Cuando el próximo 27 de noviembre La Habana acoja el duelo entre Cuba y Argentina correspondiente a la eliminatoria para la próxima Copa del Mundo de baloncesto, la escuadra sudamericana no tendrá en el banquillo a su entrenador Pablo Prigioni y su auxiliar Hermán Mándole.
Ambos técnicos han preferido no trasladarse hacia la capital cubana para evitar problemas migratorios derivados de las sanciones de Estados Unidos a la isla.
Resalta el medio argentino Basquet Plus que, de hacerlo, ambos pudieran enfrentar dificultades para ingresar luego a territorio estadounidense —donde residen actualmente— debido a la política de la Administración Trump, cada vez más agresiva contra Cuba en este tema.
“Aquí entran en rigor las limitaciones del bloqueo de Estados Unidos a Cuba. Principalmente para los residentes, los norteamericanos no permitirán el regreso si pisan suelo cubano”, subraya la publicación.
Prigioni, ex NBA, ocupa un puesto como asistente de los Timberwolves de Minnesota, posición que ocupa también Mándole, pero en los Sioux Falls Skyforce que participan en la G-League.
Los directivos del baloncesto argentino han confirmado que la selección que se presentará en el Coliseo de la Ciudad Deportiva estará bajo el mando de Nico Casalinda.
También adelantaron que Prigioni y Mándole volverán a desempeñar sus funciones en el duelo de vuelta entre ambos equipos, que se celebrará el 1 de diciembre en el recinto Obras, en Argentina.
Recuerda el medio que para tomar la decisión se tuvieron en cuenta los “problemas conocidos entre ambos países”, en referencia al diferendo político entre Cuba y Estados Unidos que se ha extendido durante más de seis décadas.
Oficial: baloncesto cubano sin visas para viajar a Puerto Rico
Problema recurrente
La conflictiva relación, exacerbada tras el regreso de Trump a la Casa Blanca, tuvo ya impacto en el baloncesto, cuando la selección cubana tuvo que presentarse a un partido frente a Estados Unidos con solo siete jugadores, por las demoras en la entrega del visado para el resto del plantel.
En febrero del presente año la situación escaló, pues ningún jugador de la isla recibió la autorización para ingresar a Puerto Rico, que debía ser emitida por Estados Unidos por la condición de ese país como Estado Libre Asociado. En consecuencia, el representativo de la isla no pudo cerrar el segmento clasificatorio de la AmeriCup y quedó marginado de este torneo.
La agudización del problema se extendió incluso más allá de Cuba, pues el pasado mes de julio el jugador brasileño de tenis de mesa Hugo Calderano, entonces número tres del ranking mundial, no pudo viajar a Estados Unidos para participar en un torneo por problemas consulares derivados de una visita suya a Cuba dos años atrás.
Las autoridades estadounidenses le informaron al jugador —también con nacionalidad portuguesa— que ya no era apto para la exención de visado prevista para los ciudadanos de la Unión Europea a través del sistema electrónico ESTA.
Calderano explicó que el Departamento de Seguridad Nacional vinculó la inelegibilidad a un viaje a Cuba que realizó en 2023 con motivo del Campeonato Panamericano y de la ronda clasificatoria para los Juegos Olímpicos de París 2024.
Deportista brasileño impedido de viajar a EEUU por competir hace dos años en Cuba
Preocupación latente
Desde que Donald Trump inició su segundo mandato presidencial impulsó una política más agresiva contra la isla que ha dejado varias “víctimas” en el deporte.
En ese grupo aparecen desde directivos del Comité Olímpico Cubano (COC) hasta equipos completos como el voleibol femenino, que no han recibido en el presente año el visado necesario para participar en reuniones y eventos organizados en territorios bajo jurisdicción de Estados Unidos.
Los Ángeles 2028: impulsan campaña en EEUU para garantizar visas a los deportistas cubanos
La situación ha disparado las alarmas sobre los problemas que pudiera enfrentar Cuba para garantizar su participación en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, que se celebrarán con Trump todavía como inquilino de la Casa Blanca.
Recientemente una asociación de solidaridad con Cuba asentada en California lanzó una campaña para que los legisladores estadounidenses presionen al gobierno con el fin de que garantice el visado de los deportistas de la isla que deben participar en esa cita.
La iniciativa pretende generar publicaciones en las principales redes sociales como estrategia para ejercer también la máxima influencia sobre los miembros del Comité Olímpico Internacional (COI), además de conseguir el apoyo de personalidades, celebridades y figuras del deporte.











