Fue una niña rebelde, solitaria, curiosa, de criterios indomables. Extrovertida en ocasiones y muy introvertida la mayoría del tiempo. Nunca jugaba con muñecas, prefería la bicicleta y los crucigramas. Escuchaba la radio, le encantaba la televisión y cantaba todo el tiempo. Bajito. Todo el tiempo muy bajito.
Osdalgia Lesmes Echevarría, la popular intérprete cubana, de pequeña ya estaba inspiraba por el arte. Conversar con la autora de temas tan reconocidos como “La culebra” y “Mi armonía” es disfrutar de su mismísima creación.
Nació en la barriada de Luyanó, en el municipio capitalino de Diez de Octubre. “Luego crucé la calzada y me crié en Jesús María. Me escapaba de mi casa metafórica y literalmente, entre libros de Julio Verne, Emilio Salgary, los Hermanos Grimm, Horacio Quiroga, Yuri Olesha, José Martí, Cirilo Villaverde y las viejas revistas ¨Carteles¨ que recopilé entre la familia. Con siete años caminaba desde Revillagigedo y Misión –las calles que esquinan el solar donde vivía-, hasta el Anfiteatro de la Habana Vieja, para buscar las orquestas infantiles y las congas y rumbas callejeras.
“A los cuatro años alcancé a ver un concierto de Barbarito Diez desde una ventana. Asistí con mi tía Luisa Maria Lesmes, que era actriz y corista, a muchísimas de sus presentaciones en el Teatro Musical de La Habana y sus obras del Vernáculo. Allí disfruté de la actuación de Carlos Pous… inolvidable! Con ella también conocí los espectáculos en el Hotel Riviera, Cabaret Parisién del Hotel Nacional, Las Cañitas del Hotel Havana Libre, Tropicana, el salón Rojo del Capri, el Teatro Guiñol y las grandes obras de ballet en el Gran Teatro de La Habana.
“Siempre fui alumna de ‘cien’, pero también un ‘gallito de pelea’. Tantas eran mis inquietudes que mis maestras me enviaban a los concursos de baile, canto, pintura y poesía. Para mí esa época fue para aprender a defenderme con los puños y la palabra. Para ser fuerte y no tener miedo. Para salvarme de la sociedad que me rodeaba”.
¿Qué te motivó a iniciarte en la música, luego de estudiar artes escénicas?
La profesión como cantante me vino por casualidad. Me acababa de graduar en Artes Escénicas, en la Escuela Nacional de Instructores de Arte y las expectativas de trabajo en las tablas eran desconsoladoras. Entonces una amiga de una amiga me propuso ir al Cabaret Parisién donde estaban buscando una voz ¨prima¨ para el cuarteto Las Sepias de Fuego, que eran la base del espectáculo ¨Salseando¨. Allí el director de la orquesta, Miguel Patterson, me aceptó y debuté.
¿Cuáles han sido tus principales influencias?
Trato de aprender de todo y de todos. Básicamente, desde los doce años comencé a fijarme en las voces de Beny Moré, La Lupe, Juan Gabriel, Rocío Durcal, Rubén Blades, Elena Burke, Michael Jackson, Barbra Streisand, Bobby Macferry, Freddy Mercury…
¿Qué importancia les concedes a los autores e intérpretes musicales de los años 40 y 50 cubanos?
Son, todavía hoy, esenciales para mi estudio empírico de la música y la cultura de nuestro país. Se han convertido en mi base y punto de partida a la hora de mi creación y proyección hacia el mundo. Las melodías me cuentan la relación entre las raíces sensoriales de compositores e intérpretes, con las raíces de los géneros musicales y su desarrollo según las distintas nomenclaturas de voces y agrupaciones musicales. Todo eso me ayuda a saber quién soy, a conocer los diferentes géneros y dominarlos. Conocer mis límites y vencerlos. Ubicarme en la misión que debo desempeñar teniendo bien presente mis raíces.
En las letras de tus canciones son recurrentes tanto la temática de la mujer como de la religión. ¿Por qué?
Las mujeres traemos la humanidad a la luz con sacrificio, dolor y amor. Pienso que realmente no nos interesa dirigir al mundo, solo queremos vivir y compartir con alegría, respeto y orgullo. Desarrollarnos según nuestras capacidades, sin desdenes ni discriminación. Contribuir limpiamente con nuestras ideas y acciones, al desarrollo de la Sociedad, sin obstáculos premeditados por ¨la moral¨ de los hombres. Tenemos la fuerza para ¨sostener al mundo¨ cuando los hombres fallan. Lo hemos probado en muchas ocasiones. Y la verdad, los hombres fallan mucho. No soy absoluta en esto, debe haber algún hombre que esté de acuerdo con nosotras (risas).
Hablo por mi experiencia. Y mi experiencia dentro de la Música Cubana, me enseña cada vez más sobre la diferenciación marcada en el tratamiento por los hombres – músicos e historiadores de la música-, a las mujeres interpretes del feeling, el son, la guaracha, la salsa, la timba, la rumba, el cha cha chá, el changüí, la guajira…en fin, de la música popular cubana. Mi voz siempre defenderá los derechos éticos, estéticos, cívicos y morales de la Mujer.
La religión es otro costal valioso en nuestras tradiciones y costumbres. Creo que es importante que cada ser humano sea consciente y defienda su Fe. Cualquiera que sea. Creo que la Energía es Una Sola, como es Una Sola la Arquitectura de la Vida. Y, si esa Energía es canalizada positivamente en la Religión que nos ocupa, la Arquitectura solo nos puede llevar a un Acto de Fe con Amor y Vencimiento. Con mis canciones trato de enviar ese mensaje, porque eso nos hará mejores personas. Soy cubana, tradicional y costumbrista.
¿Qué características tiene tu más reciente DVD ¨Osdalgia desde el Cine?
Es un homenaje al cine cubano y a los compositores, músicos e intérpretes que han intervenido en la banda sonora de los filmes. Películas como ¨Una novia para David¨ y ¨Memorias del subdesarrollo¨ son referenciadas visualmente en este proyecto. Algunas canciones son: ¨No hacen falta alas¨ de Silvio Rodriguez, ¨Tengo¨ de Martha Valdez, ¨Ámame como soy¨, de Pablo Milanes, ¨Fotos de familia¨, de Carlos Varela y ¨20 años¨, de Maria Teresa Vera: temas que han dejado una impronta definitivamente importante entre los cinéfilos y el público musical.
El DVD está grabado en el teatro del Museo Nacional de Bellas Artes bajo el sello COLIBRÍ. El director es el realizador cinematográfico Lester Hamlet. Tengo invitados a personalidades como Bobby Carcassés, Roberto Carcassés, Danay Suarez, Adrian Berazain y Vidal Tarín, así como la joven agrupación –piano, bajo, drums, congas, saxo-, que me acompaña en mis usuales escenarios nocturnos.
¿Cómo asume Osdalgia la popularidad?
La popularidad es un carrusel vivo. Con voluntad propia. Dadivoso y cruel al mismo tiempo, sobre una montaña rusa de desiguales pendientes. Un carrusel al que tienes que agarrarte firme una vez que te dejas subir a él. Debes alimentarlo por siempre con tus creaciones, gozarlo con los brazos abiertos y sonrisa amplia cuando estás arriba en lo alto de sus colinas, y cuando estás abajo, no impacientarse por el tiempo que ocurra. Solo seguir creando para que no te eche de su seno. Porque si persistes en seguirle el juego con entusiasmo, valentía y mucha fantasía, volverás a correr por sus montañas. Y si no logras subirte al carrusel, ¡insiste al lado de sus rieles!
¿Cómo defines tu armonía?
Como paz interior.
¿Qué significa para ti vivir en esta Isla del Mar Caribe?
Cuba es mi signo. Soy Osdalgia: soy cubana.