Estamos en avenida 5ta y 112, Miramar. No es ancha la calle, los carros pasan con aplomo, desembuchan a los pasajeros y se pierden en cualquier recodo. Los cuerpos que hacen fila están iluminados disciplinadamente por las bombillas de la entrada del local, pero aun dejan titilar el maquillaje coqueto, la firmeza del lápiz labial, las piernas descubiertas, los pelos endurecidos con laca, las pestañas prolijas.
De la carpa Trompoloco, justo cruzando la calle, provienen voces guturales y el estruendo de algún subgénero del metal, pues hasta ese sitio movieron e instalaron un espacio para roqueros en La Habana, de modo que de un lado de la avenida hay gente melenuda y desaliñada, y del otro, donde me encuentro, gente que llega con afeite, gastando su mejor, más caro y más potente perfume.
Ella viene de adentro. Viene porque la buscamos y tiene que pegarnos el rasgo que nos distinga en la madrugada del sábado como periodistas y otorgarnos ciertas libertades en el estómago de La Cecilia. Es decir, viene a entregarnos unas pulseras VIP y nos pide que sigamos al productor de Jacob Forever, vestido de blanco, gorra blanca y paraguas blanco. El productor nos conduce hasta un portón trasero de hierro por un camino con tierra, humedad y orine. Mostramos las manillas, somos VIP. El hombre que cuida del acceso hace señas a otro para que se encargue. El otro habla bajo y poco, ojea un papel con nombres y contesta que no aparecemos, ninguno.
El productor se irrita, marca desde su móvil a Ella y le pregunta por qué, cómo es posible que él con tantos años andando por La Cecilia en el equipo de Jacob Forever no lo tengan en la lista. Ni a nosotros. La pulsera es delgada, azul cielo, y dice VIP, muy claro en mayúsculas. Una mujer erguida disuelve enseguida el misterio. Las pulseras del grupo de Jacob, los de la lista, los verdaderos privilegiados de la noche, no están pintadas de azul, sino de rojo. Somos VIP, y no lo somos.
En Suenacubano.com describen de la siguiente manera a Jacob Forever: “Intérprete que incursiona en una gran variedad de géneros musicales, entre los que destaca el reguetón, la balada y la fusión de la música urbana.”
“Estamos muy emocionados de recibir a Jacob en la familia Sony. Luego de años de trabajo arduo y de entrega a su música, su momento ha llegado y nos complace ser parte de ello”, dijo Nir Seroussi, presidente de Sony Music US Latin.
Otra sentencia de Suenacubano.com: “Constituye uno de los mayores exponentes de un movimiento donde su nombre es sinónimo de excelencia.”
La página de Facebook del ex integrante de Gente de Zona anuncia primero: “Entradas para el concierto de Jacob Forever el sabado 9 de julio en The James L. Knight Center (400 SE 2nd Ave, Miami, FL 33131 ):
Click aquí en ticketmaster: (enlace)”
Después:
Y postea, además, estas líneas: “El mejor concierto del año. Jacob Forever rompiendo todas las expectativas en La Cecilia con Havanashow. Me siento invicto.”
***
De nuevo Ella nos recibe en la entrada principal. La fila aquí se extiende por momentos o se encoge como un bandoneón. Se reúnen extranjeros con parejas cubanas, que remedan los movimientos, la cadencia, a veces la oscilación de los brazos del macho habanero. Las mujeres, montadas en “puyas”, tratan de dominar el equilibrio. Dos rubias, poca falda y mucho muslo desnudo, discuten con uno de los custodios. Él se vira a ratos y consulta con sus colegas, vuelve luego y les dice a las rubias que no pueden pasar porque solo se admiten parejas. Hablan otro tanto, por segunda vez el hombre consulta y regresa explicando que la forma en que están vestidas es inapropiada. Las rubias se alisan la ropa con las manos y una de ellas dice que mejor se van a buscar una camisa que ponerse. Le dan la espalda al hombre de la seguridad y suben a un taxi. Él se encoge de hombros.
El concierto de Jacob Forever en la Cecilia cuesta 20 pesos convertibles. Un refresco nacional, dos CUC. Adentro la gente sabe más o menos a qué fue, o no. Nos gusta su música, lo que hace Jacob, y ya, dicen Gerard y Maydolis. Y hay mucha gente con camisa, y muchas mujeres con vestidos breves y muchos extranjeros dirigiendo miradas a las mujeres con vestidos breves, y viceversa. Los perfumes corren por una alfombra azul y después se entremezclan y confunden en el círculo de mesas que precede al escenario. La pantalla de La Cecilia es un gran rectángulo luminoso que proyecta reguetón. Las mesas deben pasar de cincuenta.
Antes de iniciar el concierto tenemos al presentador de Havanashow, que se extiende saludando la presencia de Italia y de España. Cuando menciona a España se detiene pidiendo la bulla de los fans del Real Madrid y del Atlético, que chocaban en la final de la UEFA Champions League en San Siro. Saluda a Miami y añade, como excusándose por alguna torpeza, porque “no importa de dónde vengas”. La pantalla proyecta la bandera de Estados Unidos y un grupo femenino despliega una coreografía. Saluda a México y luego a Cuba, “el país más grande del mundo, a pesar de que la geografía demuestre lo contrario.”
El público no se activa hasta el juego de participación, cuando el presentador pregunta cuántos grados de alcohol o cuántas pencas hay en la palma de la cerveza Cristal. Las personas, increíblemente, yerran con botellas de Cristal en sus manos. Los que aciertan se llevan a casa una sombrilla con la marca de la birra. Después el escenario lo invaden hombres musculosos que bailan en calzoncillos negros. Y después, lo demás, es puro Jacob.
A Jacob lo anuncian como el primer artista cubano en firmar con Sony Music.
El clip de Hasta que se seque el malecón supera las diez millones de vistas en Youtube.
En La Cecilia no estalla un concierto de reguetón como sucedería, a lo mejor, en La Tropical. El mismo espacio conspira contra ello, las mesas dejan unos canales estrechos y el público se acomoda, soltando despacio, tibiamente la cintura, salvo quienes padecen de rigidez anti rítmica. En un tiempo La Cecilia es un solo cuerpo abotargado que baila con La Dura. Y el centro que congrega a artistas como El Micha, Ángeles y El Yonky. El Yonky tiene el pelo recogido en un moño en la corona de su cabeza y ropa rasgada, las muchachas lo interrumpen y se tiran fotos con él. Los de Ángeles evitan las cámaras.
Una de las tantas rubias, boca ancha, nariz corta, cara felina, va donde un extranjero rollizo con anteojos que se ha pasado un tramo de la noche observando su alrededor con suspicacia. La rubia felina habla y ríe, luego se le planta delante, se apoya en el límite de la mesa, acopla las nalgas en la ingle del hombre y las mueve como un reloj suizo.
***
Yo que pensaba que era santa,
yo que pensaba que era fina,
la niña es una rosa,
pero cómo tiene espinas.
“Lo más lindo que tiene la mujer cubana es que se conforma con lo mínimo, un abrazo, una caricia”, dice Jacob Forever, pero la rubia felina va por tres cervezas y no se le ve conforme. Al cabo, ella, sin combustible etílico, menos vivaracha, se esfuma, y el extranjero gira y empieza a hablar con otra mujer, cabello bermejo.
Se agota la noche de Jacob, y el músico que ha ayudado a estirar al reguetón cubano en tierras internacionales saluda al productor de Laura Pausini, presente en La Cecilia.
***
Los taxis almendrones ajustan, a veces, los precios, los acomodan. De regreso subimos a uno espacioso, que cobra un CUC por pasajero hasta el Vedado, nos vamos junto a un grupo de seis personas, cuatro mujeres, dos hombres. El chofer es joven, extrovertido y sube el volumen de la reproductora, más reguetón que retumba como un enjambre de hierro, ya a las tres de la mañana me siento saturado. Detrás, el grupo se alienta y canta. Cuando el almendrón se pasea por la entrada de La Cecilia, donde el público sale y se derrama, uno del grupo, asomando su cabeza por la ventanilla, comenta: “qué barbaridad, demasiadas jevas, por eso hay que venir solo.”
—Pero tú… ¿cómo viniste? — le preguntan las mujeres, apiñadas y muy atentas.
—Yo vine solo.
En pocas palabras: guarde esas crónicas, al cabo de un tiempo tendrá un libro… Genial! Saludos
Y yo me pregunto…¿quienes son los que pueden darse el lujo de ir a estos lugares, con esas ropas, esas joyas, y gastarse ese dinero en Cuba? Y yo mismo me respondo….los hijos de los grandes jefes de este país, los chulos, las jineteras…..la pirámide sigue invertida
y a esto se dedica ahora OnCuba? ñoooooo que clase de milonga.
Yo voy a todos esos lugares, y no soy hijo de nadie, hijo de un profesor y una abogada, tampoco robo, o me prostituyo… Soy universitario, graduado, y trabajo como freelance y voy a todos esos lugares.. no todo es BLANCO y NEGRO señores…. ahora me parece un articulo un poco tonto y superficial para una publicacion como OnCuba…
Vayamos acostumbrando que todos no somos iguales. Nunca hemos sido iguales y mucho menos lo seremos en el futuro. El que quiera ser “más igual que otros” que lo luche. Ni La Cecilia es para todos, ni el desfile de Chanel lo fue. Pregunten primero por que unos pueden y otros no y saquen las conclusiones que correspondan.
Muy “fino” e inteligente este trabajo, comprendo que a algunos le parezca un poco tonto.
Y para yO! (busate mejor nick): CarlosCAV tiene razón en parte, la realidad que esos espacios es para un sector de ingresos superiores a la media (sin distinción de vía de acceso al capital), como dirían algunos: La nueva burguesía farandulera …
Un detallito en medio del circo: antes que él, ya habían firmaron con Sony Diana Fuentes y la mismísima Celia Cruz.
un poco más sórdido que Caín, repulsivo, pero necesario: así está la noche habanera. Muchas gracias Marcel, que gracias a poetas como tú existe la cultura cubana y no a quienes hablan primero de los gringos y su bandera y después de nosotros.
esa la nueva cuba, bienvenida sea? , suerte los que tiene 20 fulas para gastar en una noche ,solo la entrada ,otros trabajn un mes para ganar esto y no les alcanza para mal vivir.preferia la cuba de los años 80 ,que disfrute el que pueda
Sí, el artículo parece un capítulo de una novela de Caín. Rey, es verdad que nadie es igual, pero jode que los profesionales, los que tienen billete en todas partes menos en Cuba, no puedan ir ahí.
El hombre nuevo en todo su esplendor
por eso nuestros hijos prefieren ser reguetoneros antes que ir a la escuela, a la universidad o ejercer un oficio, los que trabajamos dia a dia ni nos alcanza para vivir decentemente. es verdad que tenemos salud y educacion gratis, pero los que vivimos del salario y no de lo que se “resuelve” o nos “asignan” por los cargos, nosotros que somos la inmensa mayoria en la cuba socialista, ni conocemos la cecilia.
Los vecinos de La Cecilia estamos cansados, hasta los mismísimos… de tanta bulla, tanto maltrato, a cientos de metros a la redonda es imposible tener una noche en paz y ni hablar de dormir, ya no hay a dónde quejarse pues nadie haca nada, a nadie le importa, es un lugar muy reducido nadie entiende cómo es que a ninguno allí adentro le molesta la música tan alta que ponen y que se escucha muy, muy lejos, han convertido el barrio en un verdadero infierno. No los queremos allí.
estoy de acuerdo con yO!, no todos los que van a estos lugares que cada ves son mas lujosos, mas caros y casi cada 15 dis abre uno nuevo, somos hijos de los “jefes del pais”, tambien somos hijos de personas honestas que han sabido darnos una vida comoda y placentera. Yo por ejemplo soy graduado de Ingenieria Industrial en la Cujae y hace mas de un año trabajo en un negocio Privado (si maimi en Cuba ya existes Negocios Privados que reportan miles de dolares para sus dueños y otros cientos al mes para sus empleados). Y advierto que trabajo en un campo de algo que precisamente estudie. Asi que de algo me sirvio la universidad, sin la cual no hubiese podido ser contratado. En dos años me pude comprar mi propia casa, y estoy en el proyecto de comprarme un auto. (ya saldra algun ventajista a decir que mi caso es aislado, lo que sognifica que no viene a Cuuba hace mucho tiempo) hoy aqui cualquiera que se lo proponga puede ganar dinero desentemente, legal, y le va a dar para acudir a todos estos luhgares, incluso todos los fines de semana. Muchos llegan de Miami a fiestar en Cuba, a pagarse las mujeres que alla no pueden pagar. Y se van algo confundidos cuando se percatan de que todas las discotecas y bares de la Habana (cientos de bares) estan repletos casi todas las noches de la semana, en especial el fin de semana. A mi no me interesa como lo hagan los demas ni hijo de quien sean. De todos modos el que mencione esas estupideces criticara en Estados Unidos igual a los hijos de Lebron James, Michael Jackson, Brad Pitt o a las Obamas. Que por tener mas dinero y poder que nadie tienen (como es obvio) mas privilegios y atenciones que tu. Ya basta ya de poner a Cuba como si fuera Haiti o como si todos nos estuvieramos muriendo de hambre. He tenido la suerte de conocer tres paises latinoamericanos y les puedo garantizar de que encontre mas violencia y miseria que en mi pais (aah pero eso si vendian Iphones, Imac y otras cosas que en Cuba no se ven claro). Es sencillo, en Cuba convivimos todos, los dinosaurios que sueñan con el pasado, los jovenes innnovadores y los que estan esperando que el cambio los serpranda acostados en la cama y sin hacer nada. Nuestra economia es evidente que no es fuerte como para regalar como la americana, pero el sector privado, en definitiva el que mejor paga en EE.UU tiene a muchos jovenes y adolescentes que ejercen su vocacion de gastronomicos, contadores, informaticos, u obreros calificados (Todos aquellos llamados “Programas de La Revolucion”) cobrando un salario respetable y justo (al menos en Cuba). Ejemplos: Una amiga mia, tarabaja tres noches a la semana en un bar nocturno como camarera (como lo hizo Brad Pitt) y gana de 50 a 90 cuc (dolares) la noche, lo que equivale a de 600 a 900 (dolares al mes). cualquiera que conozca Cuba de verdad sabe que eso da y sobra icnluso, para mandar dinero para Miami. Saludos a todos, perdonen la muela, pero llevo tiempo leyendo estupideces aqui y ya no podia mas. Desde Cuba, uno mas.
Gabriel hermano, eso mismo es lo que trato de decir ! Un profesional no es igual a una jinetera pero lo que no se puede criticar es que la jinetera tenga el dinero para gastar alli. Lo que hay que criticar son las condiciones por las que tu, como professional, no puedes ganar lo que mereces no solo para ir a La Cecilia, sino para no tener que acostarte pensando en lo que le voy a dar a mis hijos al otro dia, o como voy a llegar al trabajo.
Mucha farandula y gente insana. Pero eso es una parte minúscula de La Habana. Donde van los que quieren exhibir. En muchas otras parte de mi Cuba, las fiestas son mas sanas, y los sentimientos son más reales. Quiénes van a este tipo de “sucesos”, no tienen nada que ver con el Hombre Nuevo. Son los que ni siquiera entendieron que cosa era el “hombre nuevo”. Y si alguien quiere leer historia mejores que esta, les recomiendo los reportajes sobre la prostitución hechos por Rosa Miriam Elizalde en los 90 para Juventud Rebelde.
Grande “Cuba”, cuanta verdad, a poner en su lugar a tantos necios..Saludos
Muy bien, el mensaje está claro. A todos los jóvenes que trabajan en el Polo Científico del Oeste, a todos los que ejercen como profesores de primaria, secundaria e incluso en las universidades, o los que trabajan en el sector de la salud, tomen nota de la receta de Carlos, no sean “necios” como el de la canción de Silvio.
No es difícil darse cuenta que en realidad el negocio es perfectamente redondo. Tienen una formación profesional que no les costó un carajo (me refiero a pago por los estudios, porque esfuerzo siempre cuesta), como la de Ingeniero Industrial de Carlos, a la que le pueden sacar ingresos millonarios, pagando ridículos tributos a una ONAT que por demás está dispuesta a creer ciegamente en lo que declares, (ni tampoco tiene manera de verificarlo). Realmente es tonto no aprovechar oportunistamente la oportunidad.
Claro, no es menos cierto que si todos seguimos ese camino entonces olvidémonos de un futuro de Cuba garantizado por la ciencia, de igual manera olvidarnos de la cobertura médica de hoy en día, (esa que solemos olvidar cuando estamos sanos y que solo valoramos ante la enfermedad, (hay quienes ni entonces) Y olvidémonos del el nivel de instrucción que, aunque casi ni se diga, ha pasado a ser otro de los atractivos turísticos de Cuba y de oportunidades de inversión. Claro, igual tendremos un futuro, pero estará dado por la farándula formada por jineteras, proxenetas, especuladores, hijitos de papa poderosos, e hijitos de papas honestos con suficiente inteligencia o ingenio como para crearse una vida “cómoda y placentera” en un país que en que en los últimos 60 años si apenas tuvo una década (80-90) de relativas comodidades y placeres.
Por otro lado, realmente es abusivo la agresión sónica a la que están expuestos los vecinos de sitios como estos. Sufro de dos parecidos (aunque mucho menos populares ) pues tengo un Centro Recreativo estatal por el frente y una piscina privada por el fondo y ambos se rentan para dar actividades y en ambos la música, a todo volumen, siempre es….. REGUETON, nada, que también sabemos lo que es estar hasta los ……… \