La puesta en escena de Magnol Suárez en el Mundial de Naciones Emergentes de balonmano tiene desquiciados a los georgianos que han ido al Tbilisi Sports Palace. Todos se llevan las manos a la cabeza, enloquecen y se preguntan cómo el meta cubano puede detener tantos y tan diversos disparos.
Magnol, avileño de 24 años, se ha parado delante de la puerta de Cuba con sus 2.01 metros de estatura y se ha encargado de parar muchos de los tiros de los rivales, tiros importantes, tiros decisivos, tiros que podían haber mandado al abismo a la selección caribeña.
Con impresionantes reflejos, el meta antillano es la sensación del Mundial, uno de los máximos responsables del viaje seguro de la Isla hasta la final de la lid georgiana. Su última exhibición llegó este sábado en la victoria (39-36) de semifinales contra Bulgaria, elenco al que desarmó con espectaculares atajadas en momentos cumbres.
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Es prudente comenzar el relato por el último minuto del tiempo reglamentario, cuando las acciones estaban igualadas a 32 goles. Con la soga al cuello y máxima tensión, Magnol contuvo tiros sucesivos de Tanser Yusnyu y Dimitar Grozev, quienes conocieron el sabor de la frustración.
Esas dos paradas estiraron el duelo entre caribeños y balcánicos al tiempo extra, instancia en la que Cuba sacó diferencias definitivas y cantó el alirón, de nuevo con protagonismo del arquero, quien sumó otras cinco intervenciones destacadas.
El viaje hasta esos minutos extras fue vertiginoso, acelerado, un permanente intercambio de golpes entre dos escuadras con poder físico, alternativas ofensivas, capacidad goleadora y porteros seguros en el fondo.
Bulgaria comenzó debajo 9-2, pero en cinco minutos logró parcial de 5-1 que los acercó 10-7 en la pizarra. No obstante, el empuje de los caribeños les permitió culminar la primera parte con ventaja de seis tantos (20-14), liderados Dariel García, quien marcó siete veces.
“Tuvimos un pobre arranque, con muchos disparos fallados desde los seis metros (…) No nos podemos permitir un juego tan pobre en la primera mitad de semifinales. Creo que debemos trabajar más en nuestra estabilidad mental”, expresó a la web del evento el técnico búlgaro Nicola Karastoyanov.
A su vez, el estratega elogió la capacidad de lucha de sus discípulos, quienes aprovecharon las brechas que dejaron los cubanos y se levantaron en el complementario, con ventaja parcial de 18-12. Vital en ese trance triunfal fue la seguidilla de cuatro dianas de Svetlin Dimitrov (tres) y Kristian Vasilev (uno), la cual borró la ventaja antillana a falta de siete minutos para el final.
Con el tiempo cumplido y las tablas en la pizarra, los minutos extras definieron el duelo a favor de los caribeños, aupados por el excepcional despliegue de Reinier Taboada y Omar Toledano. El lateral y el exterior marcaron tres tantos per cápita en el trance decisivo, y sellaron una actuación global relevante.
Taboada fue el máximo anotador cubano (11 goles), repartió siete asistencias y consiguió un bloqueo y un robo, mientras Toledano, sin llegar a los niveles de efectividad de la fase clasificatoria, logró ocho dianas.
Dariel García fue el otro hombre grande del ataque cubano, con nueve goles, de ellos cuatro en perfectos contrataque que liquidó gracias a su velocidad y explosividad.
Por Bulgaria, como era de esperar, Svetlin Dimitrov llevó la voz cantante y rubricó 15 goles, escoltado por Kristian Vasilev (ocho). El primero explotó su disparo zurdo desde el ala, mientras el segundo basó su ataque en las penetraciones.
En términos generales, Bulgaria se topó con el muro antillano en el juego exterior y solo consiguió cuatro goles desde los nueve metros, pero su despliegue por las bandas y las penetraciones les dieron un total de 23 goles.
Al margen de cualquier estadística, el juego colectivo y la cohesión del plantel fue clave para Cuba, que buscará mantener el espíritu en la discusión de la corona frente a Georgia, ganador de la otra semifinal frente a Gran Bretaña.
“No buscamos premios individuales de cada atleta, solo queremos ser el mejor equipo. Juntos somos más fuertes y no hay quien nos frene. Estamos en la final del Mundial de Naciones Emergentes y vamos a por todas”, escribió en Facebook el pivot Eduardo Valiente, quien jugó tocado por un golpe en la rodilla durante el primer tiempo.
Por su parte, Dariel García, también en las redes sociales, precisó que juntos pueden luchar y conseguir el sueño de ser campeones.