Se cumplen cien años de la creación de La comparsa por el gran Ernesto Lecuona, pieza única dentro del abanico musical de nuestro país. Esta composición demuestra en sus compases una cubanía insólita, tejiéndose el imaginario de una comparsa a través de la escritura musical y la intensidad que posee en sus ritmos y movimientos.
Para celebrar la ocasión y como pórtico a lo que será una gala especial dedicada al maestro Lecuona durante el venidero Festival Internacional de Ballet de La Habana, la Prima Ballerina Assoluta y el Museo Nacional de la Danza dedicaron una jornada especial a rememorar la fecha.
La exposición Lecuona y la danza quedó inaugurada en la sede del museo en el Vedado habanero con varios testimonios gráficos y documentales que reflejan la importancia para la música y los cubanos de La comparsa, creada en 1912. Asimismo sirvió para rememorar los vínculos del celebre compositor cubano con el arte danzario y las obras que han surgido con creaciones suyas dentro del repertorio del Ballet Nacional de Cuba.
Sería entonces prudente recordar la coreografía que más se acerca a Lecuona y su obra maestra… Improntu Lecuona, ballet firmado por la Alonso utiliza plenamente obras del creador e incluye en algunos momentos y variaciones La comparsa. Una obra especialmente singular donde lo contemporáneo y lo clásico se dan la mano de manera sutil y casi imperceptible.
La exposición que podrá ser visitada por estos días vio la luz gracias a los esfuerzos y coordinaciones del Museo Nacional de la Música y el Museo de la Danza. También fue decisiva la contribución del maestro y pianista Huberal Herrera, seguidor del legado de Lecuona, quien aportó valiosos documentos.
Pedro Simón, director de la institución danzaria y de la revista Cuba en el Ballet subrayó durante el encuentro que de La comparsa “conmueve el hecho de estar en presencia de un acto de profunda cubanía”.