Yordan Álvarez es el tercero jonronero de la temporada de Grandes Ligas. En un alarde de poder, el tunero ha despachado 15 bolas más allá de los límites, la quinta mayor cifra histórica para un pelotero cubano en los primeros 46 partidos de una campaña. Además, 11 de esos 15 vuelacercas han viajado más de 400 pies, solo superado en este 2022 por Aaron Judge (13), Austin Riley (13) y C.J. Cron (12).
Para el antillano, es un juego de niños poner en órbita la pelota, justo como demostró el pasado lunes 30 de mayo en el espacioso Coliseum de Oakland. Allí, Yordan conectó un estacazo de 469 pies por todo el bosque central, el cual se convirtió en el cuadrangular más largo de su carrera, destronando uno de 546 pies que largó el 22 de septiembre del 2021.
El portentoso slugger de los Houston Astros cazó un cambio del lanzador Paul Blackburn y la bola salió disparada de su madero a 113.9 millas, la sexta mayor velocidad de salida de su carrera en batazos que han sido jonrones. Pero si esto fuera poco, Yordan dio otro vuelacercas en el mismo duelo, a 444 pies, por lo que dos cuadrangulares de la fecha sumaron una distancia de 913 pies.
Teniendo en cuenta el poder del cubano, esta parece una cifra insignificante, como también podrían ser los 115 millones que los Astros le pagarán a Yordan durante las próximas seis campañas, como parte de un acuerdo de renovación firmado este viernes.
La franquicia de Houston se ha asegurado los servicios del jardinero y bateador designado hasta el 2028 por un monto no tan desorbitado. Álvarez ganará siete millones de dólares en el 2023, subirá a diez millones en el 2024 y a 15 en el 2025, para cobrar entonces 26 millones en cada una de las campañas entre 2026 y 2028.
Yordan se encuentra entre los mejores 40 jonroneros y empujadores de Grandes Ligas desde el 2019 hasta la fecha, a pesar de que se perdió la temporada del 2020 por problemas en sus rodillas que lo obligaron a pasar por el quirófano. En cuanto a totales, es normal que no esté en el tope de ninguna lista, pero cuando vamos a promedios en ciertos aparatados sale a relucir su verdadero valor.
De acuerdo a un reporte de MLB, el cubano de 24 años –cumple 25 a finales de junio– es el tercer jugador de MLB con mayor promedio de velocidad de sus batazos (93.3 millas) y también el tercero con mayor por ciento (54.5) de Hard Hit (bolas bateadas a más de 95 millas) desde el 2019 hasta la fecha.
Otro detalle a su favor es la progresión y el crecimiento de un año a otro. Por ejemplo, en el 2021 el 24.1% de los turnos de Yordan terminaron en ponches, y esa tasa ha caído hasta el 17.1% en el 2022. En cuanto a los boletos, también ha dado muestras de mejoría: el 8.4% de sus viajes al plato en el 2021 fueron bases, y ahora ha logrado entrar en circulación por dicho concepto el 12.4% de las comparecencias.
Si todas estas tendencias se mantienen durante los próximos años, los Astros quedarán con la sensación de que le han pagado poco a Yordan Álvarez.
José Abreu y una cita con la historia
José Abreu va directo al templo de inmortales de los Chicago White Sox, una de las franquicias con historia centenaria dentro del béisbol de Grandes Ligas. El plantel del sur de la Ciudad de los Vientos está obligada a reescribir sus memorias para incluir múltiples pasajes gloriosos del cienfueguero, quien llegó a la organización como una gran promesa hace de ocho años y se ha convertido en una verdadera leyenda a fuerza de batazos.
El último de los capítulos estelares del inicialista antillano lo vivimos esta semana, cuando se coló entre los cinco mejores remolcadores de todos los tiempos en los White Sox, luego de sobrepasar al mítico Orestes Miñoso, otro de los cubanos que sentó cátedra en el mejor béisbol del mundo.
Abreu igualó a Miñoso el pasado domingo 29 de mayo con un sencillo remolcar frente a los Cubs, y tres días más tarde lo superó tras despachar un jonrón de dos carreras en Toronto.
Desde el pasado año, Abreu miraba por el retrovisor las marcas empujadoras de Eddie Collins, Nellie Fox o Carlton Fisk, miembros del Salón de la Fama que hicieron carrera en Chicago. Pero esta campaña ha escalado a otra dimensión tras superar a Miñoso y ubicarse como el quinto jugador con más impulsadas (811) en la historia de los White Sox, solo superado por Frank Thomas (1465), Paul Konerko (1383), Luke Appling (1116) y Harold Baines (981), hombres que estuvieron al menos 14 temporadas con la organización.
Lo más impresionante en este punto es el ritmo de producción que lleva el “Fenómeno de Mal Tiempo”, una máquina de remolcar carreras. Para tener una idea, el sureño suma 811 propulsadas en los primeros 1161 partidos de su trayectoria, el segundo total más alto para los White Sox, solo por detrás de Frank Thomas (909).
En caso de que se estén preguntando por el resto de los nombres que encabezan el listado de máximos empujadores de la franquicia, les cuento que en los primeros 1161 choques de sus respectivas carreras con Chicago, Konerko tenía 692 remolques, Appling 602, Baines 701 y Miñoso 616, muy alejados de la producción de Abreu.
Esto nos da la medida de qué tan bueno ha sido el cubano, quien ha impulsado más de cien carreras en seis de sus primeras ocho temporadas en Grandes Ligas. Las dos veces que no superó el centenar de empujadas fue en el 2018, cuando una lesión limitó su tiempo de juego, y en el 2020, cuando la pandemia de coronavirus forzó una reducción de la campaña a solo 60 partidos.
Una de las grandes incógnitas de la temporada es si Abreu volverá a irse por encima de los 100 remolques en este 2022, campaña que no comenzó del todo bien para él. Hasta el 19 de mayo, su promedio de embasado estaba por debajo de .300, con solo tres jonrones, 14 impulsadas y 28 imparables en más de 150 viajes al plato.
Sin embargo, a partir del 21 de mayo hemos visto a otro jugador, al José Abreu que todos conocemos. Desde ese día, el cienfueguero tiene una línea ofensiva de .400/.491/.756, con cuatro vuelacercas, nueve empujadas y 18 jits en solo 53 comparecencias.
En total, “Pito” suma 12 partidos consecutivos con la menos un indiscutible, la cuarta mejor racha activa de las Mayores, por detrás de Trea Turner (26), Paul Goldschmidt (25( y Ketel Marte (15). Esta quizás sea una prueba definitiva de que el cienfueguero ha encontrado su versión más letal, la versión del mejor bateador cubano del presente siglo.
“Candelita” Iglesias, visión de halcón
Alrededor del 22% de los turnos ofensivos en Grandes Ligas en este 2022 terminan en ponches, lo cual es un reflejo fiel del progresivo incremento de la cantidad de jugadores retirados por la vía de los strikes que se vive en el mejor béisbol del mundo desde hace 15 años.
Cada vez es más difícil para los bateadores escapar de los refinados y potentes repertorios de los lanzadores, quienes cuentan hoy con un arsenal de herramientas e información nunca antes visto. Por ello tiene tanto valor mantenerse hoy por debajo de la media de ponches en MLB, pero estar en el tope de la lista de hombres que menos “chocolates” se toman es un mérito superior.
Tal es el caso del cubano José “Candelita” Iglesias, quien solo se ha ponchado en el 8.4% de los turnos consumidos durante la actual temporada. El torpedero de los Colorado Rockies ha sido retirado 14 veces por la vía de los strikes en 167 comparecencias al plato, lo cual le vale para lograr el por ciento de ponches más bajo de su carrera y el segundo mejor de las Grandes Ligas este año, solo superado por el 7.3% del dominicano José Ramírez (Cleveland).
Iglesias, quien esta semana se convirtió en el decimonoveno cubano con 200 dobles en MLB, ha logrado impactar con su madero en las más disímiles circunstancias. Por ejemplo, es el jugador de la Liga Nacional con mayor promedio ofensivo (.395) como visitante, y el segundo de las Mayores, solo superado por el cubano-americano J.D. Martínez (.400).
Si esto no fuera suficiente, “Candelita” también es el mejor bateador (.472) del viejo circuito y el segundo de Grandes Ligas (por detrás de Paul Goldschmidt/.529) con corredores en posición anotadora, y se ubica en el Top-15 de MLB con hombres en base (.329).
Vladimir Gutiérrez, más sombras que luces
En su temporada de debut en Grandes Ligas, el pinareño Vladimir Gutiérrez logró nueve victorias, la mayor cantidad obtenida por un lanzador cubano desde las 16 sonrisas de José Fernández en el 2016. El derecho de los Cincinnati Reds estuvo muy bien y casi la mitad de sus aperturas terminaron con cinco o más innings de trabajo y menos de tres carreras y cinco jits permitidos.
Sin embargo, todo se ha torcido para el joven de 26 años en la presente campaña, la cual ha saldado con pésima efectividad de 7.61 en diez salidas al centro del diamante. Gutiérrez sumó seis derrotas seguidas en sus primeras siete presentaciones del 2022, la mayor cantidad para un abridor cubano al inicio de una campaña, igualando las añejas marcas de Luis Tiant (seis fracasos en sus primeros siete choques de 1969) y Adolfo Luque (seis derrotas en 1922).
El vueltabajero cortó su mala racha el pasado sábado, cuando trabajó cinco episodios frente a los Giants a ritmo de seis jits, una limpia y cuatro ponches. Con esa actuación se apuntó su primera victoria del curso, aunque poco después recibió una mala noticia: los Reds decidieron moverlo al bullpen.
Tras su mejor salida de la temporada, Gutiérrez ha aparecido dos veces como relevista y se ha visto algo descolocado. En 1.2 innings ha permitido cuatro imparables y una limpia (por jonrón), con par de boletos y solo un ponche.
Está por ver si esta es una decisión irrevocable de los Reds, quienes han comenzado a mover piezas con cierto desespero al ser uno de los equipos con peor récord (18-33) del béisbol.
Yunito, Play Loud!!
Tal parece que estamos eternamente esperando por un despegue definitivo de Lourdes Gurriel Jr., un jugador de enormes potencialidades que le ha faltado algo de consistencia en su aventura por Grandes Ligas, durante la cual ha alternado pasajes brillantes con determinados períodos de sequía.
El inicio de la campaña del 2022 es una clara muestra de lo anterior. El patrullero de Toronto, brillante con el guante y en los tiros a las almohadillas, ha sufrido un bajón considerable en su despliegue ofensivo, al punto que presenta los indicadores más bajos de su carrera en promedio de embasado y slugging.
De acuerdo a las proyecciones de Baseball Reference, el menor de los hermanos Gurriel también sostiene un ritmo para imponer una nueva marca personal de ponches, luego de tomarse 33 “chocolates” en sus primeros 47 duelos de la temporada.
Sin embargo, en medio de la mala racha el espirituano ha encontrado la manera de enviarnos señales para que no olvidemos que su talento sigue ahí, intacto. Por ejemplo, el pasado domingo 29 de mayo, Lourdes Jr. remolcó cinco carreras frente a los Angels, la segunda mejor marca de su vida tras las siete impulsadas que logró el 12 de septiembre del 2021 contra Baltimore.
Dos días antes, también ante los Angels, el cubano había despertado justo cuando protagonizaba uno de los episodios de “Play Loud”, la serie de MLB en la cual le entregan un micrófono a determinados jugadores para que los acompañe durante todo un partido. Con el dispositivo encima, Gurriel Jr. pegó tres imparables, incluido uno en la novena entrada que, combinado con un error del rival, le dio la victoria a los Blue Jays.
“Hay que formar un lío para quitarme el micrófono este a mí”, bromeó Yunito al final del capítulo, como quien ha encontrado un nuevo amuleto de la suerte. Esperemos entonces que luego de estas dos buenas actuaciones pueda despegar definitivamente en la actual campaña.
Una marca de 56 años
Exactamente dentro de 12 días cumplirá 56 años uno de los récords cubanos menos conocidos en el béisbol de Grandes Ligas. El 16 de junio de 1966, seis jugadores de la Isla pegaron al menos un jit en un mismo partido, lo cual no se había vuelto a repetir hasta que este viernes en la noche otros seis antillanos rayaron la tarjeta e igualaron la añeja marca.
En el duelo entre Chicago White Sox y Tampa Bay Rays celebrado en el Tropicana Field, los caribeños Yoan Moncada, José Abreu, Luis Robert, Yasmani Grandal, Yandy Díaz y Randy Arozarena pegaron imparables e inscribieron sus nombres como protagonistas de un hecho muy poco común.
Arozarena, Robert y Abreu conectaron par de cohetes cada uno, incluido un jonrón de “Pito”, mientras Grandal, Moncada y Yandy se fueron con un jit, para totalizar nueve indiscutible en el duelo que los Rays ganaron 6-3 a los White Sox.
Como ya decíamos, la única que vez que seis cubanos habían pegado imparables en un mismo desafío fue en junio de 1966, durante un choque entre los Cincinnati Reds y los Philadelphia Phillies, con victoria 12-5 de estos últimos.
En aquel duelo, Octavio “Cookie” Rojas se robó el protagonismo con cinco cañonazos en seis turnos oficiales, mientras Tony González, Tony Taylor, Tany Pérez, Chico Ruiz y Leo Cárdenas consiguieron un jit per cápita para sellar un récord al que apenas se le ha podido hacer sombra.
De hecho, hasta el 2014 no se vio como real la posibilidad de al menos igualarlo. Ese año, específicamente el 12 de mayo, José Abreu, Alexei Ramírez, Dayán Viciedo, Adrián Nieto y Yoennis Céspedes conectaron imparables y mandaron un aviso, pero la falta de un sexto efectivo cubano en las novenas de Chicago White Sox y Oakland Athletics hacía imposible aspirar a la marca.
Lo mismo sucedió ha sucedido otras tres veces entre 2020 y 2022, pero siempre había faltado ese sexto hombre que completara la fiesta. Ahora, finalmente se han dado las circunstancias ideales para igualar una marca que ha perdurado en el tiempo, aunque más temprano que tarde podría caer.
¿No lo creen? Imaginen un partido entre los White Sox y los Astros, con Abreu, Robert, Moncada, Grandal, Yuli Gurriel, Yordan Álvarez y Aledmys. Son siete cubanos en el orden, solo faltaría que se alinearan los dioses del béisbol para lograr un hecho inédito en la historia antillana en MLB.