Tahimi Arboleya
Siempre escuché decir que un cubano se reconoce dondequiera y la expresión me parecía exagerada. No obstante, después de haberlo experimentado en varias circunstancias, creo que no es tan desacertado; en realidad los cubanos nos reconocemos fácilmente, en especial por la forma en que nos movemos.
Nos delata nuestra manera de caminar, de gesticular, de mirar a los demás, de interactuar con otros. Eso llega a su máxima expresión si de bailar se trata. La inmensa mayoría de los cubanos bailamos bien, pareciera que la gracia, la sensualidad y el arte del movimiento nace con nosotros. Herederos de sangre africana y europea, no caben dudas de que los cubanos hemos elaborado nuestra forma particular de movernos y, sobre todo, de danzar.
Al arte del movimiento hemos dedicado esta edición de OnCuba. Así, hablaremos de diferentes compañías danzarias, encabezadas por nuestra prestigiosa escuela de ballet. Podrás conocer cómo el equilibrio perfecto entre la mente y el movimiento de su cuerpo, hizo a Déborah Andollo una de las personas que más profundo ha descendido en el mar. Nos acercaremos también a aquellos que han hecho de sus vehículos automotores, los pequeños y singulares “Polskis” —sospecho sobrevivientes solo en Cuba— un estilo de vida.
Además, entre otros artículos, desde nuestras páginas podrás conocer sobre la ciudad de Matanzas; admirar la obra del artista plástico Rubén Alpízar y te enterarás del nuevo proyecto para el puerto de La Habana, que desarrollan la Oficina del Historiador de la Ciudad y el Grupo de Trabajo Estatal Bahía de La Habana.
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