Esa noche no había pasado nada interesante. Ante el tedio un grupo de amigos reunidos decidimos irnos.
–¿Qué van hacer? —preguntó ella a una amiga en común. «Quédense un rato más», insistió.
–Él es periodista —le comentó nuestra amiga en común señalándome.
–¡Prensa, prensa, es el momento, necesito prensa! Ahora sacaré mi próximo CD y quiero que las personas lo conozcan, ayúdame con eso. ¡Sería la primera publicación al respecto! Me pidió Gretell Barreiro, mientras esa noche en FAC bailaba al compás de Cimafunk.
– ¿El lunes?
–Sí, el lunes.
Es tarde. Y han pasado ya unos minutos después de la hora pactada para la entrevista. – «Estaba en el estudio», me comenta. Y abre la verja de su casa apresuradamente, como si el tiempo estuviera tras sus talones. Nos acomodamos en la sala de su casa.
“Ese es el problema de estar en dos lugares al mismo tiempo”, me aclara. Gretell Barreiro desde hace unos años radica en Miami, Estados Unidos, país donde además de la música, se ha dedicado al teatro y la enseñanza.
El disco surgió a partir de la necesidad que tenía de registrar las canciones acumuladas durante varios años. Significa poder palpar el trabajo, hacer que exista fuera de tu cabeza y tener la posibilidad de compartirlo. Para un artista, para mí, es como respirar. Sentía como si me estuvieran tapando la boca, como si me asfixiaran y cuando te asfixian te ahogas, te mueres, y me sentía así.
Las canciones no se formularon, no se elaboraron a lo largo del tiempo. Tomaba mi celular y grababa. No tenía presión, aparentemente tampoco un objetivo, todo era muy espontáneo. Era la necesidad de sacar lo que tenía adentro sin medirlo, ni mediarlo demasiado. Pasó el tiempo, desde mi primer fonograma, y me percaté que tenía un ciclo de composición intermedio que no estaba producido aún, pero me interesaba más registrar mi presente, entonces decidí reunir ese material de 10 temas coherentes entre sí, que he compuesto en últimos cuatro años.
Es el lugar donde estoy parada hoy, musicalmente. Ha sido un proceso nuevo para mí, nada que ver con el proceso de producción anterior, más bien, fue lo contrario. Es el proyecto más riesgoso y atrevido que hecho en mi carrera.
Gretell Barreiro irrumpió en el panorama musical cubano con su primer disco SOY bajo la dirección musical de Dagoberto González y el apoyo de los estudios de grabación PM Records de Pablo Milanés.
¿En qué difiere la producción de este álbum del anterior?
Este es un disco totalmente en vivo, ante la necesidad de grabar y compartir mi nueva música como prioridad, luego pensé en el valor que tiene para mí lo real, la conexión entre los músicos, todo el equipo, el riesgo, el reto, romper el mito de lo súper producido, de lo editado y súper corregido.
Fue volver a la manera en que se grababa antes, muy acorde con el mundo sonoro de estas canciones, que luego, su resultado, me llevo a más búsquedas e investigaciones.
No tenía idea de cuan riesgoso era todo esto, hasta que terminé a las 11 am, luego de un día normal de trabajo para todos y comenzar la grabación cerca de las 3 am. Terminamos todos muy agotados, casi sin fuerzas. Se grabó todo en una sola sesión en vivo, tanto en audio como en video.
Cuando me propuse hacer el disco pensé: ¿Cómo puedo hacer? Sin presupuesto, esta es una producción totalmente mía. ¿Dónde? Hace unos años radico en Miami. Sin embargo, para mí, no tenía mucho sentido porque aquí es donde conozco la estructura, tengo a mi gente.
En esta oportunidad compartimos en el piano Jorge Luis Lagarza y yo; Rafael Aldama, en el bajo; José Carlos Sánchez en la batería; Aroldi Abreu en las percusiones; Maikel González en la trompeta; Erick Méndez; en la grabación José Raúl Varona en los Estudios 18 de la Egrem; en la producción audiovisual Vedado films y Nerys González, la productora desde aquí.
“¿Hablamos en el balcón? Desde allí se puede observar el mar y parte del Vedado”, sugiere.
Gretell, con las manos, describe el ajetreo del día de grabación. Incluso, quien la viera a lo lejos pudiera descifrar sobre que dialoga.
Febril.
El disco son diez temas, todos de mi autoría, fue difícil grabar los temas, porque no hay nada planificado. Los arreglos no están escritos nota por nota. En los ensayos yo trasmití la idea que quería lograr, plasmar en el disco la conexión que logramos los músicos, y permitió que saliera el disco.
Fue un momento único que no se repetirá más nunca en la vida. Incluso aunque grabe y copie el mismo tema con los mismos músicos, fue un momento único. Es un experimento que va del aquí y el ahora, de lo que no importa, no es un disco perfecto, es el disco que se grabó de corazón, con las tripas.
Iniciamos a las 3 am y terminamos a las 11:30 am. Todo un día de trabajo, de mucha tensión. Recuerdo que ese mismo día estuve en el programa 23 y M y de ahí me fui para el estudio a las 10 am, debido a que también se iba a registrar en audio y video.
Mi idea era captar lo que sucedió en ese momento. Nadie pensó que 30 personas terminaran de grabar un disco en una sola sesión. Los últimos temas fueron difíciles. Yo me sentía mal, no pensaba si estaba cansada o despeinada, me preocupaba que las personas a mi alrededor estuviesen bien, conectadas, con energía.
Requirió de mi parte un nivel alto de concentración, debía estar pendiente a las cámaras, que había un equipo de grabación de video; al grabador de audio, por suerte no hubo un problema técnico —se persigna—. Todo fue perfecto, muy raro, eso me dio más confianza y valor, hay que tener coraje. No me arrepiento del resultado, del riesgo, de la locura.
Tú Marea ¿Un reencuentro?
Este disco me acercó a la música tradicional cubana, a una parte de ella que yo no sabía que iba a suceder. Empecé a escribir danzones, traducía mis notas de voz, el proceso de improvisar, de descubrir lo que hay y luego trabajarlo, quise que se quedara así. No es un disco de danzones, pero tiene varios.
Para mí, el danzón es un género super cubano, que me acerca mucho a una época, a un tiempo de la cultura cubana, en el que está implicada también mi familia, la música de mi abuelo Carlos Fariñas. Aunque tuve la intención de hacer algo similar, para nada, aunque jamás me he sentido tan cerca como ahora. Esto es un acercamiento personal, porque sé que está ahí.
“A mar Adentro”
En el disco no hago todos los géneros cubanos, hice los que me salieron, pero con la riqueza musical nuestra. Hay mucha mezcla. Hay danzones, algunos con chispas de tango, de habaneras, de filin, de jazz, de son.
Incluso para mí como artista fue una sorpresa porque nunca imaginé que una canción mía se convirtiera en un son, en algo tan relajante para mí cantarlo. También hay sones que empiezan por canción, pasan por kizomba, pero sin dejar de ser cubanos, sin dejar de ser nuestros. Como también hay mucho de trova, que es mi escuela, que está en mí.
Dos de las canciones que más me encantan del disco son “Tu marea” y “Swing viejo”. Temas con muchos contrastes y que fueron cantados por primera vez en esa sesión. Fueron los últimos que terminé de escribir, un día antes de grabarlos. Existían, pero cerraron musicalmente el día antes.
Swing Viejo
Sonoridades de jazz band, de swing y de géneros propios de los 50 visten cada uno de los temas incluidos en este fonograma que tendrá como título Marina. Ante la pregunta de cómo llegó el nombre del álbum, la ganadora en 2012 del premio de Música Alternativa del Festival Cuerda Viva toma aire y traduce en palabras la emoción de cómo lo halló.
Pasó que no tenía nombre para el proyecto. Swing viejo era para mí el tema que definía mejor el trabajo realizado para el disco, era el look sonoro. Pero no me cerraba, no estaba convencida de que ese fuera el nombre. Cuando regreso a Miami me pongo a estudiar los tracks (un total de 30), para escoger los que quedarían.
Las pistas de audio me remitieron a una época en Cuba, la de los 50. Década que transcurrió entre danzones, jazz bands, tiempo en el que La Habana y Nueva York eran ciudades paralelas culturalmente hablando, existían muchas cercanías.
Fue así que descubrí la revista Show. Fundada por un abogado cubano que defendió a mujeres, a artistas cubanas. Me llamó mucho la atención porque es una revista elegante, muy artística, pero también muy atrevida. En esos años mujeres artistas posan en traje de baño, en espacios naturales. Algo que es normal hoy, pero no en esa época. Me justificaba el disco y lo que quiero hacer luego de terminado el proceso, que es un gran espectáculo audiovisual y teatral.
Incluso también la portada del CD, los colores y el diseño. Show, además, toca el tema de las mujeres artistas, un tópico que es importante para mí.
Quizás sea lógico, pero en ocasiones no tanto. No es fácil ser mujer, artista, ser bonita. Más que una ventaja, para mí no lo ha sido, es complicado manejar ciertas cosas para que no se confundan y que las personas lo tengan claro, para mí es importante.
Sucedió que una semana antes de regresar a Cuba para proseguir el trabajo con el disco encontré el título que estaba bien cerca. Es “Marina”. Es un nombre importante para mí.
Marina es una gran mujer, son dos grandes mujeres para mí. Fue mi bisabuela, es mi tía abuela que vive aquí y, será el nombre de mi hija.
Son razones personales. En Marina encuentro mucha fuerza como mujer, porque la veo en ellas. También casi todas las canciones dan imágenes de mar. El disco inicia con una canción que se llama “A Mar adentro”. Desde principio envío a todo el mundo al agua. Para mí fue una clarividencia.
¿Cómo planeas la distribución del disco?
Quiero compartir la música, que esté disponible en cualquier lugar. Luego de varios años sin un registro sonoro solo quiero que esté, que las personas lo tengan, luego el material audiovisual producido específicamente para este disco. Quiero que el público vea qué sucedió.
También planeo hacer un espectáculo porque en Marina puedo ser todos los personajes que quiera relacionados con el show, el teatro, que ya no se puede despegar de mí. Incluso hay temas que incluí en mis espectáculos teatrales en Miami. Estoy trabajando en los personajes para cada canción, para mí es como una película grande.
Marina es una producción independiente, por tanto, mi prioridad es compartirla, sacarla, quien la quiera: “perfecto”.
La inversión económica fue mía, la responsabilidad la tengo yo, si una distribuidora o productora se interesa: ¡Genial! Pero la prioridad es el público. El arte es para que llegue a cualquier lugar y mucho más si es para defender la música cubana. En agosto debo presentar el disco.