Quizá a su edad, el tiempo podría ser un factor adverso en las esperanzas de Yoanni Yera de lograr una firma con algún equipo de las Grandes Ligas.
Para algunos veteranos de renombre, también.
Pero Yera, un lanzador zurdo de 29 años, integrante del equipo de Cuba en la Serie del Caribe de béisbol, espera de todas maneras una oportunidad, después del histórico acuerdo alcanzado por los regentes de la pelota cubana con las Grandes Ligas en diciembre, que permitirá a los beisbolistas de la isla firmar contratos con equipos de Estados Unidos sin tener que desertar, un esfuerzo que busca eliminar el peligroso tráfico humano que lleva décadas.
“Es una gran noticia”, afirmó Yera a The Associated Press. “Hay que esperar. Todo llega. Hay que esperar”, insistió.
Es el primer viaje de un equipo cubano de béisbol después del inédito acuerdo, que ha sido muy bien recibido por el deporte de la isla comunista y amante del deporte, y que fue ensalzado sin titubeos el martes por el manager de los Leñadores de Las Tunas, actuales monarcas del béisbol cubano, Pablo Alberto Civil, así como por los jugadores.
Probablemente algunos de los integrantes de ese equipo estarán en las miradas de un grupo de cazatalentos de las Grandes Ligas, presentes en la serie.
Solo tres jugadores de los Leñadores tienen contratos profesionales con la Liga de Japón, entre ellos los veteranos Alfredo Despaigne y Frederich Cepeda, y el resto aparecen como agentes libres, entre ellos Yera.
El tercera base Yurisbel Gracial, de 33 años de edad y quien acaba de renovar contrato para seguir en la Liga de Japón, es considerado uno de los jugadores más completos. Sin embargo, los dirigentes del béisbol cubano aseguran que tienen a una buena camada de jóvenes promesas.
El acuerdo, vigente hasta el 31 de octubre del 2021, también facilita a los cubanos firmar bajo reglas similares a las de jugadores bajo contratos con clubes en Japón, Corea del Sur y Taiwán.
“Es algo positivo para los cubanos, evita que continúe el éxodo de peloteros cubanos de manera ilegal”, dijo Civil a la AP. “A la misma vez, el béisbol cubano va a estar representado de una manera más seria en ese tipo de béisbol sin necesidad de cambiarse la ciudadanía, de irse del país”.
Cuando se anunció el acuerdo, Civil y los Leñadores estaban enfrascados en la disputa por la serie nacional cubana, aunque el piloto aseguró que ese trato se estaba ventilando desde hacía varios años, a raíz de una solicitud que hizo Cuba.
“No sé por qué no se decidió mucho antes”, añadió Civil. “Lo evalúo como positivo, hará que los peloteros cubanos se puedan preparar allá en Cuba de una mejor manera, de que nosotros los entrenadores también nos pongamos al nivel de los entrenadores (de las Grandes Ligas)”.
“El béisbol cubano sé que va a mejorar, eso es algo muy bueno para el béisbol cubano y el béisbol mundial. Primero, que cada pelotero no sólo puede jugar en la MLB, sino en diferentes ligas”, agregó. En Cuba “hay muchachos nuevos, que van surgiendo ahora, que tienen tremenda y excelente calidad”.
Sin embargo, algunos referentes como Despaigne, de 32 años de edad y subcampeón con Cuba en el béisbol olímpico en Beijing 2008, lamentan que el acuerdo haya llegado hasta ahora, con sus carreras bastante avanzadas.
“Es un espacio importante para los jóvenes que vienen, (pero) es una maldad que llegó ahora y no hace unos años atrás”, dijo Despaigne, coincidiendo, de todas maneras, en que la medida ayudará al crecimiento del béisbol en su país.
Pero, al igual que su compañero de equipo Yera, no cierra del todo las puertas. Agregó que tiene un año más de contrato en Japón y que después de allí, como agente libre, verá qué ofertas recibe.
El acuerdo también es visto con buenos ojos fuera de Cuba.
“Le da la oportunidad a los peloteros cubanos de demostrar sus habilidades”, dijo a la AP el manager del equipo venezolano los Cardenales de Lara, José Moreno. “Como latino, creo que todos merecemos una misma oportunidad”.
Son numerosos los casos de jugadores cubanos importantes que desertaron y terminaron estableciéndose en las Grandes Ligas, algunos con salidas o escapes dramáticos y cortando bruscamente lazos familiares. Uno de los casos emblemáticos es el de Orlando “El Duque” Hernández, que desertó para enrolarse en las mayores, ganando cuatro veces la Serie Mundial, tres con los Yanquis de Nueva York, y una con los Medias Blancas de Chicago.
“Ya no habrá esa zozobra, sólo a esperar”, insistió Yera.