Gibara tiene una suerte de imán que invita al regreso. Mezclado con su gente paseó por las calles, como un gibareño más, el actor portorriqueño Benicio del Toro, que repite por segunda vez, compartió impresiones sobre su estancia en el Festival de Cine de la Villa Blanca de los Cangrejos y afirma que volverá todos los años mientras su agenda de trabajo lo permita.
Sobre la película que presentó este 2018 en FIC Gibara, comenta: “Miedo y asco en Las Vegas es un filme del director Terry Gilliam, donde trabajo junto a Johnny Depp, además Christina Ricci, Tobey Maguire, Cameron Díaz y otros actores. Se basa en el conocido libro de ficción homónimo, considerado uno de los más importantes de la literatura estadounidense del siglo XX. Se escribe en 1972 y su autor es el reconocido periodista y escritor Hunter S. Thompson.
“La película es de 1998, y tras su lanzamiento no fue taquillera. Poco a poco fue encontrando un público culto, y gracias al boca-boca se convirtió una película de culto. Es un filme del que estoy muy orgulloso porque es muy fiel al libro que le dio origen.
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“Criticándose en lo interno, los protagonistas señalan todo lo que sucede en la sociedad y el sistema estadounidenses de la década del 60: lo que estaba pasando con la guerra de Viet Nam, los derechos civiles, los asesinatos del presidente J. F. Kennedy, y de Martin Luther King en 1968.
“Los protagonistas del filme ‘se meten droga’ y van hacia Las Vegas a hacer una ’revolución’ en lo interno, en el pueblo de los Estados Unidos porque este no se levantaba a protestar. Una maestra de actuación que yo tenía, decía que todo adicto usa su cuerpo para hacerle saber a la sociedad donde vive que hay algo malo en el sistema, que hay dogmas. Ese es parte del sentido de la película que trajimos a Gibara porque celebra sus veinte años de estrenada. Es la primera vez que presento una película que cumple años”, contó.
En relación con el personaje que interpreta en Miedo y asco en Las Vegas, declaró: “se llama Doctor Gonzo, y según el libro pesa 400 libras. Tuve que aumentar de peso. Yo era muy flaco y en esa película rompí el sello. No lo planifiqué y me di cuenta de que si me comía de doce a catorce donas todos los días, aumentaba dos o tres libras. Fue mi dieta. De esa película para acá gano peso muy fácilmente”.
Refiriéndose a cómo se prepara para sus filmes, explicó: “Estudiando y entendiendo minuciosamente lo que está queriendo decir el escritor. En este caso, tuve la oportunidad de entablar amistad con el escritor del libro que inspiró el filme, y de hacerle muchas preguntas.
“Un ejemplo es que durante la película los personajes tratan muy mal a las personas de servicio, camareros, personas que limpian o a los que trabajan en restaurantes, al pueblo trabajador. Cuando le pregunté al escritor por qué, me explicó que Nixon fue reelecto por la mayoría silenciosa, ese pueblo trabajador que no se quejaba ni criticaba a la presidencia; por tanto, la actitud que muestran estos personajes es una reacción, hostigan a estas clases sociales para que piensen y funcionen. Esa investigación previa me permitió y me permite siempre entender un poco mejor lo que el autor quiere decir. Es un proceso que toma meses”. Agregó que, para elegir un personaje o un guion, “la historia tiene que ser original e impredecible. Eso es lo que me atrae”.
El personaje del Che es uno de los roles que mayor impacto y significación en la vida de Benicio del Toro: “Cuando empezamos a prepararnos para el filme conocíamos muy poco del Che y de su historia. Nos envolvimos en un profundo proceso de investigación para hacer una película que verdaderamente lo representara. Es una película del Che no hecha en Cuba, pero con el punto de vista cubano, con el amor con que Cuba hizo al Che.
“Me queda mucho del Che. Todavía sigo leyéndolo y es una de las películas de las que más me enorgullezco, personalmente y como actor”.
Sobre el Festival de Cine de Gibara, señaló que “es un evento único y muy original. Su corazón es el cine, pero aglutina todas las artes: teatro, exposiciones, fotografía, música, artes plásticas, con el cine en el centro. Todas esas artes hacen el cine. Uno de sus elementos distintivos más importantes es que el pueblo es parte y protagonista.
“Me siento parte del Festival, lo siento como mío; por eso vuelvo a Gibara y por los lazos de amistad que se han creado con Jorge Perurrogorría y el respeto que le tengo al cine cubano. Cuando los actores y actrices caminan por las calles de Gibara, conversan con la gente, el público descubre que el cine es posible, cercano; que no es extranjero, ni lejano, que es humano”.
Del Toro aspira a ver más cine cubano en su país. En relación con la comercialización y distribución del cine cubano dentro y fuera de la Isla, opinó: “Yo no conocía el cine cubano. La primera película cubana que vi fue Memorias del subdesarrollo, y me voló la cabeza. Para promover el cine cubano fuera, es preciso poner el puente desde el otro lado. Los cubanos quieren enseñar sus películas. Debe ser en ambas direcciones. Hay que crear más espacios”.
El destacado actor también comentó sobre la importancia que vislumbra en este tipo de certámenes para el desarrollo del cine: “El cine halla su factor de impulso en la inquietud de una o varias personas con necesidad de contar una historia. Mientras más veo cine, más quiero hacerlo”.