La vida de Athanai Castro andaba suelta en medio de los años 90, entre madrugadas fragorosas, peñas y parques que se abrían a la libertad. El músico había ejercido su derecho a la conquista en el underground cubano, con canciones hermosas y lacerantes en la misma medida, que no comulgaban con el destino que se dibujaba ante de sus ojos.
El cantautor integró una de las generaciones más creativas de la música cubana y sus canciones comenzaban a merecer mejor suerte dentro y fuera de la escena local. En varias oportunidades tocó las puertas de las disqueras de la Isla, pero no logró que se le abrieran definitivamente, como sucedió con varios de sus compañeros de promoción.
Todo se transformó cuando recibió una llamada telefónica desde España, que le cambió la vida. “Hola, soy Miguel Bosé”— le dijeron desde el otro lado de la línea. “Ah sí, yo soy Michael Jackson”, — respondió Athanai, mientras colgaba el teléfono con una sonrisa en el rostro. Pero Bosé, que sí lo era, insistió, y le explicó al joven de apenas 21 años cómo había llegado a él. Mencionó nombre por nombre las personas que le dieron su contacto y, lo más importante, le dijo que le interesaba integrarlo al catálogo de su disquera “No more discos”.
Después de casi tres décadas de aquella llamada, Athanai recuerda que gracias a Bosé pudo grabar en España su álbum Séptimo cielo, un fonograma fundamental en la escena de la música contemporánea cubana y testimonio vital de aquella época “noventera” de esperanzas interrumpidas que se convirtió en una fábrica de músicos y de memorias que revive ahora para OnCuba.
¿Cómo influyó en tu carrera aquel primer contacto con Miguel Bosé?
Los sellos discográficos cubanos estaban interesados en mi primer disco, pero nadie se decidía a hacer algo conmigo. Mil veces visité Artex, Magic Music y Caribe Productions. Pero no pasaba nada. Sin embargo, un día me llamó Miguel Bosé. Parece que yo había cantado en algún lugar y alguien me grabó y se lo enseñó. Entonces me llama por teléfono y me dice: “Hola, soy Miguel Bosé”, y pensé que era una máquina que me estaban corriendo, en plan broma. Pero me volvió a llamar y me dijo: “en serio, soy Miguel Bosé” y me explicó las personas que le habían dado material mío y a través de las cuales me había conocido. Me dijo que le interesaba mucho mi música y que para él sería un placer incluirme en su sello discográfico.
Eso fue importantísimo. Fue el principio del trabajo como profesional en el mundo de la música. Me abrió las puertas de un mercado diferente, que era el mercado español. Ahí empezó mi carrera como tal. Gracias a Bosé pude grabar Séptimo cielo y regresar luego a Cuba con ese material del que fui el productor.
Yo hablé con Miguel para licenciar en Cuba el disco con Caribe Productions, pero la empresa desapareció y la explotación del master quedó en manos de Artex. Ese álbum ganó un Premio Cubadisco en el año 97. Cuando me lo iban a entregar yo estaba en España produciéndole un álbum a Rosario Flores. De todos modos, yo no creo mucho en los premios porque no pueden atestiguar que un artista tiene una carrera meritoria o no. A los Beatles nadie los avaló nunca y llegaron a ser los mejores compositores de la historia.
Después de emigrar a España regresaste a Cuba por primera vez para participar en el concierto de Habana Abierta en el año 2003. ¿Qué recuerdas de aquel encuentro?
El último concierto que hice en Cuba antes de irme a España fue en la Sala Avellaneda. Mucha gente se quedó afuera y rompieron hasta cristales. Cuando regresé para el concierto de Habana Abierta me encontré esa misma cantidad de gente. Creo que habían descubierto los discos de Habana Abierta y fue una alegría encontrarme con muchachos que explotaban de emoción por las canciones de todos mis amigos y con las mías también, porque canté varias en ese concierto. Fue muy bonito ver cómo había una generación que había consumido una música que se desarrolló fuera de Cuba, que nació dentro de Cuba pero se consolidó fuera. Para mí fue una experiencia inolvidable.
Los músicos de Habana Abierta son mis amigos de toda la vida. Crecimos prácticamente juntos haciendo las canciones y vimos cómo cada uno se fue desarrollando. Tenemos discrepancias en algunas cosas, pero en el fondo hay un lazo de momentos hermosos que nunca se van a romper. A todos los quiero inmensamente. Cuando volvieron a venir este año nos reunimos en fiestas particulares y comenzamos a cantar como lo hacíamos en los parques. Fue otra alineación espiritual.
Tras 20 años en España volviste a Cuba para continuar con tu obra. ¿Crees realmente que el público actual de la Isla ha podido entender tu trabajo?
Siempre van los mismos a los festivales de trova y de rock. No me llaman porque me dicen que en las provincias no me piden. Me resulta extraño, porque habitualmente me preguntan desde varias provincias cuándo voy a tocar. Creo que las personas que organizan los festivales no hacen muy bien su trabajo.
Es sorprendente que tengan que venir personas de otros países para invitarme a ir a sus ciudades mientras aquí sucede lo contrario. Por desgracia o fortuna no me consideran dentro del movimiento del rock o la trova. Es como si existieran gremios o instituciones creadas por artistas que deciden en respuesta a sus intereses. Hay un círculo de trovadores que no me consideran dentro de su gremio y otro de rockeros que tampoco. Pero no me interesa pertenecer a ningún bando. Me gustaría mantenerme como estoy.
Para el disco Regresar en el Cubadisco hicieron la categoría de Canción contemporánea, que no existía en el festival. Después descubrí que canciones como Yesterday y Hey Jude están dentro de los Grammy en el apartado de canción contemporánea y que Paul McCartney, Bob Bylan, Billy Joel, Sting, han competido en esa categoría y son artistas que tienen un espectro muy grande y no hacen solo rock.
Hay un desconocimiento de mi trabajo. En la calle me paran y me dicen “el blanco rapero” pero no conocen mucho más de mi trabajo. Creo que eso es culpa mía. No sé realmente cómo comunicar mi obra. Gaby, mi esposa, me está ayudando mucho a que la gente conozca mi trabajo, que no solo es trova ni rock, como te dije. Creo que me voy a quedar con eso de canción contemporánea.
Yo me considero un artista versátil que se mueve entre un amplio diapasón de ritmos. El rock casi no existe para la mayoría de los cubanos, porque tienen otro sentir cultural. Pero para los rockeros cubanos solo existe el metal. Hay muchos temas de metal que me gustan, pero no soy fanático al metal extremo. Pero sí hay momentos en que necesito esa música. Yo hago un trabajo diferente que tenía influencias del rock y viene del movimiento de la Nueva Trova. Si no paso a la historia en Cuba pasaré a la historia porque la contarán en otro lado, igual en Seattle hacen un libro sobre mí. Por cierto, estoy muy contento por haber sido el primer freaky cubano que cantó en esa ciudad.
En tu reciente viaje a Seattle lograste ofrecer un par de conciertos a pesar de que ya la ciudad iba cerrando sus instalaciones por la propagación del coronavirus. ¿Qué experiencias recogiste durante ese viaje a la cuna del grunge?
Justo cuando iba a hacer los conciertos cerraron todo. Solo pude hacer dos. Para mí fue súper emocionante porque me encontré un público como no lo había visto en ningún lugar. La gente estaba totalmente en silencio. Cuando terminaban las canciones se sorprendían y comenzaban a aplaudir con mucha intensidad. Hacía mucho tiempo no tenía una experiencia tan fuerte.
Me presentaron como un artista que fusiona la música cubana con el rock y con influencias del grunge. Mi inglés no es muy avanzado y eso es lo que pude entender de la presentación. Al final del concierto la gente compró muchos discos y se tiraron fotos conmigo. De hecho, salieron miles de amistades después de la actuación y mucha gente quería invitarme a su casa. Pude visitar la casa de algunas personas y una amiga, llamada Wendy, me ayudó a cumplir el sueño de visitar el cementerio donde se encuentra el Memorial de Jimmy Hendrix en la ciudad de Trenton. También fuimos al parque del cual la banda Soundgarden tomó el nombre. Una parte del parque se encuentra en una base militar y nos dieron un permiso para entrar. Durante ese viaje conocí un músico que ha tocado con Creed y Everclear y es muy probable que él me ayude a volver y terminar por Seattle mi gira inconclusa.
El foco del coronavirus en Estados Unidos se inició en la ciudad de Seattle, donde yo me encontraba y luego las alarmas se encendieron en Miami. Tuve que adelantar el pasaje de vuelta porque tenía la preocupación de que Cuba cerrara las fronteras, como ocurrió finalmente. Justo llegué el día antes de que cerraran el acceso a la Isla. Ya llevo cinco semanas de cuarentena en Cuba y dos en Estados Unidos.
Varios músicos cubanos se han unido a la iniciativa de presentar conciertos online. ¿Has pensado sumarte a ese proyecto?
Cuando voy a Miami siempre me quedo en casa de Fernando, el hermano de Tanya. Entonces me llamó el promotor Iván Vergara, para hablarme sobre los conciertos que estaba promoviendo para apoyar que la gente se quedara en casa con el festival “Tunturuntun Cuba”. Luego celebré mi concierto en la sala de la casa de Fernando. Él es como mi maestro, porque me ensenó a tocar guitarra. Es el autor de grandes temas como “Ese hombre está loco”, “Johnny Pescao”. Aprovechamos que estábamos encerrados y nos pusimos a cantar y nos tomamos unos tragos mientras lo hacíamos. Creo que fue uno de los primeros conciertos que se hicieron de esa forma.
Yo quisiera hacer otros conciertos online, pero es complicado hacerlo desde Cuba con cada músico en su casa. Un tipo que está a la vanguardia en ese sentido es Nam San Fong. Él hace dúos todos los días con diferentes músicos. Yo ahora mismo tengo que hacer muchas llamadas a mi familia en España, donde están mis hijas. Prefiero hacer un video y publicarlo en las redes, porque tengo que ahorrar mi capital y no sé cómo vendrá el futuro ni el precio que adquieran los alimentos. Me parece que es bastante coherente administrar la economía que uno tiene. Puedo poner mi granito de arena desde mi casa pero si las condiciones no son las adecuadas no puedo. ¿Qué sentido tiene gastar el dinero en un concierto online y que lo vean solo seis personas?
Por otro lado, para participar en los conciertos del Ministerio de Cultura lo primero que tienes que hacer es romper la cuarentena e ir a un espacio donde no te estás cuidando. Me da miedo ir a cantar a un lugar donde ya cantó otra persona y no es un espacio estéril. Me parece más viable que el Ministerio de Cultura me ponga el internet para hacer los conciertos desde mi casa.
¿Cómo han sido las experiencias que has recogido en este tiempo de confinamiento?
Hace varias semanas estoy encerrado en medio de la cuarentena que pusieron en la zona de El Carmelo, en El Vedado. La cuarentena la empecé en Estados Unidos. Luego, cuando llegué al aeropuerto de La Habana me dieron una tarjeta roja y me dijeron que debía presentarme en el consultorio de la familia en menos de 24 horas.
En mi edificio los vecinos estaban aterrados, porque no comprendían que yo ya estuviera en mi casa. A la hora de haber llegado, un médico me visitó porque los vecinos habían protestado por mi presencia. Yo hice mi encierro con mi esposa y solo dos vecinos se brindaron para ayudarme. Me molestó mucho que la gente en el barrio me tratara como un apestado, mientras muchos estaban en la calle violando las normas de protección.
Por España tengo a mis hijas. Ellas están encerradas en la casa y se han cuidado mucho. Están muy tranquilas. Habana, mi hija mayor, es músico y me manda mensajes para que la ayude en lecciones de solfeo y otras tareas.
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Hace unos meses presentaste el disco que recoge tu concierto en el Museo Nacional de Bellas Artes ¿Cómo has visto el recorrido que ha seguido el fonograma?
Tengo mucha mala suerte con las cosas que hago, siempre ocurre algo que desvirtúa la promoción de mi obra. En Seattle suspendí la mayoría de los conciertos por el coronavirus y el 21 de febrero presenté el DVD-CD Athanai en directo desde Bellas Artes (Bis Music). Es un material con el que estoy muy contento. Hicimos la presentación, pero no he podido hacer ninguna promoción al respecto.
Tampoco he visto que los medios alternativos de comunicación se haya hablado sobre el disco, a pesar incluso de una rueda de prensa a la cual los invité a casi todos. Oni Acosta es el único que ha comentado sobre el álbum en su sección de la revista televisiva Buenos días. Pero ya habrá tiempo para hablar del disco. Siempre me ha parecido que en los medios cubanos no tienen en cuenta lo que hago. Parece que para ellos no existo. Pero yo sigo trabajando. Sino puedo aquí, ya será en otro lado.
Además, mi nuevo disco me ha traído grandes satisfacciones, estoy muy contento con el resultado. Es un álbum que abarca toda mi gama sonora sobre lo mesurado. Esta experiencia me brindó la posibilidad a aquilatar la calidad de los grandes músicos de mi grupo. Es la primera vez que grabo un concierto en directo, nunca había tenido la posibilidad de hacerlo en toda mi carrera.
Por otro lado, creo hay que hacerle promoción a todos los músicos que hacen rock en Cuba y a los artistas que no graban cualquier bobería. Hay que abrir el espectro de los cubanos. No estoy muy al tanto realmente de lo que está pasando en el rock. Sin embargo, el grupo “Bandera en blanco” tiene sonoridades muy interesantes, son muchachos muy profesionales, los arreglos son buenísimos. Tienen influencias no solo del grunge, sino del blues y la música sureña.
¿Y no has compuesto nada sobre el coronavirus y la cuarentena?
La verdad es que a mí no me gusta estar recordando cosas desagradables, por eso no pienso hacer temas relacionados con la cuarentena. De todos modos, ya estoy preparando mi nuevo disco. Me encuentro revisando las composiciones que no he sacado, también arreglos, probando diferentes riffs de guitarra y diseños de batería para grabar bien después que termine todo esto.
Magnífica entrevista, muy completa y profesional, a seguir hacia adelante athanay tienes para eso!
Hermano, tu música inspira, y no es por ti, en Cuba, la música de verdad, no suena.
La verdad es una pena esta sea la realidad de muchos d los grandes talentos cubanos q han d demostrar su grandeza en escenarios fuera d este pais…para entonces luego ser conocidos aqui..tal es el caso d.polo montañez..vergüenza nos debiera dar..pa lante amigo…si no es aquí..es en otro sitio…pero d talento vas.sobrao