No creo que nada de lo que diga sobre lo que está sucediendo en Gaza vaya a afectar a la política israelí o estadounidense en ese conflicto. Pero quiero dejar constancia de ello para que cuando los historiadores miren retrospectivamente esta calamidad moral, vean que algunos estadounidenses estaban en el lado correcto de la historia.
Lo que Israel está haciendo en Gaza a la población civil palestina —con el apoyo de la administración Biden— es un crimen contra la humanidad que no sirve a ningún objetivo militar significativo. Como lo ha expresado J-Street, una importante organización del lobby israelí, “el alcance del desastre humanitario y las víctimas civiles que se están produciendo es casi inconcebible”.
Permítanme que lo explique.
En primer lugar, Israel está masacrando deliberadamente a un enorme número de civiles, de los cuales aproximadamente el 70 % son niños y mujeres. La afirmación de que Israel está haciendo todo lo posible para minimizar las víctimas civiles ha quedado desmentida por declaraciones de altos funcionarios israelíes. Por ejemplo, el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) dijo el 10 de octubre de 2023 que “el énfasis está en el daño y no en la precisión”. Ese mismo día, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, anunció: “He bajado todas las restricciones: mataremos a todos contra los que luchemos; utilizaremos todos los medios”.
Además, de los resultados de la campaña de bombardeos se desprende claramente que Israel está matando civiles indiscriminadamente. Dos estudios detallados de la campaña de bombardeos de las FDI —ambos publicados en medios israelíes— explican pormenorizadamente cómo Israel está asesinando a un enorme número de civiles. Vale la pena citar los títulos de los dos artículos, que reflejan sucintamente lo que cada uno de ellos tiene que decir:
“‘Una fábrica de asesinatos en masa’: Dentro del bombardeo calculado de Israel sobre Gaza”.
De manera similar, el New York Times publicó un artículo a finales de noviembre de 2023 titulado: “Los civiles de Gaza, bajo el bombardeo israelí, están siendo asesinados a un ritmo histórico”. Por lo tanto, no sorprende que el secretario general de la ONU, António Guterres, dijera que “estamos siendo testigos de una matanza de civiles que no tiene paralelo ni precedentes en ningún conflicto desde […]” su nombramiento en enero de 2017.
En segundo lugar, Israel está matando de hambre de manera intencional a la desesperada población palestina al limitar en gran medida la cantidad de alimentos, combustible, gas de cocina, medicinas y agua que puede llevarse a Gaza. Además, es extremadamente difícil proporcionar atención médica a una población que ahora incluye aproximadamente 50 mil civiles heridos. Israel no sólo ha limitado enormemente el suministro de combustible a Gaza, que los hospitales necesitan para funcionar, sino que también ha atacado hospitales, ambulancias y puestos de primeros auxilios.
Un comentario del ministro de Defensa Gallant el 9 de octubre refleja la política israelí: “He ordenado un asedio total de la Franja de Gaza. No habrá electricidad, ni alimentos, ni combustible; todo está cerrado. Estamos luchando contra animales humanos y actuamos en consecuencia”. Israel se ha visto obligado a permitir la entrada de suministros mínimos en Gaza, pero las cantidades son tan pequeñas que un alto funcionario de la ONU informa que “la mitad de la población de Gaza está muriendo de hambre” y agrega que “nueve de cada diez familias en algunas zonas pasan ‘un día y una noche enteros sin ningún alimento’”.1
En tercer lugar, los líderes israelíes hablan de los palestinos y de lo que les gustaría hacer en Gaza en términos estremecedores, especialmente si se considera que algunos de estos líderes también hablan incesantemente de los horrores del Holocausto. De hecho, su retórica ha llevado a Omar Bartov, un destacado estudioso del Holocausto nacido en Israel, a concluir que Israel tiene una “intención genocida”. Otros estudiosos del Holocausto y el genocidio han hecho una advertencia similar.
Para ser más específicos, es habitual que los líderes israelíes se refieran a los palestinos como “animales humanos”, “bestias humanas” y “horribles animales inhumanos”. Y como deja claro el presidente israelí Isaac Herzog, esos líderes se refieren a todos los palestinos, no solo a Hamás. En sus palabras, “es una nación entera la responsable”. No sorprende entonces, como informa el New York Times, que un componente normal del discurso israelí sea pedir que Gaza sea “arrasada”, “borrada” o “destruida”. Un general retirado de las FDI, que proclamó que “Gaza se convertirá en un lugar donde ningún ser humano podrá existir”, también argumenta que “las graves epidemias en el sur de la Franja de Gaza acercarán la victoria”. Yendo aún más lejos, un ministro del gobierno israelí sugirió lanzar un arma nuclear sobre Gaza. Estas declaraciones no las hacen extremistas aislados, sino altos cargos del gobierno de Israel.
Por supuesto, también se habla mucho de una limpieza étnica en Gaza (y Cisjordania), produciendo de hecho otra Nakba. En palabras del ministro de Agricultura de Israel: “Ahora estamos preparando la Nakba de Gaza”. Quizás la evidencia más impactante de hasta qué punto se ha hundido la sociedad israelí es un video de niños muy pequeños cantando una canción escalofriante que celebra la destrucción de Gaza por parte de Israel: “Dentro de un año aniquilaremos a todos y luego volveremos a arar nuestros campos”.
En cuarto lugar, Israel no solo está matando, hiriendo y haciendo pasar hambre a un gran número de palestinos, sino que también está destruyendo sistemáticamente sus hogares, así como la infraestructura crítica, incluyendo mezquitas, escuelas, sitios patrimoniales, bibliotecas, edificios gubernamentales clave y hospitales.2 Hasta el 1 de diciembre de 2023, las FDI habían dañado o destruido casi 100 mil edificios, incluidos barrios enteros que han quedado reducidos a escombros. En consecuencia, un asombroso 90 % de los 2,3 millones de palestinos de Gaza han sido desplazados de sus hogares. Además, Israel está haciendo un esfuerzo concertado para destruir el patrimonio cultural de Gaza; como informa NPR, “más de 100 sitios patrimoniales de Gaza han sido dañados o destruidos por ataques israelíes”.
En quinto lugar, Israel no sólo está aterrorizando y matando a palestinos, sino que también está humillando públicamente a muchos de ellos que han sido detenidos por las FDI en registros de rutina. Los soldados israelíes los desnudan hasta dejarlos en ropa interior, les vendan los ojos y los exhiben públicamente en sus barrios -sentándolos en grandes grupos en medio de la calle, por ejemplo, o haciéndolos desfilar por las calles- antes de llevárselos en camiones a campos de detención. En la mayoría de los casos, los detenidos son liberados posteriormente, porque no son combatientes de Hamás.
En sexto lugar, aunque los israelíes están perpetrando la masacre, no podrían hacerlo sin el apoyo de la administración Biden. Estados Unidos no solo fue el único país que votó en contra de una reciente resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que exigía un alto al fuego inmediato en Gaza, sino que también ha estado proporcionando a Israel el armamento necesario para llevar a cabo esta matanza. Como dejó claro recientemente un general israelí (Yitzhak Brick): “Todos nuestros misiles, las municiones, las bombas guiadas de precisión, todos los aviones y bombas, todo procede de Estados Unidos. Si cerraran el grifo, no podríamos seguir luchando. No habría capacidad… Todo el mundo entiende que no podemos librar esta guerra sin Estados Unidos, y punto”. Sorprendentemente, la administración Biden ha tratado de acelerar el envío de municiones adicionales a Israel, eludiendo los procedimientos normales de la Ley de Control de Exportaciones de Armas.
En séptimo lugar, aunque la mayor parte de la atención se centra ahora en Gaza, es importante no perder de vista lo que está sucediendo simultáneamente en Cisjordania. Los colonos israelíes, en estrecha colaboración con las FDI, siguen matando a palestinos inocentes y robando sus tierras. En un excelente artículo en el New York Review of Books que describe estos horrores, David Shulman relata una conversación que tuvo con un colono, que refleja claramente la dimensión moral del comportamiento israelí hacia los palestinos. “Lo que le estamos haciendo a esta gente es realmente inhumano”, admite libremente el colono, “pero si lo piensas con claridad, todo se deriva inevitablemente del hecho de que Dios prometió esta tierra a los judíos, y solo a ellos”. Junto con su ataque a Gaza, el gobierno de Israel ha aumentado notablemente el número de detenciones arbitrarias en Cisjordania. Según Amnistía Internacional, existen pruebas considerables de que estos prisioneros han sido torturados y sometidos a tratos degradantes.
Mientras observo cómo se desarrolla esta catástrofe para los palestinos, me queda una simple pregunta para los líderes de Israel, sus defensores estadounidenses y la administración Biden: ¿ustedes no tienen decencia?
Notas:
1. Ver también:
♦ No somos ajenos al sufrimiento humano, pero no hemos visto nada parecido al asedio de Gaza
2. Ver también:
♦ Guerra entre Israel y Palestina: la principal biblioteca pública de Gaza destruida por un bombardeo israelí
♦ La guerra de Israel contra los hospitales
♦ Informe: Israel destruyó 192 mezquitas en la Franja de Gaza
♦ Ataque israelí deja en ruinas la mezquita más antigua de Gaza
*Este artículo se publicó originalmente en inglés el 11 de diciembre de 2023 bajo el título “Death and Destruction in Gaza“. Se reproduce con la autorización expresa de su autor.
Traducción: Roberto M. Yepe