Desde la lejana Argentina nos llega, de la voz de una cantante indispensable dentro del abanico musical contemporáneo cubano, una evocación al género gaucho por excelencia: el tango.
Con su nueva producción discográfica, titulada Naranjo en Flor, Liuba María Hevia endulza y cubaniza los temas ya estelarizados por el indispensable Carlos Gardel, por los hermanos Expósito, María Elena Walsh, Astor Piazzola y otros tantos que legaron a la cultura universal esta música de nostalgias, amores y olvidos.
Por estos días en que la cantautora cubana ultima los detalles del fonograma y de su concierto de presentación, On Cuba conversa con ella para conocer acerca de este acercamiento al tango.
Cuéntenos un poco acerca de cómo decide Liuba acercarse al tango a través de un disco.
Naranjo en Flor, es el primer intento de antologías de tango en Cuba y hace realidad un sueño de muchos años. Creo que debió haber sido uno de los primeros discos de mi carrera. Fui siempre una enamorada del tango y en mis conciertos siempre canto alguno.
¿Cómo seleccionar entre tantos autores y cultores de este genero, solo los temas que estarían en el fonograma?
El proceso de selección fue muy difícil porque hay muchos buenos tangos. Quería que aparecieran aquellos que a mi entender resultan impresionantes e imprescindibles dentro de este cancionero. Por supuesto esto hace que muchos no sean conocidos en Cuba.
No quise remitirme solamente a los tangos conocidos de Gardel- del que tengo en el fonograma tres canciones- sino además contar con canciones de Astor Piazzola, los hermanos Expósito, Maria Elena Walsh y Eladia Velázquez. También esta presente un vals que conocí en la voz de la gran Mercedes Sosa.
¿Cómo definiría Liuba su manera de interpretar el tango?
Siempre quise llevar al disco el tango como yo lo concibo. Nunca pretendí interpretarlo como lo hacen en Argentina, sino apegarlo más a lo criollo, a la trova, a lo cubano… a esos cubanos que nos gusta escucharlo y cantarlo.
¿Por qué resulta Naranjo en Flor, más que un sueño, una responsabilidad?
Los que peinan un poco de canas, como se dice popularmente, y escuchan este tipo de género saben que faltaba un disco de tango. Es un género que el público merece tener no solo un disco, sino varios.
Resulta una responsabilidad entonces porque en Cuba han existido grandiosos cantores de tango. Porque es el primer disco de tango que se hace en Cuba, sólido, responsable y con un repertorio solo de tango.
¿Qué recuerda Liuba como lo más dulce e inolvidable de este disco?
El sabor y el aroma del naranjo. Todos los misterios que se movieron en el estudio, la presencia de Santiago Feliú, de Broselianda Hernández. La complicidad con Rebeca y Orestes Águila, que grabaron el disco. Los recuerdos que volvieron a mí durante la grabación y lo que se quedó en el estudio.