¿Cuba al bate? Y…¿En New York? No deja de intrigar a quienes se percaten que el Clásico Mundial de Baseball quedó atrás, y que tampoco se trata de un juego amistoso. Por la fecha, no existe tal torneo que sitúe al equipo Cuba en una de las ciudades más cosmopolitas del mundo. Sin embargo, la Mayor de las Antillas se empeña en marcar carrera en suelo norteño, ya sea con un toquecito de bola o jonrón. Esta vez sin estadio, sin pelota, sin guante, sólo con un tipo de afición: los amantes del arte contemporáneo.
Un espacio neoyorquino, dedicado por excelencia al arte moderno, acoge la obra de creadores cubanos que pretenden retratar su realidad mediante un deporte que ha trascendido el mero entretenimiento, más que ello es cultura e identidad para todo un pueblo. Robando base: Cuba al bate es una muestra que invita al espectador a sumergirse en un discurso casi satírico e irónico, que expone iconos, símbolos y referencias de la vida cotidiana que se mezclan con el imaginario de una práctica casi ya legendaria.
The 8th Floor es la galería que aunará hasta septiembre del presente año la exhibición que protagonizan Jeosviel Abstengo-Chaviano, Alejandro Aguilera, Carlos Cárdenas, Arístides Hernández (ARES), Yuniet Hernández Figueroa, Rafael López-Ramos, Duniesky Martín, Alfredo Manzo, Frank Martínez, Bernardo Navarro, Reynier Leyva Novo, Juan Padrón, Arles del Río, Antuan Rodríguez, Perfecto Romero, Reynerio Tamayo, José Toirac, Harold Vázquez Ley, Douglas Pérez y Villavilla.
La muestra incluye video arte, instalación, pintura, y ha sido resultado del trabajo conjunto entre el curador y crítico cubano Orlando Hernández y Rachel Weingeist, directora y curadora de la mencionada galería. Ambos persiguen la intención de unir a estos artistas (reconocidos y noveles), unos residentes en la Isla, otros en el propio país sede.
Robando base se convierte en un motivo para ilustrar parte del quehacer de la plástica cubana, ahora ante una sociedad que también contempla el baseball como emblema nacional. Puede que el trazo caricaturesco de Reynerio Tamayo, citando un ejemplo, o la aparente simpleza en un alto contraste que propone Harold Vázquez, terminen por robar, no la base, pero si la atención de muchos. Frente al talento de estos creadores resultará un tanto difícil escapar sin cuestionar o reflexionar en torno a la malgama de mensajes que expresan, algunos entre líneas, otros ante nuestra vista.
Desde 2010 The 8th Floor acoge iniciativas en favor de la cultura y la filantropía, sumando también a su repertorio de trabajo la promoción del arte contemporáneo cubano.