En una feria de turismo se hablan todos los idiomas. O casi todos. Con los acentos más impensados, las pronunciaciones más curiosas: el español gutural de un alemán, el francés porteño de un argentino, el inglés acelerado de un ruso. O de un cubano o un chino. Así es FitCuba 2017: una torre de Babel contemporánea, una marea multilingüe que recorre el hotel Playa Pesquero, al norte de Holguín.
El primer día de la feria es el más caótico, el murmullo multinacional rebota en todas las paredes del hotel. A la vez es el más organizado. Todo está previsto, todo está programado. Se cumplen los horarios con rigor caribeño. Pero la marea no se detiene. La gente se aglomera en el teatro, en el lobby, en las barras y pasillos. Mucho después del mediodía todavía hay personas acreditándose, persiguiendo a alguno de los organizadores para que les expliquen esta u otra cuestión.
Poco antes de las 11:00 de la mañana comenzó la intervención de Manuel Marrero, el ministro cubano del Turismo. Es la conferencia inaugural, la que concluirá con la formalidad de dejar “oficialmente inaugurada FitCuba 2017”, la edición 37 de la feria y la primera que se hace en el oriente cubano. Antes las autoridades de Holguín dieron la bienvenida a los participantes, y aún antes el propio Marrero cortó la cinta y desvelo una tarja a la entrada del hotel, “por un turismo de paz, salud y seguridad”.
Junto al ministro cubano estuvo la señora Amgard Wippler, representante del gobierno alemán. A Alemania está dedicada la feria, y tanto Marrero como Wippler mencionaron el aumento del turismo germano a la Isla: más de 242 mil visitantes en 2016, el primer mercado emisor de Europa hacia Cuba, con un 38 por ciento de crecimiento.
Ante empresarios, agentes, turoperadores y un centenar de periodistas acreditados, Marrero insistió en las perspectivas del turismo cubano. Habla de expansión, de desarrollo, de potencialidades que impactan en la economía de la Isla. Echa mano a las irrefutables estadísticas: 4 millones de visitantes que deben sobrepasarse este año; América del Norte, con Canadá estático pero con Estados Unidos en crecimiento, acaparando el 45 por ciento del total de viajeros; una satisfacción general del 95 por ciento y un índice de recurrencia del 41 por ciento.
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Pero ahí no terminan las cifras, están los hechos cuantificados que el ministro anuncia como las buenas nuevas: más de 400 programas dedicados al turismo de circuitos, modalidad que destaca FitCuba 2017 y que la Isla se propone potenciar dentro de sus ofertas turísticas. Más de cien proyectos para nuevas asociaciones y contratos de administración extranjera. El plan, insiste, es diversificar aún más el producto turístico cubano y ampliar la presencia de grandes cadenas internacionales; una herejía décadas atrás.
Los tiempos cambian, parece decirle Marrero a los escépticos, y el turismo es la punta de lanza. Y para probarlo habla de 25 empresas mixtas, de 19 gerencias extranjeras, de 82 contratos firmados, de 41 mil habitaciones, el 62 por ciento de la capacidad hotelera del país, manejadas por estas asociaciones.
Habla del incremento de las operaciones aéreas, de cerca de 70 aerolíneas que realizan vuelos regulares o chárter a la Isla, de 25 cruceros aprobados, de más 200 escalas programas en La Habana y otros puertos cubanos, de 170 mil visitantes que llegarán por está vía.
Y habla también de nuevos convenios, de nuevas inversiones. Menciona lugares como Cayo Cruz, en Camagüey; Sagua la Grande, en Villa Clara; Gibara, en Holguín; y contratos con cadenas como Iberostar y Meliá para Santiago de Cuba y Cienfuegos. Habla de próximos hoteles de lujo, como el Manzana Kempinski, para “pagar por La Habana lo que La Habana merece”, dice, y también de nuevas inmobiliarias, marinas y campos de golf.
Marrero ha reservado para el final otra noticia. Justo hoy, cuando se inaugura FitCuba, la Isla llegará a los 2 millones de turistas, según los pronósticos oficiales. Lo hará 39 días antes que en 2016, lo que indica un 15 por ciento de crecimiento. La feria, sin embargo, empieza ahora.
Buenas noticias. Al menos en apariencia. El turismo internacional como motor impulsor de la economía cubana genera una sinergia interesante, que reporta mucho dinero líquido, no solo para las empresas multinacionales y el gobierno como mediador inevitable, sino para una población nativa urgida de mejorary diversificar sus ingresos. Cuba vivirá del turismo; lo sabíamos desde que la mafia judía e italonorteamericana se posicionó en el mercado habanero hace ya muchas décadas. El desafío es precisamente ese, evitar que el producto turístico se reduzca a una serie de clichés y estereotipos denigrantes de nuestra condición cultural de cubano. Por lo demás bienvenida cualquier iniciativa que suponga la creación de riquezas. Luego se verá la forma de hacerla llegar a donde sea más necesaria esa redistribución de las ganancias.
Que bueno entonces el proximo ano Bejucal y su lomerio circundante se convertira en un nuevo destino turistico de naturaleza y cultura,podran los turistas realizar senderismo por las margenes del Rio Govea altamente contaminado por las aguas albanales que se vierten en su caudal,veran la tala y quema indiscriminada a que ha sido sometida las lomas que circundan al pintoresco pueblo,participaran junto al pueblo de Bejucal en las famosas Charangas de Bejucal,tomaran cerveza de pipa ligada con agua,y podran apreciar las ruinas de lo que fueron casa coloniales convertidas en viviendas multifamiliares,mas conocidas como cuarterias,podran caminar por sus calles y disfrutar de las aguas albanales que corren por sus aceras,y veran como su exotica poblacion sobrevive con ciclos de abastecimeinto de agua cada 6 dias,desde mi punto de vista Bejucal en la Provincia de Mayabeque se merece un pedazo de este pastel turistico.
Que bueno para Gibara se les acabo la miseria.ojala Bejucal tuviera la misma suerte.
Lazaro, me encantó tu análisis de Bejucal, ojalá pueda ser destino turístico junto a tantos otros pueblos, repartos en las mismas condiciones. Eso es lo que se sobra. Pienso en Jayamá, mi reparto camagüeyano…
Guao no se que turismo de lujo va a Cuba… los norteamericanos van una vez y no regresan solo los atrae lo exótico de lo desconocido…. dejen de inventar en Cuba los hoteles 5 estrellas no son ni de 2 ….