Rigoberto Ferrera, actor en esencia, y humorista de profesión, presenta por estos días su espectáculo SOS Ferrera. Con esta reciente actuación, él que fuera también conductor emblemático del programa de videos clips cubanos- Lucas-, rinde homenaje al grupo humorístico Nos y Otros, a la vez que continúa su trabajo en el teatro acompañado de música en vivo.
Este actor “resistente”, como se define él mismo a lo largo de esta entrevista con OnCuba, conversó sobre su obra y el humor en la isla.
¿Qué representa para usted Nos y otros?
En el año 1994 cuando participé en el segundo Aquelarre, yo comencé a tratar de aprender de ese movimiento, que no venía de una academia, pero que con respecto a mi sabían mucho, pues yo tenía solo una noción de lo que era el humor. Entre los participantes del evento estaba Nos y Otros que era un conjunto de intelectuales, filólogos, historiadores del arte, periodistas y escritores que provenían de un grupo literario y después pasó a ser parte de la escena humorística. Ya en el año 1996 integro sus filas, más bien dirigiendo la cuestión escénica y la vez actuaba y me nutría de todo el bagaje cultural que tenían ellos en cuestión de humor. Para mí la agrupación marcó una pauta, que me ayudó a reconocer desde otros puntos de vista el humor, sobre todo el literario y el dramatúrgico.
¿Y Nos y Otros para el humor cubano?
Para el humor cubano representa sobre todo otra manera de abordar el humor, no tanto a nivel escénico, sino a nivel dramatúrgico. Creo que ellos para el humor cubano son indispensables. Cuando se hable del humor cubano en los años 90 se tiene que hablar del grupo, por su vigencia. SOS Ferrera, mi espectáculo actual, está basado en textos del grupo y es increíble la actualidad que tiene. Opino que aunque no tenían estudios a nivel actoral, si había estudios a nivel cultural, que es lo importante, hacer un aporte a la cultura. Son textos muy adelantados para la época en que se estrenaron, pero a la vez contextuales, y trascendieron el paso del tiempo. Cuando una obra trasciende al tiempo, algo debe tener.
Nos y Otros estaba lleno de polémica, eran muy controversiales y se le censuraba mucho en esa época. El humor escénico se debe sentir orgulloso de haber contado con un grupo como este que tenían textos tan bien pensados conceptualmente, que lo demás era polvo y ceniza.
¿Cómo prepara Rigoberto Ferrera un unipersonal?
Los procesos son diferentes. Cada espectáculo está enmarcado en una circunstancia X, en una necesidad de expresar algo; y desde que comencé hasta la fecha, Cuba ha estado cambiando como todo país y sistema, y así los unipersonales han estado en constante evolución. Antes yo hacía versiones de los textos, después llegó un momento en que los escribía, y antes de esto pasé por una creación colectiva también, hasta que aprendí a escribirlos a mi manera. Todo dentro del unipersonal es posible, siempre y cuando sea un caos con orden. Porque el humor es así, es caótico, es irreverente, es anárquico. En estos momentos sigo experimentando desde otro punto de vista que es el del colectivo, porque el teatro es colectivo. Mi forma de pensar es muy asociativa, pero a la vez que tienes las armas para abordar eso, todo fluye.
¿Qué ventajas y desventajas tiene el teatro?
Al teatro yo no le veo ninguna desventaja. La única dificultad que le puedo ver es que cuando se termina la función, el público se va para su casa y mañana es un nuevo día. El teatro siempre te pasa la cuenta en ese sentido, es efímero, muy del momento, pero eso precisamente es la ventaja que tiene. El público está sentado ahí frente a ti, durante hora y media o dos horas, sientes la energía, conoces la psicología de los espectadores, de esa masa que te está dando sensaciones y tú les estás dando otras.
Cuando te toca actuar en un teatro con cinco mil personas, son cinco mil ahí con muchos problemas o situaciones, que van a divertirse, a pasar un buen momento. Hay otra parte del público que va a recibir un mensaje, a hacer una catarsis y escuchar lo que quizás no son capaces de decir. Yo les doy todo lo que pienso en el escenario. Entonces para mí el teatro es el único lugar donde me siento completamente feliz, porque hago lo que quiero, digo lo que quiero, y por suerte el público lo ha asimilado.
Muchos consideran que el humor ha ocupado espacios de debate y agendas que deberían tener los medios de información en la isla ¿qué opina usted de esto?
El hacer teatro nunca ha causado una revolución en el sentido más literario de esa gran palabra. Es cierto, en el teatro se dicen muchas cosas pero no desde ahora. Por tradición aquí en Cuba, el teatro vernáculo, Covarrubias, el Teatro Martí, el Conjunto Nacional de Espectáculos, siempre han sido como una tribuna para exponer todos los problemas y situaciones erradas, actos negativos, malos hábitos…… Yo considero que el teatro, sobre todo el humorístico, nunca va a caer en baja porque es el único lugar que tenemos para decir todas las verdades, o al menos la mía, que no es la única, pero es mi verdad.
El histrionismo le distingue como actor ¿qué otras cosas agregaría a una valoración sobre usted?
La resistencia. Esto es una carrera de resistencia, no de velocidad, mientras más obstáculos haya, más fuerte debe ser el pensamiento para seguir haciendo teatro y seguir haciendo humor. Y de no dejarse apabullar por la vulgaridad en el espectáculo.
Pero si hay algo que me pudiera caracterizar definitivamente es la resistencia, que creo que es lo que define al cubano.
Por: Mayté Madruga Hernández
Fotos: Víctor M. Méndez