Desde que comenzó la venta “liberada” de cocinas de inducción en el país, las seis provincias seleccionadas viven su particular fiebre por los nuevos aditamentos. En Pinar del Río, por ejemplo, son largas las colas que se observan en las afueras de los puntos habilitados para adquirir estos utensilios de moda.
Sentado en una pequeña elevación, Pedro mira de cerca la gente que espera fuera de la conocida Tienda de Muebles, en la céntrica calle Martí. Por el cansancio en el rostro todo indica que su turno para comprar ha demorado más de lo deseable.
“Imagínate que llegué a las 7:00 am para irme temprano, pero tengo el 114, así que piensa desde cuándo había gente aquí. Vine hoy porque antes no tenía el dinero necesario”, cuenta desde la misma posición, seguro de que no concluirá tan rápido el trámite.
La novedad del acceso a un equipo de cocción y su menaje básico con precios relativamente bajos (500 pesos, 20 CUC) ha disparado las expectativas en poblaciones necesitadas de acceder a nuevos equipos que faciliten la vida diaria.
Las cocinas, de una sola hornilla, llegan para sustituir a los módulos eléctricos repartidos durante la llamada Revolución Energética, entre 2005 y 2006, y que después de casi una década de explotación se acercan al fin de su vida útil.
Caminando por las calles de Pinar o esperando en las paradas de ómnibus, se escuchan frases como “hay que ver si estas no gastan más corriente que las otras”, y otras opiniones que debaten sobre la eficiencia de los equipos, la distribución, los precios y supuestos negocios ilegales que se rumoran a su alrededor.
Autoridades de los ministerios de Energía y Minas y de Comercio Interior han insistido en los días previos que estos dispositivos poseen mayor durabilidad, confort y eficiencia energética que las anteriores, 30 por ciento más gastadoras de electricidad.
La oferta en esta primera etapa en el país asciende a 284 mil módulos y los gobiernos locales fueron comisionados para asumir el orden en la distribución, a fin de evitar aglomeraciones y, por supuesto, los omnipresentes revendedores.
La complejidad de satisfacer la alta demanda con una oferta restringida ha conducido a la regulación de la “libertad” de venta. “Hay que traer el carnet de identidad y la libreta de abastecimiento, porque se vende una sola por núcleo familiar y te ponen un cuño para garantizarlo”, explica Pedro, quien optó por pagar en efectivo y no apelar a la posibilidad del crédito bancario.
“Con el banco la cosa se demora mucho, es mucho papeleo; hay que buscar un codeudor y esas cosas”, afirma Rosalba, otra señora de la cola, atenta a la conversación.
“Vi la de mi vecina y vine rápido. Se ven muy lindas, un sueño, y son rápidas”, afirma. Ella aguarda tranquila a que se organicen los demás, aunque supone que no alcance en esta vuelta, por su turno número 64. “No importa, dijeron que volverían a entrar”, se conforta.
Otros pinareños, en cambio, no son tan pacientes. Son el pasto que alimenta el sentido de la oportunidad de los revendedores, quienes cotizan en hasta 50 pesos (2 CUC) el turno adelantado.
Quienes acuden a comprar esperan que estas cocinas de inducción (artículos de vitrocerámica que generan calor a partir de un campo electromagnético) les obliguen a acudir mucho menos a los talleres estatales. Allí no termina aún la recurrente ausencia de piezas de repuesto para equipos que ocasionan severos dolores de cabeza a la hora de cocinar, cuando se han agotado las reservas de gas licuado o keroseno repartidas en momentos puntuales del año.
Al nuevo “aparatico” le generan mejor fama. Según la prensa oficial desde que en el mes de abril se expendieron unas 70 mil hornillas de inducción para casos amparados por la Asistencia Social, y solo regresaron por problemas de funcionamiento poco más de 60.
El calor en las cocinas cubanas dirá la última palabra, en esta nueva etapa de la llamada “política de cocción” en Cuba.
Mas espejitos chinos para entretener a los inditos
Creí q los cubanos deberían espetar un poco y no entusiasmarse tanto con este tipo de cocinas. Es mejor una cocina a gas. Esperar un poco más la apertura.
Ojalá este nuevo invento no salga con tantos problemas como sus antecesoras chinas, que gastan un mundo y se rompen con frecuencia… De cualquier modo, gracias por informarnos… Saludos
Muy buena opción para la cocina cubana, pero las cazuelas deberían ser un poco más chiquitas. Deberían considerar vender los recipientes de diferentes tamaños y que las personas puedan escoger el que necesitan.
Ojalá y el boom de estos módulos permita que todas las personas puedan acceder a él.
Todo muy bien para la mujer cubana sacrificada pero la pregunta es , que se cocina con ella
Me gustaría comentar que a un año de comenzar las ventas y haber anunciado en mesa redonda que este producto iba a estar disponible en las tiendas, resulta que se ha convertido en un problema, pues en el caso de mi provincia Guantánamo, las personas hasta cantan las colas, retomando las antiguas costumbres de los años 70 y 80, cuando se dormía en las colas y se cantaban colas.
Por qué hacen comunicados que después ponen en duda la credibilidad de las informaciones que se brindan en los medios de difusión masiva, pues la realidad grita más alto que la teoria.
Pienso que carecemos de estudios de factivilidad para todas las acciones que quiere, con muy buena intención, acometer el gobierno, (de buenas intenciones está empedrado en camino al infierno), que lo que hace es demostrar la insuficiencia del sistema que se usa actualmente para el comercio en nuestro país.
Pido que por favor, hagan realmente un buen análisis de las situaciones reales que están afectando a la población que es lo que está provocando el éxodo casi masivo de la juventud hacia otros lugares que a veces ni les resuelve el problema, pero corren el riesgo para probar fortuna.
Ojalá y logremos que en algún momento, nuestro país sea el paraiso real, para los cubanos, no para los turistas.
Gracias por permitirme expresar mi criterio en algún lugar.