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Aroldis Chapman tuvo una controversial salida de los New York Yankees en 2022. El cubano no estaba en su mejor momento deportivo y había sido blanco de críticas por un tatuaje infectado que lo mandó a la lista de lesionados aquel año. Esos detalles fueron combustible suficiente para que la gerencia de los Bombarderos del Bronx decidiera excluirlo del roster de postemporada con una llamada telefónica.
“Terminamos la temporada regular en Texas un miércoles, pero teníamos cuatro días libres. Les dije entonces a los jefes que quería ir a mi casa en Florida para desconectar un poco con la familia y recargar energías pues no había tenido un bueno. La idea era incorporarme el sábado siguiente”, contó Chapman el pasado año en una entrevista con TUDN.
Hasta ahí, no parecía haber problemas. De hecho, el secretario de viajes de los Yankees organizó los vuelos y traslados terrestres del holguinero, pero de pronto todo dio un giro: “El gerente general (Brian Cashman) me llamó para ver por qué no me había presentado en los entrenamientos. Le expliqué que el acuerdo era incorporarme el sábado y no entendió. Al rato me volvieron a llamar y me dijeron que me quedara en mi casa”, relató el relevista.
Desde ese momento se abrió una herida que nunca ha cerrado y que, a esta altura, es posible que persista de por vida: “Por la forma en que me estaban tratando y cómo estaban haciendo las cosas, buscaban que yo hiciera algo, que le faltara el respeto a alguien o cometiera alguna indisciplina. Dijeron mentiras, querían salir de mí”, explicó “El Misil”.
Desde el punto de vista deportivo, ese parecía ser el fin de Chapman, que en 2022 solo logró nueve salvamentos y perdió el puesto de cerrador. Su efectividad aquel curso se disparó a 4.46 en 36.1 episodios de labor, con la tasa de ponches (10.7) más baja de su carrera y la peor media de boletos por cada nueve entradas (6.9) en su trayectoria por Las Mayores.
Sin embargo, la vida le dio una nueva oportunidad al apagafuegos, que consiguió mantenerse en el negocio con Kansas, Pittsburgh y Texas. Su rendimiento no fue del todo brillante, alternó períodos muy dominantes con otros de múltiples dudas, pero sostuvo su potencia y sacó la cara en pasajes de máxima exigencia, conquistando incluso la Serie Mundial con los Rangers en 2023.
El retorno
Lo que definitivamente nadie esperaba era que Chapman regresara a planos estelares. Que fuera un relevista más en la liga y subsistiera en un ecosistema sumamente competitivo parecía ser una recompensa más que notable para el cubano, pero él ha querido ir un poco más allá. A golpe de trabajo, horas de gimnasio e incontables sesiones de bullpen, el holguinero ha conseguido recuperar su espacio entre los mejores cerradores del circuito.
Crucial en este retorno a planos estelares han sido las Medias Rojas de Boston, que le ofrecieron un contrato de un año en diciembre pasado y le propusieron una disputa con el resto de los relevistas del equipo para hacerse con el puesto de taponero. Desde la primavera comenzó la carrera, en la que finalmente el veloz zurdo sacó una buena renta y se quedó como el hombre de la novena entrada en Fenway Park.
Alex Cora, mánager de Boston, no se arrepiente de la decisión, porque Chapman ha sido el caballo de batalla entre todos los apagafuegos de la novena. En 29 salidas suma 35 ponches, 11 salvados y balance de tres victorias y dos derrotas. Muy llamativo es que solo ha regalado nueve bases por bolas frente a 103 bateadores, para una tasa de 3.1 boletos por cada nueve innings, entre los indicadores más bajos de su trayectoria en MLB.
Un detalle que habla claramente de lo dominante que ha sido es que se ubica entre los seis relevistas de la liga con efectividad inferior a 1.75 y WHIP (promedio de corredores embasados por entrada) por debajo de 0.915 con al menos 25 salidas al centro del diamante:
* Randy Rodríguez (28 relevos-efectividad de 0.61-WHIP de 0.614)
* Tommy Kahnle (27-1.26-0.733)
* Josh Hader (26-1.29-0.750)
* Andrés Muñoz (27-1.35-0.863
* Tyler Rodgers (32-1.48-0.725)
* Aroldis Chapman (29-1.71-0.911)
Con estos números y la confianza que transmite en cada presentación, Chapman podría ser uno de los candidatos a canje si finalmente los Red Sox se deciden a mover piezas y tirar la toalla esta campaña. De momento, marchan cuartos en el Este de la Liga Americana con balance de 32 victorias y 35 derrotas, a 8.5 juegos de los Yankees en la cima de la división.
Si no levantan, pronto podrían convertirse en vendedores antes de la fecha límite de cambios; ahí entraría en acción el cubano, quien podría ser una pieza muy codiciada para todos esos equipos que ahora tienen agujeros en el bullpen.
El reto del Yankee Stadium
Precisamente, los Yankees son una de las escuadras que seguramente saldrá a buscar algún brazo para fortalecer su cuerpo de relevistas. La lesión de Luke Weaver, su cerrador, y el desempeño intermitente de Devin Williams, Ian Hamilton, Tim Hill, Jonathan Loáisiga, Fernando Cruz y Mark Leiter Jr., debe forzar a los neoyorkinos a explorar el mercado.
Sin embargo, la opción de Chapman no debe estar sobre la mesa y seguramente el cubano tampoco aceptaría un retorno a la Gran Manzana, donde por ahora ha mostrado un dominio hermético.

Este fin de semana salió dos veces como cerrador y se apuntó sendos rescates, los cuales lo ubican a solo uno (347 por 346) de Randy Myers en el puesto 14 de todos los tiempos. El sábado sacó tres outs con 11 lanzamientos, de los cuales seis superaron las 100 millas, mientras el domingo retiró al único bateador que enfrentó con un ponche.
De esta forma, Chapman suma cuatro salidas consecutivas sin permitir carreras en el Yankee Stadium cuando ha lanzado ahí como visitante. El pasado curso tuvo dos presentaciones con los Pirates que terminaron con rescate suyo y ahora ha aumentado la seguidilla con el uniforme de las Medias Rojas, una de las venganzas más frías y placenteras que podía conseguir el cubano, teniendo en cuenta la encarnizada rivalidad entre Boston y Nueva York.
Para la gerencia de los Yankees este es un trago amargo. En los dos últimos años han sido el segundo equipo que más serpentineros ha necesitado (17) para salvar partidos, solo superados por los Dodgers (21). Esta es una prueba irrefutable de que la estrategia del equipo falló al no darle más oportunidades a Chapman, quien hoy, con 37 años, sigue siendo uno de los relevistas más confiables en el mejor béisbol del mundo.