La Serie Nacional Sub-23 pudiera catalogarse como el torneo de Santiago de Cuba, ya que es la única provincia que ha vencido en par de ocasiones en las cinco primeras justas efectuadas.
En esta edición arrasa en su grupo con doce victorias y solo cuatro derrotas, amparado en una excelente línea ofensiva colectiva de .307 /.425/.419. Alejandro Sánchez cumple con creces su función de cuarto bate y ha remolcado 21 carreras lo que representa casi un cuarto del total del equipo (88).
Ricardo Ramos, con experiencia en preselecciones nacionales, parece sobrado para esta competencia con un rendimiento excelente. Sus números (.486/.620/.568) son de los mejores del país. Otro jugador que parece destinado a empeños mayores es el receptor Orrelly Riveaux con promedio de 360 y 12 impulsadas.
El pitcheo indómito se ha destacado con una efectividad de 2.93 (único del país por debajo de tres) y con un magnífico WHIP de 1.15 (único por debajo de 1.20). Los oponentes apenas le batean para 225 y su frecuencia de ponches por cada juego de nueve entradas es de 7.37 con menos de tres boletos (2,87).
Adrián Sagarra se roba todos los reflectores ya que trabaja para 0.90 con un WHIP de 1.05. Carlos Font ha participado en cuatro victorias con un éxito y tres salvamentos, y José Carlos Barbosa también ha cumplido como abridor. La defensa tampoco ha desentonado y con 967 se ubica en el tercer lugar, solo superado por Cienfuegos y Mayabeque, ambos con 968.
Sin embargo, jugar solo contra tres rivales pudiera resultar engañoso para un equipo que comanda con solvencia su apartado. Cuando solo restan 16 partidos tiene una ventaja de cuatro juegos y medio, además de cuatro duelos pendientes, por lo que su clasificación a semifinales es casi una realidad. ¿Conquistarán la tercera corona en esta categoría?
En los restantes grupos la lucha es bien reñida. Pinar del Río y la Isla de la Juventud en el A irán a una subserie que resultará crucial en las aspiraciones de ambos conjuntos.
Cienfuegos le ganó tres juegos a Villa Clara y se encaramó en la cima del C. Los matanceros, a un solo juego, y los anaranjados, a dos, mantienen opciones.
Según varias fuentes, el director Ariel Pestano tuvo un altercado con José Carlos Rodríguez, uno de los mayores prospectos villaclareños. ¿Terminará este incidente por pasarle factura al buen paso que sostenían los de la central provincia?
Sancti Spíritus aprovechó su duelo directo contra Ciego de Ávila para situarse a un solo juego de la punta. Lo habíamos sostenido antes: el equipo espirituano tiene todos los ingredientes para comandar la llave más pareja. Camagüey los acecha bien de cerca y también cuenta con opciones.
Notas positivas de la última subserie
La noticia de la quinta subserie fue el no hitter del lanzador espirituano Roberto Hernández. El derecho estuvo a punto de concretar uno ante Las Tunas en una salida precedente, pero se malogró en la octava entrada, justo los innings que necesitó (el juego terminó por marcador de nocaut) para concretar la hazaña ante los Tigres de Yorelvis Charles.
Solo se le embasaron tres bateadores en la primera entrada, por dos pelotazos y un error, más otro en la cuarta por un boleto. Suma cuatro victorias y una sola derrota en un juego que ponchó a trece bateadores rivales en seis episodios.
Apenas le batean .175 con una efectividad de 1.35 y un WHIP de 0.96. Ha ponchado a 47 bateadores en 33.1 innings por lo que su K/9 es de 12.09. ¿Lo tendrá en cuenta Rey Vicente Anglada apara el equipo Cuba a pesar de sus 18 años? No sería una idea descabellada.
Otro lanzador que sin hacer mucho ruido está envuelto en un tremendo torneo es el tunero Jesús Daniel García. En esta subserie propinó una lechada de solo cuatro hits a Camagüey. Ha ganado tres de los siete juegos de Las Tunas con un promedio de carreras limpias de 2.61.
Abel José Campos, de Cienfuegos, igualó con Roberto Hernández como líder en victorias con cuatro. Lanza para 2.12 y un WHIP de 1.12. Le trabajó ocho entradas a Villa Clara para asegurar el liderato del grupo. Otro desconocido con excelentes guarismos.
Desde el cajón de bateo siguen imponentes los cienfuegueros Daniel Pérez (.346/.419/.531) y Adrián Rivera (.364/.405/.530) con 24 remolcadas para cada uno. Superan en una al avileño Lázaro Martín, que despachó su quinto cuadrangular para empatar con Pedro Pablo Revilla.
La defensa no mejora y los guantes continúan erráticos. El average defensivo es solo de 956, con ningún equipo por encima de 970 y cinco selecciones por debajo de 950. Solo se han efectuado 335 doble plays en 310 juegos para un promedio de poco más de uno por encuentro.
Si al mediocre pitcheo de 4.67 colectivo le sumamos números tan paupérrimos a la defensa, el resultado no puede ser otro que el deslucido espectáculo carente de la calidad que amerita este nivel. Bien amargo es nuestro vino.