La Fiesta del Tambor “Guillermo Barreto In Memoriam”, que durante varios días ha puesto de relieve a la influencia de la percusión en la música cubana, concluye sus sesiones este domingo en la capital cubana. Lo hará con un concierto de la agrupación Ronald y Explosión Rumbera, la comparsa Los componedores de batea, un elenco del célebre cabaret Tropicana, Brenda Navarrete y Elito Revé y su Charangón.
Fundado y dirigido por el percusionista Giraldo Piloto, director de la orquesta de música popular bailable Klimax, en su 19 edición el evento rindió homenajes al 70 aniversario de la emblemática agrupación rumbera Muñequitos de Matanzas, al Conjunto Folclórico Nacional, al proyecto cultural Callejón de Hamel y a su creador a Salvador González, fallecido en 2021 en La Habana.
Previo a la clausura del festival, este sábado tuvo lugar un concierto en el Salón Rosado de La Tropical, con un cartel compartido por los Muñequitos de Matanzas y la popular orquesta Havana D’Primera –que dirige el trompetista y cantante Alexander Abreu–, que reunió a cientos de bailadores y seguidores de la rumba y la música popular de la Isla.
A lo largo del evento se realizaron, además, conferencias, clases magistrales, competencias, debates y encuentros con especialistas que pusieron el acento en los aportes de la percusión a la historia de la música cubana y en su poder e influencia en el circuito internacional.
“La Fiesta del Tambor surgió para dar relieve a Guillermo Barreto, una figura destacadísima en la música cubana. Un artista muy completo. Cuando surgió era muy difícil ver un evento dedicado a un percusionista. Siempre he considerado que esta era la mejor oportunidad para potenciar su nombre y la percusión, que es la espina dorsal de la música cubana”, señaló Piloto en 2018 en entrevista con el diario Granma sobre la relevancia de esta cita para la música de la isla.
“Esta es una manera de reflejar cuánto le debe la percusión a la cultura popular. Si Cuba ha dado grandes percusionistas, muchos de ellos hoy con formación académica, ha sido porque se nutrieron de lo que se toca y escucha en los barrios, en la Cuba profunda”, acotó el baterista y compositor en recientes declaraciones al propio medio de prensa.
La Fiesta del Tambor fue organizada este año tras la pausa provocada por la COVID-19, que obligó a suspender o posponer la mayoría de las actividades culturales del país. En esta ocasión, tuvo también entre sus sedes el Hotel Nacional de Cuba, el Arco de Belén y el Anfiteatro de la Habana Vieja, y estuvo presente en comunidades de municipios habaneros como San Miguel del Padrón, Guanabacoa, La Lisa y Centro Habana.
Piloto, su fundador, expresó que esta edición, a pesar de la ausencia de músicos foráneos por las condiciones impuestas por la pandemia, ha demostrado una vez más la importancia de este tipo de festivales para el intercambio, la difusión y el reconocimiento de los más grandes valores de la música cubana y su influencia en la escena internacional.