Desde su inicio, la 5ta Serie Nacional sub-23 ha tenido bajas importantes. Varios peloteros jóvenes no están participando debido a contratos gestionados por la Federación Cubana de Béisbol; otros –como ya es habitual año tras año– decidieron buscar fortuna sin permiso de nadie. Y para rematar, algunos fueron convocados a la mal llamada Serie Especial, que sigue en caída libre como espectáculo.
Las ausencias lastran sobre todo a equipos llamados –por la calidad que podrían reunir en sus filas– a discutir el gallardete.
Santiago de Cuba, campeón de las dos últimas versiones, ha tenido que recomponerse de la noche a la mañana. Lo que ha conseguido el manager Heriberto Rosales es increíble. Si a las notabilísimas bajas de Oscar Luis Colás y Ulfrido García por contratos en Japón e Italia respectivamente, le sumamos la de Lionard Kindelán pensaríamos en un equipo completamente desarticulado.
El hijo del Tambor Mayor partió hacia República Dominicana y dejó sin cuarto bate natural a la selección santiaguera. Tampoco están Carlos Font, uno de sus principales abridores, y el jugador de cuadro Ricardo Ramos, quienes militan con Orientales en la Serie Especial.
Pero aun con tantas ausencias, Santiago de Cuba barrió en su primera subserie a Guantánamo aunque este equipo no es evidentemente el mejor medidor. ¿Podrán los rojinegros mantener su buen paso durante todo el torneo? Que puedan o no está por ver, pero lo cierto es que Heriberto Rosales no es mago.
Granma, otro que barrió en la apertura del torneo, no cuenta para esta versión con Yoelkys Céspedes. El caso del jardinero es entendible porque es un atleta de equipo Cuba e incluso de Clásico Mundial. Sin embargo, ¿qué desarrollo consigue Huber Sánchez como tercer receptor de Orientales? ¿No le aportaría más a su carrera jugar como titular en el sub-23?
El caso de Camagüey es aún más amargo. Los Toros vieron desmoronarse su pitcheo por la paralela Serie Especial. No cuentan con el primer abridor Yariel Rodríguez, tampoco está el prometedor Josimar Cousín, y para colmo perdieron a su mejor relevista: Carlos Pérez.
A Las Tunas le sucede algo parecido pues no tiene en sus filas al zurdo Ángel Sánchez, mejor Novato de la Serie Nacional 57, ni al también lanzador Alejandro Meneses, de notable actuación en el panamericano sub-23.
Villa Clara, de un tirón, perdió a sus dos principales cartas: Yosbel Zulueta y Javier Mirabal, de lo mejor del montículo cubano en esta categoría. El manager Ariel Pestano tendrá que buscar mil variantes si quiere repetir los resultados del año anterior. Por demás, tampoco tendrá por prescripción médica a Pablo Guillén y Eduardo Rodríguez, dos pitchers con experiencia internacional en categorías inferiores, y de buena calidad para este nivel.
Es cierto que los lanzadores que están en la Serie Especial se enfrentan a un nivel mayor de béisbol, lo que podría redundar en un mayor desarrollo, pero sus actuaciones son más esporádicas por lo que tienen menos oportunidad de trabajar que si jugaran el campeonato de su categoría.
Más allá de Yariel Rodríguez no creo que ningún otro joven tenga posibilidad alguna de hacer el grado a los Juegos Centroamericanos y del Caribe.
Otros jugadores importantes que han militado en preselecciones nacionales, y se perderán este torneo sub-23 son el receptor espirituano Yunior Ibarra y el torpedero capitalino Yorbert Sánchez.
Desaparecido del mundo mediático solo está Víctor Víctor Mesa. Después de la supuesta lesión que lo hizo abandonar el campeonato pasado poco se ha dicho de su recuperación. No está en la nómina capitalina del sub-23 y nadie sabe o ha dicho algo sobre su presencia con Industriales la campaña próxima aunque con la ratificación de su padre al frente de la nave azul podría reaparecer a tiempo.
Al final, sacando una simple cuenta, quedan más interrogantes que certezas sobre el sub-23 que ya se juega: ¿No afectan todas estas ausencias al torneo que es la antesala de la Serie Nacional? ¿Qué hubiera sido más pertinente para los que no tienen opciones de hacer el grado a los Centroamericanos? ¿Quién pierde más?
El béisbol –al menos el béisbol cubano de hoy– está lleno de preguntas y de esquivas respuestas.
Who care?
La opinión pública es del criterio de que los federativos del baseball revolucionario han traicionado el legado de Fidel al corporativista el deporte,toda la vida el comandante se opuso a ello.Ahora el soberano tiene que ver como sus principales figuras no juegan en la Serie Nacional y en los distintos torneos de categorías inferiores.No les interesa el espectáculo que el pueblo trabajador merece,no les interesa arreglar estadios, comprometerse con las fuerzas básicas (de esto se ocupan los padres),no les interesa firmar un contrato en donde se renuncia a la participación de un atleta con el seleccionado nacional,lo veremos en los Centroamericanos,no les interesa que un atleta como Moinelo no quiera representar a su país.Es de subrayar que los términos del contrato de Alfredo Despaigne nunca se difundieron.La cantidad de dinero que el gana es inmoral para la mayoría del pueblo y de sus profesionales,toda una ignominia.Asi es el derrotero del baseball revolucionario en la actualidad.Un deporte que ostenta la mayor cantidad de atletas cubanos traidores y desertores,aún así continúa recibiendo más estímulo y recursos que nadie.En caída libre está la pelota en cuba.
Cronica d una muerte anunciada.
Sebastian mihajlolovic. La verdad q no se si eso fue un conentario suyo o fue copy paste de algun periodico como granma, juventud rebelde, etc. Eso de “legado de Fidel” es de juzgado de guardia y ni hablar de aquello de q el dinero q gana Despaigne es “inmoral” , inmoral creo yo es el salario de los otros 11 millones de cubanos, mi abuela siempre me decia q cuando escuchó a fidel decir q iva a eliminar a los ricos, enseguida entendió q la cosa iva mal, lo q hay q eliminar es a los pobres. Aquello d exigir espectáculo q “el pueblo trabajador merece” es de traca. En mi opinión el pueblo trabajador merece muuuuuchas cosas mas q callamos con bastante frecuencia, según usted es mejor decirle a despaigne, moinelo etc q no vayan a japon y no se desarrollen como atletas, como seres humanos, q no le aseguren el futuro a sus padres, hijos, nietos etc, para q se queden como modo de entretenimiento del pueblo durante 10 dias en unos juegos q nadie ve ni le interesa, bueno podría seguir pero creo q no vale la pena, lo peor de todos es perder la perspectiva.
Sebastián, que marca de puro usted se fumó?. No lo haga con mucha frecuencia que eso es dañino para su salud.