Los centros Cultural Titón y Mirtha, de La Habana, el provincial de Cine en Guantánamo y la Oficina del Conservador de Baracoa convocaron al coloquio “Titón desde miradas diversas”, previsto para los días 23 y 25 de marzo en la más oriental de las provincias cubanas con el fin de volver sobre la galaxia creativa del cineasta Tomás Gutiérrez Alea (1928-1996).
El evento, que celebrará el aniversario treinta del largometraje Guantanamera, el último de los filmes dirigidos por Titón, junto a su par y colaborador Juan Carlos Tabío, se organizará mediante actividades científicas y culturales entre las que destacarán espacios teóricos como ponencias y conferencias impartidas por estudiosos de la obra del director de Memorias del subdesarrollo.
Los interesados tendrán hasta el 10 de marzo para enviar sus propuestas, que deben incluir título y descripción de la obra junto a los datos del autor. Las propuestas se recepcionarán por el teléfono 5363510893 o el correo mirthaibarra@patrimonio.ohc.cu
Los trabajos deben responder las líneas del coloquio: Tomás Gutiérrez Alea y Julio García Espinosa: hermandad en la acción y en el pensamiento. El Mégano: repercusión e influencia en la industria cinematográfica cubana. Los filmes que sí filmó: recorrido crítico por la obra de Tomás Gutiérrez Alea. Titón: aporte a la cultura cinematográfica nacional. Contribución del cine de Tomás Gutiérrez Alea a la cultura, a la sociedad y a la historia.
El comité organizador estará presidido por la actriz Mirtha Ibarra, directora del centro cultural Casa Titón y Mirtha, y esposa del cineasta desde 1988 hasta su muerte en 1996.
El evento cultural conmemora los 70 años de realizado el corto documental El Mégano, los 30 años de estrenado el filme Guantanamera y los 40 años de publicado el libro Los filmes que no filmé, de la profesora de Historia del Cine Latinoamericano Silvia Oroz. Asimismo, se festejan los 66 años de creado el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos y el aniversario 145 de la ciudad de Guantánamo.
TGA, una silueta
Tomás Gutiérrez Alea, conocido como Titón, un apodo atribuido a su amigo y también cineasta Julio García Espinosa, nació el 11 de diciembre de 1928 en La Habana y falleció de cáncer en la misma ciudad el 16 de abril de 1996.
Reconocido como uno de los más influyentes y apasionantes directores de cine de Cuba y Latinoamérica, Gutiérrez Alea comenzó su carrera cinematográfica en 1948 filmando cortos humorísticos.
Estudió Derecho en la Universidad de La Habana y luego se trasladó a Roma para estudiar Dirección de Cine en el Centro Sperimentale di Cinematografia, donde se formaron luminarias como Michelangelo Antonioni y Giuseppe De Santis, y donde conoció a otro de sus estudiantes que luego sería su amigo, el colombiano Gabriel García Márquez.
La experiencia italiana le permitió a Titón conectar con el neorrealismo italiano, lo que influyó en su estilo cinematográfico. En 1959 estrenó el documental Esta tierra nuestra y el filme Historias de la Revolución, que marcó el inicio de su carrera en el contexto de la Revolución Cubana, a la que siempre defendió desde posiciones críticas y cuestionadoras, tal como fue su cine.
Entre sus películas más emblemáticas se encuentran Memorias del subdesarrollo (1968), considerada un clásico del cine nacional y clasificada entre las cien mejores películas del siglo XX.
Igualmente, en su producción aparecen, entre otras, La muerte de un burócrata (1966), La última cena (1976), Los sobrevivientes (1979), Fresa y chocolate (1993), co-dirigida con Juan Carlos Tabío y primera película cubana nominada a un Óscar, además de ganadora de un Goya, y Guantanamera (1995), que levantó una ola de polémicas a nivel gubernamental.
Amigo de directores como el español Carlos Saura y el estadounidense Sidney Pollack, Gutiérrez Alea, también aficionado a la pintura y la música, confesaba que intervenía con su cine lo que creía “que está mal en el socialismo”.
“Alguien me decía, y estoy plenamente de acuerdo, que el guion del socialismo es excelente, pero que la puesta en escena deja mucho que desear, y por lo tanto debe ser objeto de crítica. Es la mejor manera de contribuir a su mejoramiento”, dijo el artista a La Gaceta de Cuba en 1993.
Para el crítico e investigador Juan Antonio García Borrero, el cine de Gutiérrez Alea habló de una utopía, soñó con ver realizada la utopía “y también tuvo tiempo de admitir que una utopía jamás pasará de articular, de modo bien precario y siempre con carácter provisional, lo que Chantal Mouffe llama “el consenso conflictivo”.
Su estilo combinaba ficción con elementos documentales, creando una narrativa disruptiva en algunos casos, pero siempre crítica y llena de modernidad. A lo largo de su carrera, recibió numerosos premios y reconocimientos por su contribución al cine, incluyendo la Orden Félix Varela.
En 2020 se inauguró la Casa de Titón y Mirtha, un espacio dedicado a la investigación y promoción del cine cubano en homenaje a su legado.