Involucrando a la familia y los amigos la casa de Santy en Jaimanita aparece con nuevas ofertas y la misma afabilidad de siempre en el servicio. El lugar se precia de cocinar no lo que el chef crea mejor, sino lo que el cliente prefiere. Con ese espíritu y el convencimiento de que la competencia es un estímulo para ser mejor, Santiago navega sin miedo en las concurridas aguas de la apertura económica de Cuba, donde pareciera que todo el mundo quiere abrir una paladar. Como los viejos lobos de mar, Santy se sabe capaz de llegar –y llevarte- siempre a puerto seguro.
Que cosa mas bella, cuando vaya para Cuba, incentivaré y dare creditos a personas para que monten sus paladares.