El anuncio por parte de las autoridades beisboleras cubanas sobre una posible reinserción de algunos peloteros antillanos emigrardos, rompió momentáneamente el marasmo que reinaba en el universo de las bolas y los strikes a causa de la pandemia de la COVID-19.
Por vez primera en más de seis décadas, los directivos de la pelota en la Isla abren la puerta de la selección nacional a jugadores que decidieron probar su suerte en otras tierras, excepto aquellos que abandonaron delagaciones en torneos internacionales.
Tampoco se valora por el momento la convocatoria de los jugadores vinculados actualmente a organizaciones de MLB, con quienes habría que establecer una negociación más compleja, pues para firmar en Estados Unidos ellos tuvieron que renunciar a su ciudadanía cubana.
Pero la mera posibilidad del movimiento —por ahora no hay garantías de que se llegue a implementar— ha sido bienvenida en momentos críticos para la novena antillana, que ha naufragado una y otra vez en aguas internacionales y ve cómo se aleja más en el horizonte su clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio.
Aunque el camino hasta la convocatoria final de los emigrados se vislumbra complicado, varios exponentes que militan en ligas foráneas ya manifestaron a través de las redes sociales su disposición de vestir la franela de las cuatro letras, como es el caso del camagüeyano Dariel Álvarez.
El agramontino constituye una de las figuras más renombradas entre los que pudieran ser convocados a una escuadra nacional gracias a su destacada hoja de ruta.
Sin ir muy lejos, hace seis mese Álvarez fue nombrado Jugador Más Valioso de la Liga Mexicana del Pacifico, donde defendió los colores de los Charros de Jalisco.
En tierras aztecas, tanto en el circuito profesional de invierno como en el de verano, su bate es uno de los más respetados, y también en Venezuela ha mostrado su calidad.
Pero el punto cumbre de su carrera lo vivió en Estados Unidos, donde tuvo la oportunidad de firmar con los Orioles de Baltimore y jugar en las Grandes Ligas.
“El proceso de contratación fue largo y complejo, pero me siento muy orgulloso de haber logrado llegar a MLB”, recuerda Dariel, quien fue reconocido como uno de los prospectos destacados de su organización.
Álvarez llegó a participar en el Juego de Futuras Estrellas en el 2014, preámbulo de su debut en las Mayores el 28 de agosto del 2015.
“Recuerdo que me subieron para jugar contra los Rangers en Texas. Estaba en la carretera con mi equipo de las Menores y me dieron la noticia. Me sentí la persona más feliz del mundo. Y no sólo yo, mi familia, mi esposa, mis hijos y principalmente mi mamá en Cuba. Porque es ella, mi madre Carmen Álvarez Camejo, la persona que más me ha ayudado en este camino del béisbol profesional”, asegura Dariel.
Ha pasado algún tiempo desde aquel momento, pero luego de lesiones y la desvinculación de los Orioles, ell camagüeyano mantiene intacta su ambición. En ese sentido, regresar a Cuba para una potencial incorporación al equipo nacional sería una nueva meta en su carrera.
Sobre este particular y otros asuntos, Dariel Álvarez accedió desde Miami a conversar con OnCuba, tras poner una breve pausa a su entrenamiento con vistas a su posible incorporación el próximo 7 de agosto a la novena de los Saraperos de Saltillo en la Liga Mexicana de Béisbol.
¿Cómo te enteras de la noticia, era algo que esperabas?
Si te soy sincero me enteré gracias a la gente que me empezó a escribir a través de las redes sociales. Y de verdad, te digo que no me lo esperaba. Pero creo que ha sido una muy buena noticia para todos, porque ya sabemos lo que significa el béisbol para nosotros los cubanos.
¿Qué lecturas nos deja la posible reinserción de peloteros emigrados en el equipo nacional?
En tu opinión, ¿cuáles serían los principales obstáculos para que se concrete el llamado?
Imagínate…Obstáculos serían muchos. Por ejemplo, yo pertenezco a dos equipos en México. Uno es Saraperos, con quienes me desempeño en la liga de verano, y el otro son los Charros de Jalisco, del circuito del Pacífico. Para jugar con Cuba, necesitaría la aprobación de estas dos organizaciones. Siempre que mis contratos no me impidan participar en alguno de estos eventos internacionales, yo estaré disponible.
Pero no nos detengamos a pensar en los obstáculos. Lo importante es el paso que se está dando, eso es lo mejor.
En caso de lograr una selección con todas las figuras que como tú destacan tanto en México como en las ligas asiáticas, ¿sería Cuba uno de los favoritos al título en el Preolímpico de las Américas?
Y no solo las figuras que estamos en México o en Asia, yo soy de la opinión de que deberían jugar todos los que lo deseen, donde quiera que se encuentren. No es menos cierto que un equipo, llamémosle “unificado”, daría mucha pelea en el Preolímpico.
Favoritos, eso nunca se sabe. El béisbol a nivel mundial está a un nivel muy alto y el favoritismo se ve entre las cuatro bases. Pero de que se verá un mejor equipo Cuba, claro que sí.
¿Sería un sueño para ti vestir la camiseta del equipo Cuba en Tokio?
No lo calificaría como un sueño, pero si sería una gran alegría tanto para mí como para mi familia. Creo que podría ser algo inolvidable. Pero te vuelvo a recalcar, siempre y cuando no me lo impidan los equipos con quienes tengo contrato, créeme que estaré dispuesto.
¿Qué tal es tu relación con tu coterráneo Miguel Borroto? ¿Tendrías algún otro manager de preferencia para un equipo en el que tú participes?
Que Borroto sea el manager para mí está más que bien. Creo que si él es el director del equipo Cuba y me convoca, para mí sería todo un placer, sobre todo porque es de Camagüey como yo. No obstante, igual te digo que pudiera ser cualquiera, no tengo problema con ninguno, yo con cualquiera juego.
¿Consideras que haya una brecha o dificultad entre los ya algo anticuados métodos de preparación/entrenamiento empleados por los entrenadores en la Isla con respecto a los que ustedes han adquirido en un béisbol más “moderno”?
Considero que no. Ya el béisbol ha ido evolucionando y creo que sería bueno poder compartir ideas entre ambas partes. Lo más importante aquí es llegar en óptimas condiciones al evento.
¿Cómo viviste la última final entre Matanzas y Camagüey?
Si te digo la verdad, no la vi. Pero les envío muchas felicidades a los dos equipos por el trabajo que hicieron.
¿Qué representa Leslie Anderson para ti?
Qué te puedo decir, Leslie es para mí un jugador extra clase. Un pelotero que siempre te dará muchos consejos, a mí en especial me ayudó muchísimo. Siempre le deseo lo mejor para él y su familia.
Tus ídolos en el béisbol cubano y en Grandes Ligas…
Mi ídolo en Cuba siempre fue el Yuli Gurriel, y en la MLB Alex Rodríguez e Ichiro Suzuki.
Llegaste a MLB, pero pasaste mucho tiempo en las Menores. ¿Qué tan dura es la vida en ese nivel?
La vida en las Menores es algo difícil, aunque no es imposible sobrevivir ahí. Uno tiene sus metas, sueños y no puedes dejar que cualquier obstáculos te impida alcanzarlos.
¿Es cierto que intentaron convertirte en lanzador?
Ciertamente intentaron convertirme en lanzador. Iba a realizar las dos funciones, batear y pichear como relevista. Y estuve dispuesto a ello porque no iba a dejar de batear. De todas formas lanzar no era algo nuevo para mí, porque ya ese rol lo había asumido en Cuba.
¿Piensas en un futuro volver a jugar la Serie Nacional?
No lo sé. Yo no pienso mucho en el futuro, mejor me enfoco en mi presente. Esta es una carrera muy corta y debemos aprovechar cada oportunidad. Pero si algún día pudiera volver a jugar una Serie Nacional creo que sería muy afortunado al estar con mi Camagüey nuevamente.