La saga de Lázaro Álvarez continúa. La historia de la sanción impuesta al tricampeón mundial cubano de boxeo tiene un nuevo capítulo con las declaraciones del propio sancionado al periódico Guerrillero de Pinar del Río, su provincia natal.
En una entrevista firmada por Víctor Manuel Blanco González, Álvarez negó que su castigo por seis meses se debiera a varias indisciplinas, como afirmó a la prensa el jefe de entrenadores de la selección nacional de boxeo Rolando Acebal. Además, insistió en la tesis que ha dejado perplejos a periodistas y aficionados: la medida fue tomada por teñirse el pelo.
El también medallista de bronce en los Juegos Olímpicos de Río 2016 comentó que había solicitado a Acebal mantener el cabello teñido solo por un tiempo, aun sabiendo que ello contradecía el reglamento de la escuela nacional de boxeo. Según lo referido por él a Blanco González, la decisión de aclarar el color de sus cabellos se debió a motivos religiosos y no por una cuestión de moda. No obstante, el entrenador jefe se opuso.
“Traté de explicarle educadamente, con moderación, pero él nunca me creyó. Le propuse incluso hacer una reunión con los atletas para explicarles que era por un tiempo determinado y no crear situaciones negativas en el equipo, pero no quiso”, explicó el laureado púgil pinareño.
En cuanto a su exclusión de la lista de los mejores atletas del año en Cuba, Álvarez también mostró su inconformidad. “Una cosa es que me hayan sancionado por esto, lo cual no tiene nada que ver con todos los resultados que tuve anteriormente. No entiendo por qué hasta ahora nadie se ha pronunciado oficialmente”, dijo.
Sin embargo, el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) y la Federación Cubana de Boxeo (FCB) han persistido en su silencio. Hace unos días, Randy Alonso, director del espacio televisivo Mesa Redonda, calificó lo sucedido con Lázaro Álvarez como una “fea contradicción en el movimiento deportivo cubano”.
En un comentario publicado en el sitio Cubadebate, Alonso cuestionó la falta de claridad existente en torno al episodio y señaló la divergencia entre el INDER y la dirección de deportes en Pinar del Río, que sí reconoció el desempeño del boxeador en 2016. Lo ocurrido, dijo, le deja dudas “sobre el alcance y el poder educativo de la sanción a un deportista relevante” y deseó que “las autoridades deportivas se pronunciaran al respecto”.
Un pronunciamiento oficial de las autoridades del deporte en Cuba es lo único que falta en esta saga.
El público se pregunta hasta qué punto se trata de una rígida interpretación del reglamento o de una decisión alimentada por el machismo, la intolerancia religiosa, las diferencias personales o cualquier otra causa o prejuicio.
De momento, Lázaro Álvarez ya sin tinte en su pelo permanece entrenando en Pinar del Río.
Aunque no pudo representar a su provincia en el torneo nacional Playa Girón, asegura que sus valores y su condición de atleta no van a cambiar.
En el mes enero, a tres meses de ser impuesta la sanción, la conducta seguida por el boxeador debe ser reevaluada y se decidirá entonces si mantiene o no la medida disciplinaria.