Hasta el pasado fin de semana, nada nos indicaba que el vallista hispano-cubano Orlando Ortega, subcampeón olímpico de Río de Janeiro 2016, se encontraba en una especie de bache emocional.
El velocista había ganado siete de las ocho primeras competencias bajo techo en el 2019, y ostentaba el tercer mejor registro de la temporada invernal, un 7.49 segundos en los 60 con vallas durante la reunión de Toruń, en Polonia.
Sin embargo, su castillo se desmoronó en la final del Campeonato Europeo en Glasgow, donde cayó estrepitosamente hasta el cuarto escaño en la final, con crono de 7.64, su quinto peor registro en 19 carreras este año.
El chipriota Milan Trajkovic resultó ganador de la carrera con tiempo de 7.60, el cual Ortega había rebajado hasta en nueve ocasiones durante la temporada, incluyendo la semifinal del Europeo que se efectuó momentos antes de su trágico desenlace.
“No tenía la cabeza como en las semifinales y no estaba a gusto. Estoy con deseo de dejarlo (…) sólo no se puede. En su momento se darán cuenta ustedes mismo. No sé si seguir en el atletismo. Las cosas que uno cree que disfruta, llega un momento que dejas de hacerlo. Uno cree que todo fluye y va bien, pasan estas cosas”, dijo el caribeño a los medios españoles.
https://twitter.com/110_ortega/status/1089783574654533632
A todas luces, Ortega, quien dejó la selección cubana en el 2013, afrontó algún problema grave que trastocó por completo sus planes. No podemos asegurar que el trauma venga de mucho antes, de hecho, el día previo a la final declaró al colega Juanma Bellón, de AS, que había encontrado la tranquilidad en Valencia, su nueva casa tras mudarse de Madrid.
“En 2016 corrí muy fuerte, pero ahora en comparación a otras temporadas lo estoy disfrutando más por cuestiones de la vida. El traslado a Valencia ha influido mucho en mi mente, estoy disfrutando los entrenamientos… Me siento contento, libre, como me gusta con sensaciones de felicidad”, revelaba el velocista.
Pero visto lo sucedido en Glasgow, Ortega verdaderamente ha decidido cambiar de aires, y a partir del próximo lunes comenzará sus entrenamientos en Chipre, con el grupo de Antonis Giannoulakis, confirmó a EFE el representante del vallista, Alexander Ogink.
“Estamos arreglando el viaje de Orlando a Chipre para este fin de semana, así que podrá empezar a entrenar el lunes”, explicó el mánager. La noticia, además, fue anunciada por el medio chipriota Sportsfeed.
A todas luces, Ortega busca nuevas motivaciones, un impulso que le ayude a resurgir como ave fénix. “Está en una fase de su carrera en la que desea encontrar un nuevo estímulo en sus entrenamientos. Quiere entrenar con un técnico que ya dirige a otros grandes atletas”, precisó el representante del vallista antillano.
La intención del hispano-cubano es confrontar con el anfitrión y flamante monarca continental Milan Trajkovic, con quien sostiene buenas relaciones y también se prepara bajo la égida de Giannoulakis.
Hasta el momento, Ortega se entrenaba con su padre, por lo que el cambio de aires puede sugerir que alguna disputa familiar lastró su rendimiento en la final de Glasgow.
“Ha sido un golpe muy duro esta carrera, lo único que quiero es desaparecer de este planeta. Son problemas personales difíciles de comprender y sobre los que prefiero no hablar ahora. En su momento se sabrá. Son problemas personales, pero relacionados con el atletismo”, había dicho Ortega, quien ahora busca recargar las pilas de cara a una temporada crucial por el Mundial de Qatar y el proceso de clasificación olímpica.
Con información de EFE