En agosto de 2013 los Rojos de Cincinnati firmaron por un bonus de 400,000 dólares al jardinero cubano Reydel Medina. Después de abandonar Cuba en 2011 a los 18 años, Medina tuvo que imponerse a varias dificultades. Ahora él enfrenta un nuevo desafío: continuar escalando en las menores y aproximarse a las Grandes Ligas.
“Esta temporada para mí fue regular, a pesar de que termine bien me faltaron muchas cosas por mejorar”, comenta a OnCuba el joven pelotero nacido en La Habana en 1993.
Viajando hacia atrás en el tiempo, Medina participó con el equipo Cuba 15-16 en el Campeonato Mundial de la categoría celebrado en Taipei de China, en 2009. En ese torneo se encontraban futuros beisbolistas de MLB, como el boricua Francisco Lindor o el venezolano Rougned Odor, y allí Medina brilló con luz propia al batear de 27-12 en siete juegos y ostentar una línea ofensiva de .444/.516/.852, con un jonrón, un triple y cuatro dobles.
Su destellante actuación hizo que se ubicara segundo en OPS y SLU entre todos los integrantes del equipo Cuba, sólo superado por el granmense Guillermo Avilés. Su futuro parecía promisorio.
Todavía puede serlo.
A la vuelta de los años, Medina intenta mostrar su mejor nivel en la exigente escalera de la MLB. Sus desafíos van más allá del terreno de pelota.
“Para nadie es un secreto que en las ligas menores se pasa mucho trabajo tanto dentro como fuera del terreno y más con el lenguaje, con la familia también. Todo influye y más que yo no tengo a nadie aquí, solo mi mujer y mi hijo”, explica el beisbolista.
En 2017, Reydel franqueó su cuarta temporada en el sistema de béisbol de las menores. “Lo que más he aprendido en estos años es qué hay que trabajar para que los resultados salgan, y todo el mundo tiene talento”, aclara.
En 112 partidos entre Clase-A avanzada (Daytona Tortugas) y Doble-A (Pensacola Blue Wahoos), el cubano estampó tríada ofensiva de .236/.284/.397. Resalta su agradable producción de extrabases (18 dobles, siete triples y ocho jonrones) con 46 empujadas.
“Me falta tomar más bases por bolas y adquirir más disciplina en el home plate. Esa es la clave para volverme un mejor bateador”, asegura.
De mejorar su relación boletos-ponches, Medina subirá niveles dentro de una franquicia en reconstrucción. Su bate posee poder y rapidez en el swing, y al campo puede defender los jardines o la inicial. Solo necesita más turnos, observar más pitcheos y eliminar algunas debilidades.
En la sucursal de Clase-A avanzada de Cincinnati, Medina comparte vestuario con otros dos cubanos: el capitalino Alfredo Rodríguez y el pinareño Vladimir Gutiérrez.
“La relación de nosotros tres es buena. Nos ayudamos mucho y yo más a ellos porque he tenido más experiencia aquí. En los Estados Unidos se juega un béisbol diferente al de Cuba; es un poco más rápido, y a cada cual le dan un trabajo y tiene que cumplirlo”, señala.
Para Medina sería muy beneficioso incursionar en las ligas invernales de esta temporada baja. En ellas, muchos jugadores han logrado hacer nuevos ajustes y redirigir el rumbo de su carrera. Con la ventaja que brinda la juventud, el habanero tiene el talento necesario para llegar al próximo nivel.
“Sí. He tenido propuestas –confirma a OnCuba–. Actualmente estoy esperando respuesta de Venezuela y de Colombia para mitad de temporada”.
Armas tiene para seguir avanzando. Para triunfar. El tiempo y él tendrán la última palabra.