La vicepresidenta argentina Cristina Fernández fue condenada y sentenciada hoy martes a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por defraudación al Estado.
Un panel de tres jueces la encontró culpable, pero declaró no a lugar el cargo de dirigir una organización criminal, por lo que la sentencia podría haber sido de doce años de prisión.
Cristina Fernández, sin embargo, no irá presa y podrá seguir siendo funcionaria y candidata en las próximas elecciones si así lo desea.
La sentencia queda firme y tiene aplicación cuando, según el nuevo Código Procesal Penal Federal parcialmente en vigencia, se hayan agotado todas las instancias judiciales de revisión. Es decir, cuando la Corte Suprema de Justicia rechace el último recurso de la imputada. Esto puede tomar años.
La Fiscalía acusó a la vicepresidenta de haber encabezado una asociación ilícita para direccionar, junto a otros funcionarios, contratos millonarios de obras viales que, según la querella, quedaron incompletas, tenían sobreprecio e incluso eran innecesarias.
Cristina Fernández negó los cargos durante el juicio y denunció que se trata de una persecución política. Según dijo previamente, esta acusación de corrupción no tiene fundamentos y se trata de una persecución en su contra y del proyecto político que representa.
Acusada de corrupción la vicepresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner
Fernández ha llamado al panel un “pelotón de fusilamiento“ involucrado en una persecución política con el objetivo de evitar que se postule para un tercer mandato presidencial el próximo año. Como vicepresidenta y senadora, disfruta de inmunidad contra el encarcelamiento.
“Esta condena no es una condena por las leyes de la Constitución o el Código Penal“, dijo minutos después de conocerse el veredicto. “Esto es un Estado paralelo y mafia, mafia judicial”, subrayó. Y cerró sus palabras anunciando que no será candidata en 2023.
“No voy a someter a la fuerza política que me dio el honor de ser dos veces presidenta y una vicepresidenta a que la maltraten en período electoral con una ‘candidata condenada’, con ‘inhabilitación perpetua’, con ‘administración fraudulenta por el estado’ (…) Bueno, no voy a ser candidata“, dijo. Luego insistió en que “no va a ser candidata a nada“ y que su nombre “no va a estar en ninguna boleta“.
Sus seguidores han prometido paralizar el país con una huelga nacional. Obstruyeron el centro de Buenos Aires y marcharon hacia el edificio de la justicia federal tocando tambores y gritando mientras presionaban contra las barreras policiales.
“Fuera mafia judicial”, “Fuera jueces corruptos”, “Cobardes, el partido judicial apesta”, podía leerse en las pancartas pegadas en la doble reja de seguridad que la policía instaló frente a los tribunales.