando todos los estándares de éxito alcanzados hasta el momento por cualquiera otra agrupación del patio. Este es un ejemplo esperanzador para mí, y el mercado tendrá que descubrirnos si es que no lo ha hecho ya.
Además del trabajo con Juego de Manos, tienes una sólida trayectoria como trovador, compositor y productor musical. Cuéntanos de tus experiencias en estos campos.
Yo tuve la suerte de que con solo 14 años comencé a trabajar como compositor e intérprete en una agrupación profesional llamada Convergencia que estaba incluida dentro del Movimiento de la Nueva Trova y con la cual empecé a dar mis primeros pasos siendo aun estudiante de nivel elemental en la especialidad de Guitarrista Concertista. Luego continué mis estudios en el conservatorio Esteban Salas sumando a mi aprendizaje la especialidad de Dirección de Orquestas Populares. Yo pienso que esta formación unida a mis experiencias produciendo mis propios discos y el amor y disfrute que siento desempeñándome como productor musical me ganaron la confianza de otros artistas que luego se pusieron en mis manos para garantizar la calidad de sus producciones, producciones que me fueron regalando cada vez más experiencia y definitivamente es algo que voy a seguir haciendo independientemente de mi obra musical.
Canciones tuyas han llegado al repertorio de grandes músicos, como Willy Chirino. ¿Cómo ocurrió esto? ¿Que representa para ti que otros canten tu obra?
Con Willy tuve la suerte de que escuchara mi obra a través de un amigo común, Ernesto Fundora que también tuvo que ver con la grabación de mi primer disco Rimasones, excelente realizador de audiovisuales y una persona formidable.
Fue una gran sorpresa para mí cuando escuché por primera vez su versión de mi tema Bongó ya que me fue dada a escuchar por el mismo Willy y su esposa Lisette a través del teléfono, Él desde Miami y yo desde Galicia, España, donde llevaba tres años residiendo. Siempre le he estado muy agradecido por lo que comentó sobre mí y mi obra ante los medios. Lisette Chirino también incluyó un tema mío en uno de sus CDs. Siempre se siente un gran orgullo y placer cuando escuchas una de tus obras en la voz de otros artistas, sientes la inigualable sensación de trascendencia, más si son músicos de esta altura los que la hacen.
Algo digno de destacar en toda tu obra es la poesía en tus canciones, tus textos ocurrentes y picarescos a veces, pero sin gota de chabacanería. Cuando muchos prefieren lenguajes más “populares” y directos para llegar al éxito, que importancia le das a una buena letra?
Los artistas tienen una responsabilidad muy grande en el desarrollo ético y estético de los pueblos ya que producto del privilegio de la masividad, sus seguidores tienden a tomarlos como patrones estéticos, por lo tanto hay que ser cuidadosos pues la música como la más masiva de las artes es un instrumento que mal empleado puede distorsionar la visión cívica de las poblaciones, sobre todo de los millones de jóvenes que en su tránsito por la adolescencia tienden a imitar como valores indiscutibles lo que sus artistas preferidos les proponen.
¿Dónde quisieras que esté Juego de manos dentro de 10 años? ¿Cómo te gustaría que recuerden tu obra los que vengan detrás?
Lo que más alimenta a un artista es el reconocimiento de su pueblo y de la gente en general, las frases amables de agradecimiento por tu trabajo, sacarle una sonrisa a alguien enojado, o una lagrima a aquel que nunca llora, desatar los sentimientos de las gentes, sentimientos que por el solo hecho de existir, ya nos hacen mejores seres humanos. El mundo es y será cada día más dependiente de las artes y considero que sin estas solamente quedaría el caos.
¿Como recuerden mi obra las futuras generaciones? No lo sé; si solamente lograra que la recordaran, ya será mi mayor logro.