Los cubanos Tony Oliva y Orestes (Minnie) Miñoso integran el grupo de siete jugadores que este domingo fueron consagrados en Cooperstown (Nueva York), donde el Museo y Salón de la Fama de las Grandes Ligas los ha incorporado entre los jugadores notables de todos los tiempos.
Oliva, de 84 años, pasó su carrera en las Grandes Ligas con los Twins, ganando tres títulos de bateo (1964, 1965 y 1971) y liderando la liga en hits cinco veces. Promedió .304 con 220 jonrones y 947 impulsadas en 15 años de carrera, con ocho Juegos de Estrellas, un Guante de Oro y el premio de Novato del Año en 1964 en la Liga Americana. Además, como entrenador fue dos veces campeón de la Serie Mundial (1987 y 1991).
La placa de Miñoso, fallecido en 2015, representará a los Medias Blancas de Chicago, franquicia con la que pasó la mayor parte de su vida, al punto de ser reconocido como Mr. White Sox. El matancero fue a nueve Juegos de Estrellas en MLB y a cuatro en las Ligas Negras, donde jugó con la camiseta de los New York Cubans durante la primera parte de su carrera.
Su debut en Grandes Ligas tuvo lugar en 1949 con los Indios de Cleveland, el primer equipo en tener un jugador de la raza negra en la Liga Americana. Miñoso es considerado el Jackie Robinson latino, pues rompió la barrera racial para los jugadores caribeños.
Oliva y Miñoso se unen a Atanacio “Tany” Pérez, Martín Dihigo, José Mendéz y Cristóbal Torriente como los jugadores nacidos en Cuba que han sido exaltados al Salón de la Fama de Cooperstown. Por la Isla están, además, el ejecutivo Alex Pompez y el periodista Rafael “Felo” Ramírez.
En la Clase del 2022, destaca el tres veces campeón de la Serie Mundial, el dominicano David Ortiz, quien es considerado por muchos especialistas como el mejor bateador designado en la historia de MLB, luego de conectar 541 jonrones y remolcar 1768 anotaciones en su trayectoria de 20 temporadas entre Boston y Minnesota.
También han sido exaltados el lanzador Jim Kaat, y los jugadores de posición Bud Fowler, Buck O’Neil y Gil Hodges, quienes tuvieron, como Miñoso, una placa postuma.
En los casos de Oliva y Kaat, jugaron juntos en Minnesota Twins, de 1962 a 1973, y se convertirán en el quinto y sexto jugador de ese equipo en ingresar al Salón de la Fama. Kaat acumuló 283 victorias y 16 Guantes de Oro en una carrera de 25 años.
Según MLB, Kaat pasó de ser un abridor de primer nivel a un relevista de calidad. Como titular, registró tres temporadas de 20 victorias (lideró la Liga Americana en 1966, con 25) y, a menudo, estuvo entre los líderes del circuito en entradas lanzadas. Tuvo 14 temporadas de 200 entradas o más, eclipsando dos veces la marca de 300.
Hodges representa a los Dodgers, con quienes fue ocho veces All-Star, ganó tres Guantes de Oro y dos Series Mundiales durante sus 16 temporadas entre Brooklyn y Los Ángeles, adonde se mudó la franquicia en 1958. Su carrera como jugador terminó después de dos temporadas con los Mets.
Fowler se convirtió en el primer jugador afroamericano en béisbol profesional en 1878 como parte de una carrera de 30 años como pionero en el béisbol negro.
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La vida beisbolera de O’Neil abarcó ocho décadas como jugador, entrenador, manager, cazatalentos y ejecutivo. Fue el primer entrenador negro en la historia de AL/NL y un destacado defensor de la importancia de la historia de las Ligas Negras.
En su primer año en la boleta, Ortiz fue el único jugador elegido por la Asociación de Cronistas de Béisbol de Norteamérica (BBWAA) en enero. Hizo que verificaran su nombre en el 77.9 % de las boletas enviadas, superando el umbral del 75 % requerido para ingresar. El resto de los exaltados fueron seleccionados por los Comités de Veteranos.