La noticia del “escape cinematográfico” de Yuliesky y Lourdes Gourriel del hotel donde se hospedaban en República Dominicana, durante la Serie del Caribe, se esparció como pólvora en el mundillo del béisbol. Y bien rápido llegó a los oídos de Michel Laplante, presidente y director general del equipo Capitales de Québec, de la Liga Can-Am.
Al directivo debió ponérsele la piel de gallina cuando constató que la posibilidad de que las negociaciones por volver a contar con el mayor de los chicos del famoso apellido queden en el recuerdo. En Québec temen por su Gourriel: Yuniesky, el mayor de todos, el que se quedó en Cuba.
Según trascendió en la prensa canadiense, Laplante se planteó varias interrogantes tras enterarse de la nueva historia de los Gourriel en Dominicana: “¿La deserción de los hermanos dañará la presencia el año que viene de Yuniesky aquí? No sé —el mismo se respondía—. Podría entender que exista miedo por parte de la Federación Cubana de volver a enviar a Yuniesky a Québec. Por otro lado, Yuniesky tiene un buen argumento al decir que tuvo la oportunidad de desertar y nunca lo hizo”, insistió.
Yuniesky Gurriel, promedió 374 de average con los Capitales, y fue líder de bateo la temporada pasada. Por esa razón se sostienen los temores de la directiva blanquiazul ante la posibilidad de perder a uno de sus toleteros estrella. Quieran o no, los canadienses saben que existe la probabilidad de que siendo parte de una liga que juega partidos en suelo estadounidense, su champion bate se les esfume en una abrir y cerrar de puertas.
Pero a lo que más teme Laplante es a la presumible reacción de la Federación Cubana de Béisbol. No obstante, y a conciencia de lo delicado de la situación, confía en que Yuniesky no sea víctima de una “venganza”.
“¿Es sorprendente? No. ¿Es chocante? Sí”, expresó Laplante sobre la despedida de los otros dos Gourriel de la delegación cubana. “Entiendo que se impacientaran. Valen no sé cuántos millones en las Mayores”, agregó. Dijo siempre haber pensado que los hijos menores de Lourdes esperarían el permiso oficial del gobierno para jugar en las Mayores.
Laplante, además, tomó lugar al lado de los directivos nacionales, con los que prefieren mantener una buena relación, y apuntó que no es necesariamente lo acontecido culpa de la familia Gourriel. Como corresponde, nadie pretendía algo distinto.
Ante la pregunta de si Yuliesky o Lourdes podrían unirse a su hermano mayor en los Capitales, Laplante fue categórico: “Creo que sólo hay que poner fin a esa posibilidad”. Y se quitó las miradas y las sospechas de encima, si de todas formas su única preocupación es el Gourriel que queda, el que los llevó en buena parte al bronce de la última temporada. Si los diarios de Québec se mostraron interesados por la fuga, no fue por aquellos dos, sino por la opción de verse a expensas de federativos que todavía no dicen ni jota sobre este o ningún otro asunto en la superficie, luego de la Serie del Caribe.
Lo último que el mayor de los Gourriel había declarado sobre el suceso de sus hermanos, lo hizo al periódico Escambray: “Perdimos el contacto con ellos después del último juego, no estaban en Facebook y el teléfono daba apagado, todas las noches se habían comunicado con nosotros. Nos enteramos por la misma vía de todo el mundo y no sabemos nada de ellos. Yo voy a seguir jugando con Industriales”, aseguraba entonces.
Amigos: La fuga de los Courriel no es otra cosa que una componenda más de los que dirigen el beisbol cubano. Si no lo creen vayamos al expediente “Gourriel”. El niño prodigio se dio el lujo de rechazar un contrato millonario ofrecido por un club profesional japonés y no pasó nada, se negó a participar en los panamericanos y no pasó nada, dijo que no jugaría con los industriales y no pasó nada, esperando siempre la promesa hecha a él de un jugoso contrato de la MLB que al parecer estaba al doblar de la esquina. Contrató que nunca apareció y que jamás aparecerá después de nuevo paquete de medidas de Estados Unidos para Cuba en el cual queda aclarado que cero transacciones financieras en dólares entre los dos países.
Por mucho menos de lo que ha hecho el “niño protegido y mediático” ¿A cuántos atletas han siquitrillado? El caso de Wilfredo León y Dayron Robles son buenos ejemplos sin contar la cantidad de boxeadores que han sido suspendidos por solamente no asistir a un entrenamiento. El otro aspecto es la gran cantidad de peloteros estelares que se han perdido y que nunca tuvieron la oportunidad de tener un contrato de la MLB. Braudilio Vinet, Rogelio García, Julio Romero, Juan Pérez Pérez, el Niño Linares, Orestes Kindelán, Antonio Pacheco, Luis G. Casanova, Alfonso Urquiola, Lourdes Gourriel, Fernando Sánchez, Armando Capiró, Antonio Muñoz, la lista sería interminable. Dinero perdido para ellos y para Cuba. Es lógico que Cuba no quiera cometer el mismo error con quien es hoy el mejor pelotero del país que de seguro representa los millones a los cuales Cuba quisiera acceder al menos en un por ciento (20%) Ya Gourriel no representa nada en Cuba, él está muy por encima de un beisbol cubano que cada día s peor, Gourriel en Cuba es pérdida, en los Estados Unidos es toda ganancia, para él, para la MLB y desde luego para Cuba que está tan necesitada de DINERO. Estoy seguro que la fuga de los Gourriel fue muy mal preparada y muy bien facilitada por la autoridades. Dentro de cinco años lo veremos de vuelta. Y muy curioso, se fueron por la madrugada y ya a las 7.00 am la noticia estaba en todos los medios, hasta en el periódico Escambray. Los dos hermanos salieron caminando plácidamente por el lobby del hotel, se montaron en un jeep con insignia militar “Y nadie los vio ni pudo detenerlos”. ¡Qué casualidad más casual!
Con el Duke se vengaton despues que Livan se fue,hoy son otros tiempos,pero eso nunca se sabe,todo puede seceder.
Según las noticias “forcejearon” con seguroso……
Pienso que la periodista puso este como un chiste:“Perdimos el contacto con ellos después del último juego, no estaban en Facebook y el teléfono daba apagado, todas las noches se habían comunicado con nosotros. Nos enteramos por la misma vía de todo el mundo y no sabemos nada de ellos”