La colombiana Caterine Ibargüen, campeona de la Liga de Diamante 2018 en salto de longitud y triple, ganó el premio de Atleta Mundial del Año de la IAAF, distinción que en la rama varonil mereció el fondista keniano Eliud Kipchoge.
Ibargüen (34 años) derrotó en los sufragios a la ganadora del pasado curso, la belga Nafissatou Thiam, campeona de Europa de heptatlón e invicta en la presente temporada.
También quedaron por detrás de la sudamericana la británica Dina Asher-Smith, campeona de Europa y líder mundial del año en 100, 200 y 4×100, la keniana Beatrice Chepkoech, quien batió por ocho segundos el récord mundial de 3.000 m obstáculos, y la velocista bahamesa Shaunae Miller-Uibo, invicta en 15 competiciones.
“Cuando oí mi nombre las piernas me temblaban, me temblaban, pensé que no me podía tener en pie. Sabía que estaba entre las mejores del mundo, pero no sabía que se me iba a nombrar como mejor deportista, porque había cinco atletas excelentes. Mi corazón se ha llenado de alegría. Se lo dedico a toda mi Colombia. Sin el voto de cada colombiano esto no hubiera sido posible”, declaró Ibargüen a EFE.
La colombiana tuvo una trayectoria espectacular en el 2018, al ganar la Copa del Mundo y la Liga de Diamante tanto en triple como en longitud (con solo 24 horas de diferencia), además de arrasar en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla.
“Es un premio que tiene un sabor muy dulce. La perseverancia, la disciplina y el amor por esto valen la pena, así que estoy muy agradecida porque hoy Dios me demuestra que nunca hay que darse por vencido, sino seguir luchando”, añadió.
Esta fue la quinta nominación de Ibargüen tras las experiencias de 2013, 2014, 2015 y 2016. En ese período, comprendido desde la final olímpica de Londres 2012 (donde ganó plata) hasta mediados 2016, la antioqueña ganó 33 competencias consecutivas, incluidos los títulos mundiales de Moscú 2013 y Beijing 2015.
Durante ese trayecto solo perdió con Olga Rypakova, en junio del 2016, poco antes de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Justamente la kazaja fue quien la derrotó en Londres 2012, pero la colombiana despejó los fantasmas en la cita brasileña y se agenció la corona estival.
Ibargüen estuvo a punto de abandonar el atletismo con solo 24 años al no clasificarse para los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, pero no se bajó del carro y ha sido un ejemplo de superación para toda Latinoamérica, región que defiende con su vida.
“Cuando me retire de las pistas, me gustaría seguir ayudando, y más en una función de embajadora de la IAAF para mi región. Sería abrir un camino para los atletas de Sudamérica, que muchas veces creemos que no tenemos una oportunidad”, puntualizó.
La carrera de Ibargüen ha estado siempre vinculada a Cuba, y no solo por sumarse ahora a la estelar ochocentista antillana Ana Fidela Quirot como las únicas latinas que han ganado el premio de Atleta Mundial del Año de la IAAF.
Además, Caterine ha crecido de la mano de técnicos cubanos, empezando por Regla Sandrino, quien la condujo en Medellín al salto en todas sus versiones: longitud, altura y triple. Después, cuando se graduaba de enfermera en la Universidad Metropolitana de Puerto Rico fue rescatada para el atletismo por Ubaldo Duany, su actual entrenador.
Justamente con Duany celebró el triunfo en Mónaco, horas antes de salir rumbo a Colombia, donde compartirá con su gente. “Colombia es un país que vibra con lo bueno que hace. Se sienten reflejados en que soy una cara buena que muestra el país tan grande que tenemos. El respaldo de Colombia, no sólo aquí, sino en toda mi carrera, es muy grande”, concluyó Ibargüen.
Kipchoge, un devorador de kilómetros
Correr 42 kilómetros demanda un esfuerzo físico considerable, así que imagen el gasto de energía que acumula un hombre que lleva 15 años enfrascado en devorar pistas y pistas. Esa es la historia del keniano Eliud Kipchoge, quien se ha llevado el premio de Atleta Mundial del Año gracias a su récord mundial en la maratón de Berlín.
Kipchoge demostró en la cita alemana que no es una quimera bajar de las dos horas (estampó 2:01.39 horas) en la desgastante carrera, en la cual ha abierto la discusión sobre los límites humanos por su espectacular dominio.
El keniano ha ganado diez de los once maratones que ha corrido a lo largo de su carrera, incluido el de Río 2016. Ese detalle ratifica su absoluta supremacía. Sólo se le escapó la victoria en Berlín 2013, cuando terminó segundo con un tiempo de 2:04.05, por detrás de su compatriota Wilson Kipsang, que batió el récord mundial con 2:03.23.
Kipchoge es el segundo keniano que recibe el galardón, ocho años después de David Rudisha. Este premio, además, sirve para coronar una trayectoria impresionante, que comenzó con solo 18 años en el 2003, cuando derrotó en la final de 5 000 metros de los Mundiales de París a dos grandes, el marroquí Hicham El Guerruj y el etíope Kenenisa Bekele.
Otros honrados en la Gala de la IAAF efectuada en Mónaco fueron el pertiguista canadiense Armand Duplantis y la vallista estadounidense Sydney McLaughlin, dueños del trofeo Estrella Emergente. Por otra parte, el trofeo Presidente lo ganó el suizo Andreas Brugger, organizador del mitin de Zúrich.
Presentes en la Gala estuvieron los cubanos Juan Miguel Echevarría y Jordan Díaz, el futuro de los saltos en la Isla. Ambos tuvieron una temporada magnífica, con marcas importantes y títulos en sus respectivas categorías. En Mónaco compartieron con el estelar Iván Pedroso.